No pude evitar emocionarme escuchando las palabras sinceras de Inma. Noté que no hablaba por compromiso, y tampoco lo hizo por forzar una buena relación conmigo y así contentar a su hija, de verdad pensaba aquello que dijo y pude darme cuenta por la forma que me miró.
- Gracias Inma, no sé qué decir... - dije con la voz entrecortada
- Pues no me digas nada y dame un abrazo, mujer... - resolvió con una sonrisa
Nos fundimos en un abrazo sincero y yo suspiré en paz.
- No sabes cuantas veces doy las gracias porque por fin mi hija haya encontrado a una persona buena de verdad - continuó
Yo negué como quitando importancia a sus palabras, estaba empezando a ruborizarme.
- Qué va... no es para tanto.
- Si que lo es y cuando seas madre me entenderás - sentenció
- Qué responsabilidad, Inma, siento que ahora esperas demasiado de mí - reí tímida
- Hombre claro, ahora no se te ocurra decepcionarme - rió ella también - No, Ana, de verdad - insistió - Miriam lo ha pasado muy mal y ahora la veo tan bien que hasta me parece mentira - se mordió el labio entre aliviada y fastidiada por haber recordado algo
- Pero también está feliz por todo lo que nos está pasando, está cumpliendo su sueño y claro... todo cuenta.
- Ana... - me miró con ternura - está feliz por tí, también por todo lo demás, pero tu eres el principal motivo, estoy convencida.
- Bueno, Inma... - agaché la cabeza - pero eso es ahora, ella también lo pasó mal conmigo, no siempre hemos estado así - dije honestamente
- Lo sé corazón, si a mí, Miriam me lo cuenta todo, también sé que ella no siempre se ha portado bien contigo - me miró con intención - pero me parece maravilloso que hayáis llegado hasta aquí y que ahora estéis así... - gesticuló con sus manos como dando por evidente el momento tan dulce por el que estabamos pasando
Yo sonreí tímida asintiendo, a mí también me parecía maravilloso aquella evolución que habíamos tenido y me enterneció que ella también fuese capaz de verla.
- Te aseguro que la mayor parte del mérito de eso lo tiene ella - solté
- Ya será menos, Ana... no te menosprecies, mi hija es un desastre y seguro que las dos habéis tenido errores y también habéis puesto de vuestra parte para solucionarlos - contestó convencida
- Bueno, si... - dije algo orgullosa
Mimi salió en ese momento del pasillo escopeteada con el móvil en la oreja y tapada únicamente con una toalla diminuta que dejaba ver con bastante claridad la mayor parte de sus encantos.
Se acercó directa a un cajón y lo abrió, rebuscó un poco y agarró un papel con urgencia, comprobó que era el que buscaba y seguidamente lo soltó fastidiada encima del mueble de la tele.
- Sí, lo tengo yo Víctor - dijo al teléfono - te lo llevo, sí... dame media hora y estoy por allí. Lo siento ¿eh?
Inma y yo la miramos un poco preocupadas y ella bufó mientras colgaba a su contacto.
Apretó los labios y nos miró.
- Tengo que ir a llevar un papel a la discográfica - me miró esperando mi reacción - es importante, es un permiso de no se qué, que me traje sin querer y... - suspiró sobrepasada y se encogió de hombros
- Bueno, tranquila... ¿Quieres que te acerque? - le pregunté dispuesta
- No, prefiero ir andando ya sabes que allí entrar con el coche es super coñazo... - me miró - ¿os importa esperarme aquí? - apretó los ojos mostrándose culpable - luego nos arreglamos y nos vamos a cenar las tres ¿Vale?
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La revolución.
FanficLa vida después de estos tres meses va a ser preciosa, pero no fácil.