Desabrochó el botón de mi pantalón y yo abrí los ojos como platos, fue en ese momento cuando me di cuenta de que no quería continuar...
- Hugo, para... - le empujé un poco mientras él andaba perdido en mi cuello - para por favor
Se retiró y se incorporó de inmediato.
- ¿Qué pasa? - preguntó confundido
- No puedo, lo siento...
- ¿He hecho algo mal?
- No, no... de verdad que no, no es culpa tuya - le aclaré agitada mientras buscaba mi camiseta
- Es por ella ¿no? - dijo incómodo mientras se recolocaba en el sofá
- Son muchas cosas, Hugo. Todo está pasando demasiado rápido...
- Bueno - no sé de dónde sacó una sonrisa - soy hijo de pescador, la paciencia es mi fuerte - me guiñó un ojo - tranquila de verdad... - acarició mi espalda
- Gracias, eres un sol... - me quedé mirándolo alucinada
- Solo soy comprensivo, entiendo que estés hecha un lío
- Antes he ido de dura y tenías razón, lo tengo demasiado reciente aún... - me froté los ojos - pensarás que soy una imbécil
- Para nada... - negó con una sonrisa para intentar tranquilizarme
- Lo siento de verdad... - le miré de arriba abajo y me tapé la cara avergonzada - te he dejado...
- Ana, tranquila de verdad, está todo bien - me acarició el pelo - si me quieres contar algo... - sentí una conexión con él muy especial cuando me dijo aquello - sé que hay algo más por lo que no has podido seguir...
- Joder - reí incómoda - que perspicaz...
- ¿Quieres contarme entonces?
- No Hugo, prefiero que no, pero no es por tí, si no porque me duele mucho contarlo - suspiré - es algo que me pasó y aún me persigue un poco en estas situaciones, lo siento...
- Vale, pues cambio de tema - hizo una pausa - Oye y... - se puso su camiseta - te importa que...
- Te puedes quedar aquí a dormir - le contesté antes de que terminara la frase y reí muerta de ternura
- Pues gracias, porque seguro que el cabron de Cepeda sigue ahí liado... - puse los ojos en blanco - me quedo aquí en el sofá
- No, no vente a la cama que es enorme y esto tiene pinta de ser incomodísimo - advertí presionando el cojín del sofá
- ¿Seguro?
- Que sí... - aseguré - vamos... - le agarré de la mano
Debí coger el sueño bien pronto porque a la mañana siguiente me desperté descansada y con la sensación de haber dormido lo necesario. Cuando abrí los ojos encontré una bandeja enorme en la cama con un desayuno espectacular y una rosa.
Me incorporé y vi a Hugo poniéndose los zapatos en el sofá.- Buenos días bella durmiente
- Uy Hugo, que me caías muy bien retira esa frase...
- A los chicos nos van a tener que volver a educar si no queremos extinguirnos - dijo fastidiado
- ¿Cómo?
- Esto del feminismo que nos tiene despistados, a mí al menos... - añadió muy serio y yo sonreí al ver su agobio - es que no sé qué decir y que no, y me gustaría aprender porque yo soy feminista ¿eh? - aseguró
ESTÁS LEYENDO
La revolución.
FanfictionLa vida después de estos tres meses va a ser preciosa, pero no fácil.