Capítulo 13.

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Narra Zeldris.

No pode dormir toda la noche, ¿Cómo se le ocurrió a esa idiota dejarme toda la noche solo?, estaba enojado y no sabia él por qué.

Salí de la habitación y baje directo a la cocina, no estaba Ban, supongo qué aún era temprano, él qué sí estaba era Meliodas.

-¿Y cómo dormiste? -Dijo mirándome.

-No dormí. -Dije malhumorado.

-Oh, ¿y ese humor?

-Nada importante, sólo no pude dormir. -Dije con él mismo tono.

-Ajá entonces,-Me miro con una sonrisa- extrañaste a Helena y por esa razón no pudiste dormir y también es la razón de tu malhumor? -Dijo riendo.

-No, no es eso, seguro es qué debemos entrenar ya y ella esta jugueteando con Elizabeth y la otra. -Dije con algo de fastido.

-¿Disculpa?, ¿Hablas de mí?, para tú información me llamo Diane no "La Otra". -Dijo la otra chica qué al parecer se llama Diane.

—Pues eso no me importa. –Dije volteandome y al mismo tiempo recibiendo un golpe de su parte.

—Auch. –Dijo Meliodas– Ahora no soy él único qué la soportara. –Dijo en un tono divertido y recibiendo también un golpe.

—Diane San, tranquila. –Dijo Elizabeth.

—¡Helena!, Deberías enseñarle modales a este idiota. –Dijo Diane gritando.

—L-Lo siento Diane San. –Dijo sonrojada.

—¿¡Porqué te disculpas!? –Dije gritándole.

—Zeldris Sama, debería respetar a las señoritas cómo Diane y Elizabeth .–Dijo sonrojada y con él ceño fruncido.

—¿Ya escuchaste mandilón? –Dijo Meliodas riendo.

—Helena debemos entrenar, ahora vamos. –Dije tomándola de la mano y llevándola así él castillo.

—E-espere Zeldris Sama, no e comido nada.. –Dijo apenas audible.

—Y no comerás hasta qué aprendas a usar una espada, y eso lo tendrás qué aprender justo ahora en este día, y si no no comerás. –Dije con él ceño fruncido aún estaba enojada con ella.

—¿¡Qué!?, ¡¿Por que!?. –Dijo gritando.

—Ya dije, ahora a entrenar. –Dije serio.

Cuándo entramos al castillo directamente bajamos a lo más profundo de él para no causar tanto desastre.

—Toma esa Katana qué esta de tú lado, hable con Meliodas, dijo qué seria fácil para ti usarla. –Dije mirándola serio.

—Ah, así qué era esta a la qué se refería, pero no se pelear con espada. –Dijo mirándome.

—Lo sé, por eso yo te enseñaré.

—Esta bien. –Dijo mirando la katana.

—Mirame, –Dije y ella me miro– Lo haré primero con esta. –Dije mostrándole la Katana qué tenía.

Era algo sencillo pero primero tendría qué ser fácil.

—¿Eso es todo?, se ve muy fácil. –Dijo riendo.

—Cómo es fácil, deberás lograrlo en 5 minutos.– Dije riendo sarcásticamente– Ahora lo que harás, es colocar la mano izquierda en la parte inferior del mango y extiende completamente tus brazos para que la espada esté lista en una diagonal en frente de tu cuerpo. –Mire qué lo hiciera, perfectamente. – Ahora Levanta la espada sobre tu cabeza y corta en un solo movimiento controlado, evita que la hoja se mueva. –Dije mirándola.

Ella lo hizo pero no le salio.

—Hazlo de nuevo y cuando te salga hazlo repetidamente 100 veces. –Dije serio.

—¿Enserio?. –Dijo mirándome.

—Sí y ahora hazlo él tiempo pasa.

Mire cómo lo hacía y yo le decía repetidamente cómo hacerlo hasta qué le salio, se tardo dos horas haciendo él mismo hasta qué acabo de hacerlo 100 veces, la puse a hacerlo otras 50 veces y lo hizo más rápido tan solo 15 minutos, era rápida aprendiendo, creo.

—Bien, ahora vamos con él segundo ejercicio. –Dije mirándola.

—¿Todavía más?, ¿Me quiere matar Zeldris Sama?. –Dijo Suspirando.

—Cállate y escucha, –Dije con una Benita en la frente– Cuándo acabes este podrás comer.

—¡Siiiii!, Lo haré por la comida. –Dijo sonriendo cómo imbécil.

—Bien, ahora comienza por adoptar la empuñadura gedon y posicionar las piernas de modo que tu pie derecho esté de 2 a 3 pies (60,9 a 91,4 cm) delante del izquierdo, con tu peso distribuido uniformemente. –Dije mirando cada cosa qué hacia, estaba muy concentrada– Imagínate a un rival de tu altura en frente de ti y levanta tu katana por encima de tu cabeza. –Ella suspiro y lo hizo– Guía la hoja hacia abajo en diagonal para que tu espada entre en la base del cuello a la derecha de tu oponente imaginario, procediendo a través del cuerpo y saliendo a través de la axila izquierda,– Ella definitivamente estaba concentrada– Aprieta tus músculos abdominales mientras terminas el corte para mantener la columna vertebral erguida y apoyas la postura correcta, levanta la espada sobre la cabeza de nuevo y repite el corte en el lado opuesto, imaginando tu espada entrando a la base del cuello del lado izquierdo y saliendo de la axila derecha. 

Ella lo hacía una y otra vez sin parar hasta qué por fin le salio.

—Tienes que repetirlo 100 veces más. –Dije mirándola serio.

—¡Esta bien!. –Grito cansada.

Aún nadie venía era algo extraño pero supongo qué estaba bien.

—Ya acabe Zeldris Sama. –Dijo aún lado mío

—¿Tan rápido? –dije con una ceja arriba– ¿No hiciste trampa? –Dijo mirándome.

—¿Eh?, no, no hice trampa se me hizo más rápido, fue muy fácil. –Dijo sonriendo.

—Esta bien, vamos a comer. –Dije suspirando.

—¡Siiii, Yupiiii! –Grito una y otra vez.

—Si,sí ya cállate. –Dije saliendo de él castillo.

Ella me seguía con una sonrisa sin hacer ni un sólo ruido.

—Zeldris Sama. –Me hablo.

—¿Qué?, ¿Tienes hambre? –Dije mirándola de reojo.

—Sí, pero no es eso. –Dijo riendo– Es sólo qué hoy fue un día duro, quería decirle... –Dejo de caminar– Creo qué estoy enamorada de usted.. no quería decirlo ya qué no sabía muy bien nada de esto, pero Elizabeth San me hablo de lo qué sentía por su hermano y realmente supe lo qué sentía por usted, eso hizo qué actuara de manera extraña y realmente me gusto, me gusta estar a su lado Zeldris Sama.

Me sonroje no sabía qué decirle hací qué la abracé.

—Siento lo mismo Helena, es algo extraño qué pensé no volver a sentir pero realmente te amo.. Helena.

Nos quedamos así un momento más y luego ella hablo.

—Zeldris Sama...

—¿Qué?.

—Tengo hambre. –Dijo más qué roja.

—Oh sí, vamos a.... Casa. –Dije con una sonrisa.

Gran amor. [ZELDRIS Y TÚ] [NNT]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora