XVI.

483 32 0
                                    

CAPÍTULO XVI.

Él sólo asintió y se dirigió hacia la pelirroja. Rodeó la piscina para encontrársela de frente y justo cuando pasaba por delante, Bradley se echó hacia un lado, como si tropezara, y su cóctel se dirigió hacia el vestido de Rachel. Ella, disgustada, colgó el teléfono y miró a Brad.

-          Ups… Rach, lo siento – se disculpó el chico.

-          Eres idiota – dijo con todo el odio del mundo en los ojos.

Eso hizo estremecer a Bradley. ¿Y si se ha enfadado…? Sacudió la cabeza para olvidarse de esta posibilidad. Pero pensó en algo que dijo por teléfono antes de colgar… “3 días” era la palabra que Rachel repitió algunas veces. Él se acercó hasta Laia y ésta notó que estaba pensativo.

-          Bien hecho. ¿Qué te pasa?

Se encogió de hombro y preguntó:

-          ¿Qué pasa en tres días?

Laia miró a James para que él supiera la respuesta.

-          No me mires, yo no lo sé.

-          Era lo que dijo Rach… - soltó el castaño oscuro.

 Se quedaron en silencio hasta que Laia salió de la piscina.

-          ¡Oh, mierda! ¡En tres días estamos en España!

Los dos chicos la miraron expectantes.

-          ¿Y? – preguntaron al unísono y se rieron.

-          Chad vive allí…

Bradley se tapó la cara con las manos y negó, mientras que James miraba el horizonte.

-          Tenemos que impedirlo, chicos. – espetó la chica.

Por lo lejos, se acercaron Tris y Connor, quienes fueron llamados por Brad.

-          ¿Qué pasa? – el más alto se sentó a la orilla de la piscina.

-          Que no podemos dejar que Rach vea a su novio – repitió Laia.

Con frunció el ceño sin entender y dijo:

-          ¿Por qué tenemos que impedirlo? O sea, si son pareja…

Laia carraspeó y se sentó a su lado. Con la mirada repasó el cuerpo semi-desnudo de Connor, pero intentó mirarle a los hermosos ojos azules.

-          Porque Chad es un hijo de puta. Es un mujeriego y estoy segura que Rach tiene unos cuernos que no pasan ni por la puerta.

Los chicos rieron por esa comparación, incluso Tristan. Laia se giró para mirarlo, pero él paró de reír cuando notó la mirada de ella.

-          Bien, pues si es así, ¡vamos a separar a esta pareja! – exclamó con ánimos Brad.

-          No tan deprisa, pequeñín – sonrió James – primero deberíamos afirmar que la ha engañado.

-          Oh, vamos, no jodas, Jamie. Si tú le conocieses, le partirías la cara por ser tan gilipollas. Confía en mí, Rachel pasó de ser una santa a beber alcohol y dejar los estudios por ese mamarracho.

James pareció pensárselo.

-          Está bien, te creo – asintió el rubio musculoso.

-          ¿Y qué haremos? – preguntó de la nada Tris.

-          Tengo un plan – sonrió pícara Laia. 

If only you were mine... |The Vamps|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora