XXIII.

432 42 6
                                    

CAPÍTULO XXIII.

-          ¿Qué pasa Laia para que vengas tan apresurada? – le preguntó Rachel acabando de cortar unos bocadillos.

Laia intentó recuperar el aire perdido por la gran carrera que hizo para llegar a Rachel. Cuando pareció estar mejor, respiró hondo y la miró.

-          Hoy tienes que ponerte preciosa – le informó.

-          ¿Qué?

***

-          Laia, ¿por qué me has obligado a ponerme tu mejor vestido con escote hasta el suelo? – exageró la pelirroja.

La mayor rió y empezó a maquillarla.

-          Porque hoy tienes una cita – dijo severamente.

-          ¿¡Qué?! Laia ya sabes que…

-          Que sí, lo sé. Sólo déjate llevar esta noche, ¿sí?

Rachel puso los ojos en blanco y cedió. Terminaron unos minutos después y Laia se vistió algo menos arreglada que su amiga, al fin y al cabo, ella era la presentadora de eso. Cuando estuvieron listas, salieron hacia la cubierta. El cielo estaba oscuro, pues era de noche, pero las luces iluminaban todo. Delante de la piscina había una mesa de muchos metros y con 9 chicas sentadas, sólo había un espacio vacío en el medio; el correspondiente de Rachel. Ella, sin entender mucho eso, se giró hasta Laia.

-          ¿Qué es esto?

-          Ya lo verás.

La condujo hasta su asiento y Raquel se incorporó sin entender nada. Laia subió al palco y llamó a todos los admiradores. Segundos después, una centena de chicos y hombros salieron, repasando las 10 candidatas. Una vez estaba todo preparado, habló:

-          Buenas noches – empezó – Como sabéis, mi nombre es Laia y he sido yo la que ha organizado esto para dar un poco de alegría en el barco. Quiero que nos conozcamos mejor, ya que tenemos todo un mes por delante conviviendo juntos. Por eso, hoy os presento a unas candidatas – las señaló – que se han presentado voluntarias – le guiñó el ojo a Rachel. – Bien, pues vosotros – miró los hombres -  podréis elegir cual os gusta más y os presentáis. Tendréis cinco minutos para hablar con ellas y luego, apuntarán la puntuación que crean correcta para vosotros. Al final, los tres que hayan obtenido la puntuación más alta cada chica, éstos podrán optar a tres citas con ella. Finalmente, cuando estas tres citas acaben, la candidata deberá escoger a uno y después elegir si quiere tener una relación con él o no. ¿Entendido? – todos gritaron un fuerte “sí” – Pues mucha suerte.

Y bajó para reunirse con James. Al poco rato, se unió Tris y después Connor. Laia cogió un megáfono e indicó a los primeros admiradores que ya podían empezar. Cuando Rachel ve al chico que le toca, no puede reprimir una mueca de asco. Era un hombre de unos 50 años, pelo blanco y algunas arrugas por los bordes de los ojos. El hombre se sentó en la silla enfrente de ella y empezó el discurso:

-          Soy Charles y tengo 53 años. Me gustaría intentar algo contigo porque eres hermosa. Mírate, con esas curvas tan marcadas – se sonrojó ella porque la repasó con la mirada-. Además, creo que contigo podría parecer más joven – le guiñó el ojo. – Y…

-          Es suficiente – le cortó.

-          Pero no han terminado los 5 minutos – replicó el hombre.

-          He dicho que es suficiente, gracias – le sonrió falsamente.

Charles se fue refunfuñando cosas y Rachel apuntó la nota: un 0. Tenía el presentimiento que la noche sería muy larga…

***

-          ¿Por qué no te has presentado tú? – le susurró a Laia cuando anunció que los séptimos admiradores se sentaran.

Ella le miró con una sonrisa.

-          ¿Acaso no ves que soy la presentadora?

-          ¿Y? Podrías haber dado el puesto a alguien.

Se encogió de hombros y se giró para no escucharlo más. Pero Tristan se acercó a ella y murmuró suavemente en su oído:

-          Creo que tendrías a muchos deseando tener algo contigo.

Laia se coloreó hasta las orejas y decidió olvidar lo que dijo él, pero era inevitable, las palabras seguían en su cabeza.

***

-          Los últimos, por favor – informó la presentadora.

Rachel ya estaba harta, sólo esperaba que esto acabase e irse a dormir. Esperaba que el siguiente candidato fuera algo más cercano a su edad, no como el anterior que tenía 15 años. Apoyó la cabeza en su mano y miró quien se había sentado. Se le abrió la boca cuando lo vio: Brad vestido con traje y corbata. Tragó saliva, estaba muy guapo.

-          Brad…

Él sonrió y le cogió la mano.

-          Mira Rachel, si me he presentado aquí es para que sepas que hay muchos interesados en ti, y uno de ellos soy yo. Vale, no nos conocemos mucho, pero he visto que eres maravillosa y que quiero conocerte un poco más, y tú de mí. Quiero que me des una oportunidad, sólo una, de demostrarte que alguien puede quererte de verdad, y que de idiotas como Chad hay a montones. No todos los hombres somos como él, ¿sabes? Pero por favor, no te rindas y busca el amor, porque este sentimiento es lo que nos mantiene vivos. – la alarma de los cinco minutos había sonado, pero él seguía:- Rach, simplemente olvida a ese maldito gilipollas que te destrozó y sé feliz.

Y después de eso, le dio un beso en la mejilla, para después desaparecer entre todos los admiradores. Rachel se tocó el lugar del beso y sonrió ruborizada. 

If only you were mine... |The Vamps|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora