Capítulo 33.

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Narrador.

Grayroad reía con fuerza mientras miraba a Zeldris.

—Supongo su ya es tiempo de decirte, Estarosa probablemente ya tiene... –Grayroad se detuvo al sentir un poder mágico desconocido para él, lo único que sabia era que era de una diosa.

Zeldris sintió miedo, Era su Helena.

(...)

Helena había despertado gracias a un poder mágico demoniaco, sabía que no era Zeldris. Se quedo quieta esperando que se alejara y no viniera hacía ella.

Probablemente Zeldris se encargaría de quién sea qué estuviera afuera... Aunque había un problema, no sentía a Zeldris cerca.

Mordió su labio y bajo despacio de la cama poniéndose unas botas que le había dado Merlín.

Bajo las escaleras de la taberna asegurándose que no hubiera nadie dentro.

—¿Hay alguien? –Dijo con suavidad, haciendo que sonara cómo un susurro.

No escuchó respuesta, habían muchos demonios por todos lados lo podía sentir, pero también había algo mal.

¿Estaban siendo protegidos por la magia de la diosa?

¿Debía buscar a Zeldris? Si estaba solo probablemente no sentiría nada.

Helena Busco la magia de Zeldris, intentando encontrar su ubicación, pero no lo sintió, debía salir de la taberna... Salio de la taberna buscando dónde podría estar, pero no lo encontraba, habían demasiados poderes mágicos... habían demasiados demonios.

Entro al bosque, iría a la cascada en dónde se conocieron, probablemente estaría allí.

Helena se detuvo al sentir varios demonios yendo en esa dirección y salio del bosque lo más rápido que pudo, debía irse lejos y esconderse. Debía cuidar de su Bebé, Zeldris estaría bien... Pensaba mientras se alejaba casi corriendo.

Zeldris... –Susurro preocupada. –Por favor cuidate, prometo cuidar a nuestro bebé.

Paso la taberna de largo. Si las diosas y los demonios se habían unido probablemente irían por ella o su bebé, debía esconderse.

Busco la cueva de la qué le había hablado Meliodas y cuando la encontró entró en ella.

—Espero que no le pase nada a Zel. –Susurro. –Estaremos bien... Tú papá estará bien. –Le hablo a su vientre, él cual ya estaba creciendo.

Camino hasta el fondo de la cueva asegurándose que era la que le había dicho Meliodas.

La cueva tenia que tener un 'M.E'

Cuando encontró las iniciales sonrió, estaría segura.

Sintió un repentino dolor en él vientre y trago duro, soltó un gemido de dolor y se sentó.

—¿Er-res tú bebé? –Dijo entrecortada.

Helena sintió arder su vientre y sintió miedo, ¿y si le pasaba algo a su bebé?

Gran amor. [ZELDRIS Y TÚ] [NNT]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora