XV.

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CAPÍTULO XV.

 

-          ¡Rachel, despierta! – sacudía a su amiga unos minutos antes que el despertador sonara.

Raquel se levantó de inmediato asustada, creyendo que había pasado algo malo. Pero se encontró con una sonrisa de Laia y volvió a estirarse en la cama.

-          ¡Rach! – gritó enfadada.

Ella se levantó a regañadientes y la miró expectante para que dijera algo.

-          Dime que tienes un motivo importante como para despertarme así.

Laia afirmó muchas veces con la cabeza y con un rojo en las mejillas. Rachel levantó una ceja con media sonrisa dibujada.

-          He dado mi primer beso – dijo emocionada.

Rachel dio un grito de alegría e, inmediatamente, abrazó a Laia.

-          Cuéntame.

Laia no podía parar de sonreír y de estar avergonzada, pero al final pudo hablar:

-          Bueno… fue sin querer. Me iba a despedir de Connor y… - Rachel puso mala cara al escuchar el nombre - ¿Qué pasa?

-          Nada, nada, sigue.

-          Pues me iba a despedir con un beso en la mejilla pero giró la cabeza y rocé sus labios con los suyos. Ay, dios, creo que me gusta.

Se tapó la cara y su amiga rió.

-          Dime, ¿qué sentiste?

-          Supongo que lo normal; unos labios sobre los míos y ya. ¿A qué te refieres con esa pregunta?

-          Si no sentiste cosquillas en el estómago y mucho calor, creo que no te gusta. Creo que lo tuyo es obsesión, tanto pensar en ese beso…

Laia la miraba molesta.

-          Empiezo a sentir algo por Connor, Rach. Es en serio.

Raquel soltó una pequeña carcajada.

-          No, ya te lo he dicho. Por cierto, Tris me ha…

Y Laia, sin previo aviso, se ruborizó.

-          ¡Te has sonrojado cuando he dicho ‘Tris’!

-          No es cierto – se molestó.

-          Sí lo es – sonrió Rachel.

***

Laia se dirigía a la piscina cuando visualizó a dos figuras familiares; Tris y Connor. Se acercó sonriente hacia ellos, hasta que vio a los dos sujetes enfrentarse cara a cara. Se insultaban mutuamente y los dos se amenazaban. Laia decidió apresurar el paso para calmarlos.

-          ¡EH! – les gritó cuando estaba cerca.

Se giraron y la vieron, y justo en ese momento, se callaron. Los dos se dieron la espalda y se dispersaron. Laia frunció el ceño y decidió ir con James, quien estaba tomando un baño en la gloriosa piscina.

-          Hola – saludó el chico.

-          James, ¿qué les pasa a esos? – dijo señalándoles.

-          Problemas amorosos. – dio un sorbo a su bebida.

Laia no le dio mucha importancia y los dos siguieron charlando sobre anécdotas o estupideces. Y Rachel apareció por allí, hablando por teléfono y con una sonrisa de boba dibujada en sus delicados labios. Era obvio que hablaba con su “queridísimo” novio. Laia, cuando la vio, buscó con la mirada a su misionero Brad y cuando conectaron, ella le indicó lo que tenía que hacer. Él sólo asintió y se dirigió hacia la pelirroja. 

If only you were mine... |The Vamps|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora