XXIV.

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CAPÍTULO XXIV.

-          Rachel, dinos a quién has elegido – se dirigió Laia hacia ella con una gran sonrisa, después de haber hecho la misma pregunta a las diez candidatas.

La pelirroja se levantó de su asiento y cogió la lista, tapándose la cara con la hoja para que nadie le viera la cara.

-          Ya verás que yo no soy uno de esos – le susurró nervioso Brad a James.

Su amigo le miró con pena y consuelo.

-          Está bien – soltó un suspiro la chica – Hurley, Ben y Bradley.

Y volvió a sentarse. Odiaba que todo el mundo la mirase, ser el centro de atención; ella era la chica tímida que quería pasar desapercibida. No quería que pusieran sus ojos en ella, le incomodaba demasiado. Por eso, intentaba mirar a todos lados con el propósito de no ponerse más nerviosa.

-          Y aquí el evento de hoy. Muchas gracias por todos los participantes. Tendremos noticias de las tres citas muy pronto – informó la presentadora.

Todos los presentes se dispersaron, seguramente a sus correspondientes camarotes. Rachel se levantó aliviada y se dirigió hasta Laia, diciéndole que se iba a dormir. Ella asintió y ayudó a recoger todo el panorama, y localizó a Tris, que también hacía lo mismo que ella.

-          ¡Tris! – le llamó y él se giró. Se acercó a él - ¿Qué haces aquí? No hace falta que recojas, tú no has participado en esto.

Tristan se encogió de hombros y siguió con lo suyo. Cuando todos terminaron, el rubio cogió el brazo de Laia.

-          Mañana podríamos espiar la cita de Rach y Brad – le dijo con media sonrisa.

Ella rió.

-          Tú lo que eres es un cotilla – soltó riendo – Pero está bien, quiero comprobar que Bradley sea el indicado para ella – sonrió.

Él también lo hizo y un escalofrío recorrió el cuerpo de Laia.

-          ¡Laia! – la llamaron.

Se giró y se encontró con Connor, quien venía corriendo hacia ella.

-          Connor – dijo.

-          ¿Quieres tener una cita mañana conmigo? – le soltó de sopetón.

Laia se sonrojó demasiado y Tris apretó sus puños.

-          Claro, Connor – contestó con una leve sonrisa.

El rubio más bajito le enseñó todos sus perfectos y blancos dientes y no dudó en darle un confortable abrazo. Eso aceleró las pulsaciones de la chica, sintiendo los nervios a flor de piel. Laia creía que empezaba a gustarle Connor… pero sólo creía. 

If only you were mine... |The Vamps|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora