XXVI.

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CAPÍTULO XXVI. (Maratón 2/5)

 

*Flashback*

-          Aquí es – susurró en el oído de Laia sensualmente, haciéndola estremecer.

Se ruborizó y miró los preciosos ojos de Connor con una sonrisa. El chico abrió la puerta del comedor y ella se sorprendió al no ver a nadie, pues normalmente siempre estaba a tope de gente. Delante de ellos había un pasillo adornado con rosas rojas en sus correspondientes jarrones, cada uno decorado con pequeñas estampaciones elegantes. Laia recorrió la mirada por todo ese lugar, centrándose en una gran mesa para dos personas, que también había pétalos de rosa tirados por encima del mantel. Todos los platos estaban tapados, para no adivinar que comerían.

-          Con… e-es hermoso todo – dijo sin creérselo aún. – Dijiste que sería una cita informal.

Connor sonrió satisfecho.

-          ¿Y? Pensé que te gustaría algo más romántico e íntimo, en vez de comer una hamburguesa.

De hecho, Laia odiaba las cursilerías, pero esto le encantó. No podía creerse que un chico – además con éxito – se hubiera preocupado tanto por ella, para verla contenta.

-          Me gustan las hamburguesas – rió ella mientras le contagiaba la risa a él también.

-          Anda, vamos a sentarnos.

Puso la mano en la espalda de Laia delicadamente conduciéndola hasta la silla. Los latidos de la castaña eran perceptibles hasta su camarote, donde Rachel estaba preparándose para su segundo pretendiente. Tragó saliva y se sentó, después Connor hizo lo mismo delante de ella.

-          Me siento ridícula yendo con pantalones y una camiseta vieja en este lugar de lujo – dijo avergonzada.

-          Prefiero que seas tú misma – le sonrió.

Empezaron a comer: pasta con salsa al pesto, una delicia, seguido de carne de cordero muy bien cocinada, que, con tan sólo ponerte un trozo de ella, se te derretía en el paladar. Laia no había comido algo tan bueno desde hacía mucho tiempo.

Las bromas siempre eran presentes en sus conversaciones, se divertían; en conclusión, se conocían. Laia disfrutaba de su compañía, y Connor la de ella, estaban complementados.

-          Ya hemos terminado. ¿Nos vamos? Quiero maquillar a Rach para su cita con Brad – sugirió la castaña.

-          Está bien – se levantaron a la vez.

Connor acompañó a su invitada hasta su camarote en completo silencio, sin ser incómodo, cada uno pensaba en sus cosas. El corto camino cesó y se pararon delante de ese camarote, el 23. Laia se puso de espaldas a la puerta y lo miró con algo de vergüenza e intentando apartar la mirada, igual que Connor. ¿Cómo se supone que se van a despedir?

-          Bueno… Hasta lueg…

Laia fue interrumpida por los labios de Connor encima de los suyos. Él posó sus fuertes brazos por la cintura de la chica, acercándola más a su pecho, para sentirla más cerca. Con mordió el labio inferior de ella para pedirle paso y Laia, aún con los ojos abiertos de la sorpresa, le dejó. La castaña decidió disfrutar de eso beso, que se iba tornando más y más caliente, mucho más pasional. Sus lenguas empezaron una gran batalla, como si una de las dos quisiera ganar. Y, al fin, después de muchos segundos, se separaron por la falta del aire. Connor soltó la cintura de Laia y sonrió al verla toda sonrojada y vergonzosa. Le dio un pequeño beso en la nariz y se despidió con una enorme sonrisa en la cara, de satisfacción.

*Fin del flashback*

                - ¿Laia? – Tris pasó su mano por delante la cara de la chica llamada.

Ella despertó de sus pensamientos, recordando ese beso y volvió a sonrojarse.

-          Dime – le dijo nerviosa.

-          Te he preguntado algo y no me escuchabas – la fulminó con la mirada.

-          Perdona, Tris – sonrió de lado – estaba con mis pensamientos.

Él rodó los ojos.

-          Te lo volveré a repetir: ¿te besaste con él?

If only you were mine... |The Vamps|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora