Todo en orden

4.3K 189 72
                                    

El aire y la lluvia aporreando la persiana me despertaron temprano aquella mañana. Me apasionaba escuchar el agua caer mientras estaba en la cama, era una de las cosas que mas placentera me resultaba, sobre todo si no tenía hora para levantarme, como era el caso. Para colmo giré un poco el cuello y la vi a ella allí, a mi lado, en mi cama y durmiendo tranquila. Sus labios se hacían más irresistibles aún cuando dormía, y su cara se aniñaba. Yo tenía que morder mis labios para contenerme y no despertarla a besos. No sé en qué momento de la noche entrelazamos nuestras manos, pero estoy segura de que fue uno de los motivos por los cuales descansé tan bien. Me sentía tan segura con ella cerca que ni siquiera caí en la cuenta de que todavía tenía varios frentes abiertos y varias cosas que solucionar.

Lanzó un pequeño gruñido y pasó su pierna por encima de la mía abrazándose a mí sin soltar mi mano. Yo le besé la frente y la sorprendí colocando su otra mano en mi pecho.

- Ella ya está metiendo mano de buena mañana, oye... - reí y la besé repetidamente - buenos días por cierto

- Buenos días reina mía - dijo mirándome fijamente - que cómoda es tu cama por favor, que bien he dormido... - se desperezó

- Mi cama no - froté mi nariz con la suya - nuestra cama

- Ay, Ana Banana - suspiró y me miró apretando mi trasero con su mano - por las mañanas estás cómo más apetecible todavía... - se mordió el labio - será el hambre que tengo.

Después de escuchar mi risa tonta buscó mi cuello y lo mordisqueó sutilmente.

- Rubia, que nos da aquí la hora de comer como empieces así... - dije entre jadeos

- ¡Hostia! - se sobresaltó - esta tarde es la mierda esa de la rueda de prensa ¿no? - preguntó con los ojos abiertos como platos

Asentí

- Joder, no sé que me voy a poner...

- Ya se le cortó el rollo... - dije para mí

- No, no ¿eh? - dijo besándome - que hay tiempo para todo...

No salimos de debajo de las sábanas hasta que no quedamos totalmente exhaustas. Teníamos tantas ganas la una de la otra que no pudimos resistirnos a exprimir todo el placer que podíamos darnos. A media mañana nos sentamos a desayunar, posiblemente era uno de mis momentos favoritos del día.

- Ahí tienes tu medio aguacate, mi amor - dijo con la voz algo ronca

Me acerqué a ella y me agaché dándole un mordisco cariñoso en su mejilla.

- Creo que no quiero... los estoy aborreciendo un poco - le dije con mi cara en su cuello

- Uy, nuestra relación se va a la mierda banana... - dijo bromeando

Me senté a su lado y me bebí de un sorbo el zumo.

- Madre mía, respira mujer... que no te lo va quitar nadie - dijo sin parar de mirarme

- Esto es por tu culpa cabrona, que me has dejado seca... - suspiré

- Te jodes - rió - si te despertaras fea y con la cara hinchada como la gente normal no tendría la necesidad de hacerte esas cosas...

Me quedé mirándola mientras masticaba la tostada.

- Me encanta verte tan contenta - le sonreí - ya sabes que así estás el doble de guapa

Me devolvió la sonrisa y me besó.

- Nos vamos juntas a lo de la rueda de prensa ¿no? - preguntó con algo de miedo

La revolución.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora