Gran amor. [ZELDRIS Y TÚ] [NNT]

Capítulo 17.

Narra Zeldris.

Meliodas estaba muy tranquilo mientras caminábamos hacía su taberna, podríamos volar, pero él había dicho qué no lo hiciéramos, sabía por qué, pero no le veía mucha necesidad.

—Cuando llevemos a la taberna, beberé algo de Alcohol. –Dijo caminado con sus manos en la nuca.

—Siempre estás bebiendo, pero esta bien, algo bueno de todo es que no nos emborrachamos.

—Si lo hicieras cuantas tonterías no harías. –Dijo riéndose.

Tan solo lo mire y seguimos caminando.

Mientras Caminábamos sentimos la presencia de algunos demonios.

—Ay que ocultarnos él Rey notara si peleamos contra ellos. –Dijo mirándome.

—Esta bien, pero necesitamos apurarnos, no quiero preocupar a Helena.

—Hmp. –Respondió.

Realmente nos parecíamos.

Yo estaba cansado de ocultarme cada vez que algún demonio pasaba cerca, ya quería estar con Helena.

—Se qué esto es imprudente pero tenemos qué regresar rápido. –Le dije a Meliodas mirándolo.

—¿Quien fue él idiota qué se fue queriendo matar a Gelda? —Me contesto.

—¡Tú habrías echo lo mismo!– Reproche

—¡Pero yo soy yo Idiota!. –Dijo y me golpeó.

—Hmp. –Dije caminando sin mirarlo.

Estaba preocupado por Helena, sabía qué había sido mi culpa irme, pero quería vengarme, sí ella hubiera muerto, no sabría qué hubiera pasado, lo único que me mantenía calmado era qué estaba bien, creería en Meliodas.

—¡Diablos!. –Dijo casi susurrando y me llevo casi colgando de él a una cueva.

Ahora que?..

Narra Helena.

Aún no podía caminar bien, Ban y King me había dicho qué empezará cómo sí fuera un bebé humano, "Gateando".
Realmente pensé qué sería fácil, había visto varios bebés haciéndolo, realmente me gustaban los bebés. Cuando lo intente no lo logré, no lograba sostenerme mis piernas no eran tan fuertes de lo qué pensé.

¿Cómo pueden los bebés hacer algo tan Difícil?.

Creó qué era realmente algo necesario, las diosas no hacíamos tal cosa, las alas nos ayudaban realmente mucho.

Estaba acostada en él piso de la taberna, no había nadie, Merlín apenas había salido ya qué había sentido la presencia de Meliodas y Zeldris e iba a ir con él para traerlos más rápido.

Me había dejado completamente sola, pero estaba bien, tendría qué practicar un poco más.

Mientras intentaba "gatear" oí qué alguien habría la puerta, no le tome mucha importancia y seguí intentándolo, hasta que por fin lo logré.

Mire alrededor y no había nadie, me sentía cómo un perro. Intente ponerme de pie agarrándome un poco de la puerta de la cocina y cuándo lo logre, di pequeños pasos con dificultad hacía la barra.

Había una persona sentada.

—¿Disculpé?. –Dije para llamar su atención.

Estaba recargada en la barra, no podía seguir caminando.

—Pensé que no había nadie. –Me dijo.

—Perdón pero esta cerrado, señor. –Le dije con amabilidad y algo de temor.

Tenía miedo y no sabia por qué.

—¿Eres una de las mesetas, no?, ya te había visto por aquí. –Dijo mirándome.

—No lo conozco, señor... –Lo miré– Creo que me esta confundiendo un poco.

—No lo estoy haciendo, ya te había visto, y me gustas, vamos a dar la vuelta.

—No puedo señor, estoy ocupada. –Dije intentando no caer, ya no tenía fuerza para seguir sosteniendo me.

—No te haré nada, vamos. –Dijo acercándose.

—¡No puedo!. –Grite con miedo y caí.

—La ayudaré señorita. –Dijo brincado hacía él lado de la barra donde estaba yo.

Narra Zeldris. 

Estábamos en una cueva esperando a qué se fueran todos los demonios que habían decidido esperar una agrupación qué faltaba, o eso habíamos escuchado, no habían demonios muy fuertes allí, pero no podíamos salir.

Ya, estaba harto, si seguían apareciendo demonios cerca de aquí ya no iba a esperar y iría rápido a encontrarme con Helena.

—Pronto se irán, no le pasará nada a ella Zeldris, tienes qué tranquilizarte sí ellos descubren qué estamos aquí el Rey se enterará, y no queremos eso por él momento, tan sólo espera.

—Esta bien, pero estas seguro qué el aún no lo nota?.

—No lo noto ni cuándo yo lo hice, ¿como lo hará contigo?. –Me miro y dio un suspiro – Lo qué sí, esta cueva tiene algo raro, pero estaremos bien si ellos no nos notan.

Tan sólo esperemos a qué ellos se vallan, no falta mucho.