Gran amor. [ZELDRIS Y TÚ] [NNT]

Capítulo 37

Narrador

La deidad miro con ternura su vientre él cual ya se estaba creciendo, ella sabia que no solo era uno y ella sabía qué pasaría con él segundo al nacer después.

Y ella no quería eso.

Sí ella probablemente era una Deidad Suprema indigna por todo lo que ya había ocasionado y echo mal, gracias a que se dejo influenciar por los arcángeles y dioses del consejo, los cuales repudiaban a los demonios y sólo por eso, habían acabado con las vidas de ya muchas razas.

¿Se arrepentía? Sí

Y ahora se preocupaba por la vida de su otra hija qué era más débil qué Helena. ¿Cómo llamaría a la otra?

Se emociono tan solo de pensar en un segundo hijo.

Una amplia sonrisa se formo en zumba rostro mientras miraba su vientre.

—¿Quieres escoger tú nombre bebé? –Le pregunto sonriendo a su vientre. –¿Qué tal Jazmín?

La Deidad estaba tan ocupada mirando su vientre que no se percató de sofia quién la miraba con rabia.

La odiaba.

No solo por que se había acostado con él dios que a ella le gustaba, tan bien la odiaba por ser ella.

La envidiaba mucho.

No le gustaba que fuera feliz.

Odiaba verla sonreir.

También odiaba a su madre,,

¿Por que ella no había nacido antes? 

Ella podría ser la Deidad suprema.

Ella podría haber conseguido todo lo que Geraldine no.

Ella pudo haber acabado con los demonios sin rechistar.

Pero,, ¿por que su mamá no había nacido antes?

Gruñó con molestia al verla tan feliz y sin darse cuenta, comenzó a sangrar.

La impotencia se apoderó de ella y las ganas de llorar se hicieron presentes

Entonces comenzó a sollozar, quería morir.

Odiaba también a la estúpida de su hija que ya crecía en su vientre.

Quería matar a Geraldine y no solo a ella a todos los que la aceptan

Mientras a ella la veían cómo a una sirvienta a Geraldine la veían como a una reina y también odiaba eso.

¿Por que había sido tan despreciada por todos?

La Deidad Suprema miro a su amiga con preocupación.

Sofia la miraba con odio, pero ella ni siquiera había notado eso.

Ella en su mirada solo podía ver dolor.

—¿Qué pasa?, ¿Por que estas sangrando?, ¿Estas bien?, ¿Quién te hizo esto?, ¿Sofia?, ¡HEY! ¡SOFIA!

Geraldine grito con miedo.

¿Qué estaba pasando?

Sofia se desmayo en sus brazos y ella solo pudo llorar hasta que los guardias llegaron.