La revolución.

El futuro

- No, ni de coña Ricardo, olvídate...

Mimi escuchó la palabra prohibida y empezó a negar como una loca sin detenerse a escuchar.

- Venga ya joder, si sólo es un día... - a Ricky le faltaba ponerse de rodillas - Luisito es muy bueno

- Es un niño y los niños nunca son buenos - Mimi resopló mirandome y pidiéndome un poco de apoyo - además, quedan dos semanas para eso ¿No puedes encontrar a otra persona? O decirle a ese chico que vaya otro día y no justo cuando tu hermana te deja a Luisito

- Sólo puede ir ese día y va justo para verme y esque no me fío de nadie Mimi, quiero que se quede con vosotras - su tono era de súplica y a mi estaba empezando a darme un poco de pena

- Madre mía - Mimi bufó

- Que sí Ricky, que nosotras nos quedamos con él - asentí dándole a entender que yo me encargaba de convencer a Mimi - tranquilo

- ¿De verdad? - se le dibujó una sonrisa enorme - ay gracias War te quiero, te quiero, te quiero... - me besó repetidamente en la mejilla

- Pero bueno... - Mimi se abrió de brazos haciéndome ver su disconformidad con que yo tuviera la última palabra

- Me voy a la piscina luego os veo

Ricky se fue con el objetivo con el que había entrado y feliz.

El chico que le traía loco desde su viaje a Lisboa, iba a visitarlo justo en la semana que le dejaban a su sobrino, y al encontrarse en aquel brete tan inoportuno se vio en la necesidad de pedirnos el favor de cuidar de Luisito durante un día.

Mimi me miraba con los brazos puestos en jarra exigiéndome una explicación.

- Mimi...

- No, Ana... es que flipo

Yo le sonreí y tuvo que quitarme la mirada para mantener su dignidad y su supuesto enfado.

- No te preocupes que yo me encargo de él, de verdad, ya sé que los niños no son tu debilidad precisamente - le aseguré un poco fastidiada - es nuestra semana de vacaciones así que no veo dónde está el problema

- Encima eso, es nuestra semana de vacaciones... ¿Y si queremos hacer un viaje? o... - bajó la voz - ¿Si queremos dedicarnos a follar todo el día? ¿Eh?

- Pues lo hacemos - contesté tranquila y riéndome de sus ocurrencias - pero ese día lo programamos para estar en Madrid y sobre lo otro pues...

- ¿Qué? - preguntó chulesca

- Pues que esperamos a que se duerma y ya está, que eres una dramática y tampoco es para tanto - Le dije con una sonrisa picarona

- Ya...

Me acerqué a ella y la rodeé con mis brazos.

- No te enfades anda... - pegué mi frente a su hombro

Ella me miró con su cara de póker sin saber por dónde me iba a salir y finalmente me besó con ganas.

- Eres una embaucadora Ana Guerra, así no vale...

La volví a besar chocando mi sonrisa con la suya.

- Mmmm que rica estás - le susurré al oído mientras ella me abrazaba y acabé mordiendo su cuello

- Madre mía, Ana... para, que si no a la piscina no llegamos - dijo con la voz entrecortada mientras yo seguía jugueteando en su cuello - ay...

- ¿Tienes muchas ganas de piscina? - le pregunté con una risilla tonta