Capítulo 32.

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Solo por que yo los amo mucho.

Narrador.

Meliodas.

Ella lo odiaba, Melascula realmente odiaba a Meliodas, ¿Que mierda hacia aquí?

—Creo que llego en él momento adecuado Ban. –Dijo sonriendole y después golpeando su rostro.

Melascula los miro con confusión.

—¡Capi!, ahora no es el momento. –Dijo con seriedad Ban. -Elaine...

—No te preocupes Ban, Elizabeth cuidara de ella, ahora acabemos con esto. –Dijo mirando a Melascula.

Elizabeth tomaba en sus brazos a Elaine mientras se alejan de ahí.

—Creo qué eso será un problema para ti Meliodas, ¿no deberías estar con Zeldris? –Dijo con burla.

Meliodas fruncio él ceño y ataco a Melascula.

—No es momento para tu bromas. –Su voz salió gruesa, haciendo temblar a Melascula.

Melascula escupió sangre y un hoyo se formo en su estomago. Con su materia negra se cubrió y miro a Meliodas con rabia.

Melascula sabía que no debía hablar acerca de lo que iba a ocurrir, pero sintió miedo de morir. Ella tenia que hacer algo.

Mordió su labio con fuerza, asiendo una herida, no tan grave y lamió la misma mientras sonreía.

—¡Ban, cuidado! –Grito Meliodas.

Melascula toco él pecho de Ban y sonrío mientras decía 'Shōraikon'.

Ban sintió ganas de vomitar, pero no pudo hacerlo, sabía que algo malo pasaría si escupía lo que sea qué fuera a sacar.

Meliodas ataco nuevamente a Melascula alejándola de Ban.

Invitación de Alma. –Dijo Meliodas sin despegar la vista de Melascula. –No dejes que te vuelta a tocar Ban, Melascula se comerá tú alma, no bajes la guardia, imbécil. –Dijo serio.

Melascula mientras vio una distracción de Meliodas invoco varios demonios y escabulléndose un poco logro hacer varias heridas en ambos, ella sonrió satisfecha al ver qué había acabado con uno de los corazones de Meliodas y por lo que había visto, probablemente el chico llamado Ban tenía magia curativa o algo parecido, era imposible que no muriera o tal vez era inmortal.

Meliodas ataco a Melascula acabando con tres de sus corazones, haciendo que ella escupiera sangre y lo mirara con odio.

—Bien echo capitán, ahora es mi turno. –Dijo Ban lanzándose hací Melascula.

Casería del zorro. –Dijo mientras la golpeaba y la lanzaba lejos. –Nunca fui muy caballeroso, no me importa golpear a una 'mujer'.

Melascula se levantó y los miro a ambos.

—¿Sabes por que estamos aquí? –Dijo asegurándose qué ningún dios o alguien del clan demonio estuviera cerca. Meliodas se mantuvo callado. –Te lo diré por que no estoy de acuerdo con hacer una alianza con él clan de la diosa, tampoco pienso volver al clan... –Y por que no puedo morir ahora. -pensó- miro hacia donde había dejado al bebé. –Ellos quieren al bebé... ¿tú sobrino? Bueno ellos lo quieren, no entiendo por que nos lo dijeron y eso no me gusta, él rey demonio quiere a ese bebé y también la deidad suprema lo quiere, ellos hicieron un acuerdo.

—Helena esta en peligro entonces. –Dijo Ban. –Tenemos que irnos capitán.

—Vi lo qué hiciste. –Dijo Meliodas y Melascula lo miro. –Pensaba ir por él con Eli, pero supongo qué te debo una por esto. –Melascula fruncio el ceño. –Cuidalo.

Melascula no respondió.

Y se dirigió dónde había dejado aquel bebé, su mandamiento le rebotaría por traicionar al Rey demonio...

—Te haré un favor, pero también necesito algo a cambio. –Escucho una voz de mujer.

—Lo haré. –Dijo mordiendo su labio, sentía como su cuerpo ardía y dolía.

Merlín quito él mandamiento de Melascula guardándolo en una botella.

—Regalame de tú Sangre y permiteme quedarme con esto. –Dijo mirándola con una sonrisa.

Melascula se hizo una cortada, haciendo que brotará sangre de ahí, Merlín tomo sangre de Melascula y se fue.

—Tú sangre me servirá mucho. –Hizo una mueca. –Adiós Melascula.

Melascula miro a la maga irse y sintió un repentino alivio.

Ya no tenia él mandamiento pero también había traicionado al clan, ahora sólo tení que cuidarse e irse de ahí, no podía estar ahí mas tiempo.

Corrió hacia dónde había dejado al bebé, quito la materia negra que había dejado como barrera para que nadie se acercara y tomo al bebé en sus brazos.

—No entiendo cómo sucedió esto. –Acaricio la cara del bebé. –Cuidaré de ti.

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¿Que tal? ¿Genial, no?
Haciendo que la Melascula se enamorara del bebé.

Es por que yo la amo y no podría matarla. Jajaja.

Buen día.

Gran amor. [ZELDRIS Y TÚ] [NNT]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora