Capítulo 6

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Cuando desperté, todo estaba oscuro. No podía ser, tendría que ser ya de día ¿No?. Me desperecé y mi mano topó con una masa de pelo. ¿Pelo? ¡Louis! Nos habíamos quedado dormidos en el sofá. Sí, en el sofá, la espalda me dolía por la rigidez del asiento y Louis tenía riesgo de caer. Me aparté un poco de él, intentando darle espacio,pero me mantenía bien sujeto. Yacía muy tranquilo, con un brazo rodeando mi cintura y el otro bajo su cabeza. Su boca, perfilada por una suave barba, estaba cerrada con firmeza y de entre sus rosados labios escapaba aire al exhalar. Me vi tentado a acariciarle y acerqué mis dedos a su pomulo, notando que pinchaba.

''Ya está bien Styles, siempre te aprovechas mientras está durmiendo. Eres un maldito enfermo''

Sacudí la cabeza e intenté separarme pero su agarre se mantenía estable. De pronto, abrió esos zafiros que tenía por ojos y aunque la estancia  estuviera completamente sumida en la oscuridad, parecían brillar.

-¿Harry?-murmuró.-

Me hice el dormido, curioso por cómo reaccionaría. Suspiró y masculló algo que no fui capaz de entender. Me acarició el pelo y sentí sus labios presionar mi mejilla pero aquel beso fue tan breve que creí habérmelo imaginado. Finalmente, caí sucumbido de nuevo al sueño.

                                                 

                                                                -***-

-Mierda Harry, llegamos tarde otra vez. ¡Despierta!

Abrí los ojos, confuso.

-¿A dónde vamos?

-Es jueves, al instituto.

-¿Enserio quieres ir? Quedemonos en casa.-refunfuñé, perezoso-Total, no haremos clase.

-Eso sería dar un mal ejemplo de mi parte.

-Me da igual. Levantame si puedes.-le reté.

Me cogió por debajo de los brazos y tiró pero no pudo conmigo. Me hizo cosquillas a los costados y reí, devolviéndoselo. Caí del sofá, arrastrándolo y aterricé encima suyo, con una pierna a cada lado suyo. Aunque fuera más mayor que yo, sabía como derrotarle. Mis manos se dirigieron hasta su cuello, provocando que el castaño soltara más risas aún.

-Basta. Me rindo. Tú ganas.

-Yo siempre gano.

-Ayúdame a levantarme.

Cuando por fin se sostuvo de pie, me miró y dijo:

-¿Puedo entonces bañarme?

-Claro, yo prepararé el desayuno.

-Gracias, las toallas estaban en el estante ¿No?

Asentí y cuando me di la vuelta, me crujió la columna vertebral, por la falta de comodidad de la noche anterior. Me dirigí a la cocina, pensando en qué preparar. ¿Huevos revueltos?¿Tortilla?¿Crepes?¿Tortitas?¿Cereales?¿O unos simples sandwiches? Decidido, haría tortitas. Coloqué una sartén en un fogón y lo encendí. Mientras, preparé la masa con harina, agua y azúcar. No era un experto cocinero y esperaba que no se quemaran.

Recordé que seguía con la misma ropa de ayer y fui a cambiarme rápidamente. Me vestí con algo cómodo, unos pantalones de deporte grises y una camisa negra. Al ver que mis rizos no tenían remedio, me puse un gorrito de lana azul marino como el que había llevado Louis el primer día de conocernos. Preferí quedarme descalzo.

Bajé de nuevo y vi que la sartén ya estaba caliente. Añadí una cucharada abundante de la mezcla, no sin antes haber puesto aceite. Esperé a que quedara dorado y le di la vuelta. Louis bajó, frotándose el pelo con el paño, secándoselo. Se había afeitado e iba en chándal y sin zapatos. Sin que yo se lo pidiera, colgó la toalla en el tendero. Preparó la mesa para dos, siguiendo mis indicaciones para encontrar las cosas

El Intercambio~Larry StylinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora