Capítulo 40

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Esa mañana, Normani ya estaba despierta cuando Dinah salió de la cama. Había escuchado cada movimiento y cada sonido, hasta que la puerta se abrió y silenciosamente se cerró. Había escuchado los pasos bajando las escaleras hasta que, finalmente se sintió bastante segura para abrir los ojos. Dio una mirada al cuarto desconocido, aún no acostumbrada a los alrededores e intentó determinar sus emociones. Mientras observaba, mirando, pero no viendo, se preguntó qué le había llevado a este momento. En un momento dado estaba observando las sombras, muy tímida para acercarse a la actriz, y en el siguiente estaba golpeando en la puerta de Dinah, admitiendo cosas que nunca había pensado que diría, estaba abandonada de todo pensamiento racional. Si hubiera pensado claramente, se habría detenido al pie de la escalera, mirando la puerta de la habitación de Dinah y entonces habría continuado hasta el cuarto de huéspedes. Se habría vuelto loca, preguntándose lo que Dinah podía haber dicho. Habría inventado y reinventado una infinidad de escenarios posibles que habrían culminado con un beso. Pero estaría todo bien, porque no habría sido real. No habría consecuencias para las fantasías sutiles. En vez de esto, había hecho sus pensamientos realidad. Había pisado en el hall de la posibilidad y saltado de cabeza, sin pensar más. Se había entregado al momento, a la tensión, y a la excitación, separando confusión, incertidumbre y temor. Y ahora, ¿qué? Ahora que todo estaba descubierto, ahora que sabía exactamente lo que sentía con el cuerpo de Dinah contra el suyo que iba a hacer? Todo había cambiado puede sentirlo desde el instante en que volvió a la conciencia. Lo había sentido en el instante antes de besarla, un cambio, sutil, aunque incuestionable. Su amistad por completo había sido frenéticamente alterada por una completa declaración de amor. No tenía vuelta después de ese momento, ninguna forma de volver al no saber.

Cerró sus ojos cuando se acordó del beso de Dinah, del cuerpo de la rubia contra el suyo. En ese momento había perdido toda inhibición, toda preocupación, toda duda. Había querido dar todo de sí a Dinah, rasgar el tejido de su existencia que antes no tenía sentido y verter su contenido en el mundo de Dinah. Había deseado hacer que ella viera, sintiera la profundidad de sus emociones. Había sido como morir y renacer, su cuerpo entero estremecido con los choques de placer que lo recorrían. Había sido abrumador, perfecto y  aterrador; y había deseado más. Normani giró sobre la cama y se tallo los ojos, sintiéndose completamente superada. Una cosa era admitir tener sentimientos por Dinah, otra era actuar en consecuencia. Y ahora que sabía que la actriz sentía lo mismo, ¿qué significaba? ¿Qué harían? El sonido del timbre interrumpió sus pensamientos y su atención fue al sonido de voces indecifrables. Casi podía distinguir la de Dinah, pero no podía oír lo que decían. Se preguntó quién más estaría allá abajo. Estaba bastante segura de haber escuchado una voz masculina. Y quien sabe, otra femenina, no estaba segura. También se preguntó cuánto tiempo podría 
esconderse en la habitación aunque debía ser muy obvio que se estaba escondiendo. Después de pensar varios minutos, decidió, finalmente, que necesitaba incluso levantarse. Culpó a su vejiga por el hecho de no poder evitar Dinah para siempre. Pero quizá esperaría unos minutos más.

"Te traje una copia de Red Like me," avisó Ucker alzando la cinta. "Puedes añadirla a tu colección de películas odiadas."

"Es muy interesante" comentó Camila. "Lauren quedó encantada."

Dinah miró sobre los hombros de Ucker hasta las escaleras. Estaba medio temprano, temiendo que Normani se despertara. Sabía que necesitarían conversar, pero tendría que esperar hasta que ella regresara del estreno de esta noche. Y no tenía idea de qué decirle a Normani cuando la viera.

Ucker se giró hacia atrás para ver lo que Dinah miraba. No viendo nada, se giró de nuevo. "Hum, Dinah, estoy aquí." Agitó la mano que sostenía la cinta.

Dinah salió de sus pensamientos y volvió a enfocarse en sus invitados. "Lo siento."

"Red Like Me" Ucker repitió, dándole la película. "Es toda tuya"

O Lado Cego do Amor - Norminah  (TRADUCCIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora