Gran amor. [ZELDRIS Y TÚ] [NNT]

Capitulo 1.

Narro yo.

—Eres una de las diosas más débiles aquí ,¡Deberas irte de él clan de las diosas Helena!

—E-Entiendo.

La pequeña diosa salió corriendo de él lugar llorando para luego emprender él vuelo hacía él mundo humano.

—¿Esta seguro qué es la mejor opción para qué ella pueda ser fuerte y qué despierte su poder?– Dijo una diosa mayor.

—Sera lo mejor por ahora, ella tendrá qué aprender a sobrevivir y sera una de las diosas más fuertes. –Sonrio un dios mayor.

Por otro lado, La diosa descendió él vuelo en un bosque y decidió caminar. Estaba triste y después se dio cuenta que estaba perdida.

—¿Qué es este lugar?, –Suspiro– Es hermoso.

Escucho a lo lejos agua.

—¿Una cascada? –Sonrio.

Miro a los lados no la encontraba habían muchos árboles al rededor.

—Porque siempre tengo qué perderme. –Suspiro.

Narra Zeldris.

Volaba por un bosque en él mundo humano, estaba arto de estar todo él tiempo matando gente y tenía curiosidad de él porqué mí hermano había dejado él clan, según él el mundo humano era interesante.

Descendí cerca de una cascada, iba a entrar pero escuche a alguien venir en mí dirección.

—Por qué siempre tengo qué perderme– Dijo una mujer.

—¿Quién eres?- Dije frío, ella me miro y su piel se estremeció.

—E-eres un demonio, ¿No es cierto?. –Me miro con un poco de nervios pero al parecer intentaba sentirse segura. Era una diosa,él enemigo, claro esta, sin dejar atrás qué sus alas la delataban.

—Lo soy. –Me gire a la cascada, me quité mi ropa y entre.

—¡Per-pervertido!, no ves qué estoy aquí. – Me grito.

—Pense qué te irías. –Respondi frío.

—N-no tengo a dónde ir –Me contestó un poco Triste– Mi clan me dejo a mí suerte por ser débil.

—¿A caso te lo pregunte?– Seguí con mí tono frío, pero me dio curiosidad.

—¡Qué grosero!. –Chillo.

La ignore y salí de él agua, me puse mí ropa y estaba dispuesto a irme.

—E-espera– Me hablo.

—¿Qué quieres?.

—Fui algo grosera y no me presente, mi nombre es Helena, ¿Cúal es él suyo?–La volte a ver, tenía sus mejillas sonrojadas.

—No te lo pregunte. –Contesté frío.

—Espere... ¿Podemos vernos mañana aquí?, me sentir..– No la deje acabar y me fui.

Sentía un poco de curiosidad por ella pero lo que mas me intrigaba, ¿Por qué su perfecto clan la dejo a su suerte.?

Cuándo llegué de nuevo al castillo de él rey demonio, todo estaba tranquilo cómo debería de ser, entre a mí habitación y me acosté en mí cama. Mañana tendría qué ir a ver a esa diosa, y no sé por que lo haría.

Narra Helena.

—¡Qué grosero! – Grite y suspire– ¿¡Ahora qué haré!?, no conozco nada de este mundo.

Me tire en él pasto y grite de frustración.

Ese demonio me ignoro por completo, quería qué tal ves me explicara algo de este mundo, pero no se fue y tal ves no lo vuela a ver.

—¡Agh! ¿Que haré?.

Tenía hambre y estaba cansada, camine un poco y encontré un árbol de manzanas, trepe él árbol y tome tres.

¿Ahora dónde dormiría?, no tengo a dónde ir..

Regresé a la cascada y vi una pequeña cueva, Entré y comí dos manzanas, decidí dormir allí. Mañana buscaría un lugar dónde estar.

Desperté con los rayos de el sol iluminando la cascada, se veía precioso desde allí. Tomaría un baño.

Me quite mí ropa y entre al agua.

—Esta agua es tan fresca. – Susurre y luego sonreí.

Me acerqué un poco a la orilla y comencé a mirar todo al rededor.

—Es bellísimo, tal ves debería vivir aquí.

—Morirías sí haces eso, todo tipo de demonios pasa por aquí y te matarían sin dudarlo. –Dijo él demonio de ayer, eso me sorprendió

—Es de mala educación escuchar lo qué otras personas se dicen así mismas. – ¿Que rayos dije?.

—Hmp sólo iba pasando por aquí ya qué me gusta esta cascada.

—Oh.. ¿Vienes aquí seguido.? –Lo mire curiosa.

—No tengo por qué responderte. –Consto frío y me miro.

También lo mire, pero recordé qué estaba desnuda y tal ves estaba roja al mil.

—Voltece... Estoy desnuda, ¡Pervertido.!–Grite y él río pero después puso su mirada sería.

—No es cómo sí te quisiera ver. –Se volteo.

Salí de él agua y tome mi ropa y me la puse lo más rápido qué pude.

—B-Bueno me voy. –¿Pero a dónde iría?.

—Hmp. –Contesto sin importancia.

¿Y sí le pregunto o me voy con él?, Diablos no pienses eso.

—D-disculpe. – Qué iba a hacer.

—¿Um?– ¿No puede responder mejor.?

Narra Zeldris.

—D-disculpe.

—¿Um?– ¿Por qué estaba nervioso?, ¿No quería qué se fuera?, ¡Diablos!.

—¿Puedo quedarme con usted?– La volte a ver y ella se exaltó – ¡Por favor!.

—No lo sé, –Diablos– Esta bien, pero tendrás que acompañarme a uno de los pueblos de Camelot.

—¿Dónde esta Camelot.?

—Esta al sur, pero eso sera en unos 3 o 4 días mientras tengo qué agrupar a muchos demonios y después me iré.

—¿Se irá?. –Me miro.

—No te interesa.

—Que bipolar. –Susurro.

—Te escuché, no sé qué harás en esos días pero espero y te prepares sera un largo viaje.

—Bueno, ¿Me dirá cómo se llama.?

—No te interesa.

—Ump, entonces lo llamare Jefe.

—No me importa, me iré.

—¿Entonces tendré qué esperar aquí 3 días.?

Esta chica puede sacarme de quicio no entendió qué puede hacer lo qué quiera en tres días, hasta puede irse sin esperarme.

—Oh ya se vendrá estos tres días a ver cómo estoy.–Sonrio.

—No seas Idiota, ya te lo dije y no volveré a repetirlo, ya me voy y ten. –Saqué un poco de Comida echa por mí de mi maleta y se la extendí. –Come esto, te durara tres días, pensaba comerla yo, pero ten.

—Si es suya no puedo aceptarla. –Me la intento devolver.

—No, yo iré a la tierra de los demonios puedo conseguir más, y sí no la aceptas a ver que comes.

—E-Esta bien jefe, la aceptare, gracias.

—Me voy.

—Nos vemos, jefe. –Me sonreía.

Esta mujer, hacia qué tuviera una extrema curiosidad hacía ella.

No sabía por qué pero quería estar junto a ella.