Dudas

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Salimos del baño y la ayudé a vestirse y a meterse en la cama.

- Ana, creo que esto es demasiado - dijo mirándose su pijama de conejo mientras yo la tapaba hasta el cuello

- De eso nada, de hecho podías ponerte la capucha que aún tienes la cara fría - le dije tocándola y comprobando su temperatura - voy a hacerte una crema de verduras calentita, ya vengo... - la besé suavemente en los labios 

- No, no, Ana... de verdad, no sería capaz de comerme ni una pipa, tengo el estómago revuelto - me agarró del brazo y noté como sus manos aún estaban congeladas - quédate aquí conmigo por favor

Me metí en la cama y me quedé sentada apoyada en el cabecero. Ella se acurrucó en mi cintura y allí se quedó tranquila mientras yo le acariciaba el pelo.

- Ana... - dijo al buen rato muy bajito

Sabía que aunque estaba cansada necesitaba hablar, aclararme cosas y desahogarse.

- Dime, amor... - le susurré para no romper el silencio bruscamente

- De verdad que no me han hecho nada, no te preocupes... - hizo una pausa y me acarició el vientre - con todas las veces que te he engañado para protegerte puedes pensar que lo estoy haciendo de nuevo pero de verdad que no...

Cómo me conocía. Sabía que estaba inquieta y reconozco que esa idea de que me estaba mintiendo se me pasó por la cabeza.

- Te creo pequeña - sonreí y de inmediato cambié el gesto - oye y ¿Cómo conseguiste escapar? - pregunté y tragué saliva

- Ni lo sé, Ana... - suspiró - eran tres tíos y forcejeé con ellos un buen rato hasta que a uno le empujé y se dio en la cabeza con el pico de una mesa... - apretó sus manos en mi cintura y se recolocó - los otros dos fueron a ver si estaba bien y yo aproveché para salir corriendo como no he corrido en mi vida - se le rompió la voz

- Tranquila... - continué acariciándola y me recosté para quedar a su altura - supongo que perdiste todo ¿no?

Ella asintió.
- Solo llevaba la ropa para la supuesta sesión... bueno, y el móvil, que me lo tiraron a la piscina al ver que no paraba de sonar

- ¿Y el bolso? - pregunté extrañada

- Me lo dejé olvidado en tu coche... me fui sin nada, como me ibas a recoger no me preocupé...

- Bendito despiste - reí y le besé la cabeza - ¿Cuánto rato estuviste intentando escapar?

Quedó callada unos segundos.

- Al menos media hora, creo - tosió - Manuel intentó convencerme durante un buen rato de que me acostara con ellos por voluntad propia y así nos ahorraríamos problemas... Me dijo que el single no lo iba a grabar si no lo hacía, y que no iba a encontrar a nadie más que se interesara por mí y por mí música - sus ojos se entristecieron más aún de repente - me dijo que yo era la típica que no podría conseguir cosas si no se la chupaba a algún pez gordo de alguna compañía - se quedó callada

- Tu sabes que eso no es así ¿verdad?

Se encogió de hombros para esquivar ese tema que parecía que le afectaba incluso más que el intento de extorsión y chantaje que había tenido que aguantar.

- Bueno, el caso es que ahí empezó a tocarme más de la cuenta hasta que me hartó y le solté un guantazo. Intenté irme pero los otros estaban esperándome en la puerta... - le dio un escalofrío

- Mimi si no quieres contarme más no lo hagas... - le besé la frente - poco a poco, está todo muy reciente...

- Pero es que sí que quiero hacerlo - me miró como suplicándome que la escuchara - siento que por mi culpa estés recordando todo lo que te pasó a tí, Ana... pero necesito soltarlo y además no quiero tener secretos contigo

La revolución.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora