Las filosas pinzas cortaron de lado a lado su dedo índice. Éste cayó al piso y él sólo se retorció en la silla gimiendo detrás de la bolsa.
-Perdón si te está aburriendo la historia, pero todas las partes son muy importantes. Seguro debes estar pensando “¿y yo que jodidos tengo que ver en todo esto?”, pero ya llegaré a eso…-dijo el joven mientras limpiaba la sangre que le había salpicado las manos. –Y como te dije hace rato, hay pedazos de la historia que tuve que investigar por mi propia cuenta, tengo un amigo que encontró la manera de entrar en los recuerdos de una persona a través de un Erebo que sólo contiene su alma y la de nadie más, aunque ésta práctica ya era usada desde antes por el grupo Corvus. Pero verás, mi amigo fue más allá, puesto que cuando esto se hacía, los recuerdos de las personas aparecían al azar en la cabeza de quien portaba el Erebo, sin embargo, encontró la forma de hacer los ajustes necesarios para seleccionar las cosas que se quieran mostrar y las que no, haciendo que en lugar de un instrumento de tortura, esto se volviése una útil herramienta.
Estos tres Erebos, ya recibieron las modificaciones pertinentes, obviamente no será nada placentero para ti. Nunca es lindo cuando juegan con tu cabeza y te despegas de la realidad. La conexión que sufrirás, será tan fuerte, que sentirás absolutamente todo lo que haya sentido la persona a cuyas memorias estás accediendo, en ese pedazo de la historia. Sentirás cada agobio, cada tristeza, cada alegría e incluso el mismo dolor físico.- El elegante joven se levantó una vez más de su silla, se aproximó a su víctima y con una mano le levantó el brazo, para con la otra golpearle la axila con el pulgar. La víctima volvió a gemir y a retorcerse. El jóven repitió la acción con el otro brazo y los gemidos reaparecieron con una inútil sacudida de silla, puesto que ésta, estaba atornillada al piso.
-Tus brazos han sido inmovilizados, así que no intentes nada. Voy a desatarte para colocarte un accesorio muy …interesante.- dicho esto, el joven prosiguió a desatar las manos de su víctima y de un lado del sillón tinto en el que se había sentado durante todo ese tiempo, tomó un par de guantes de acero con un orificio de 5 centímetros de diámetro en la palma, unidos por unas cadenas de apenas cuatro eslabones. Colocó los guantes en los flácidos brazos de su víctima, que yacían completamente dormidos a causa del extraño golpe. Cuando el joven terminó, caminó hacia la mesa y se puso un par de guantes de cuero negros y de la caja que había sacado al principio, tomó el primer Erebo. Se trataba de una garra de titanio con un patrón de pequeñas ondulaciones que abrazaban por todas partes al Erebo haciéndolo parecer más una jaula, que una garra.
-Debo ser cuidadoso de no tocar yo el Erebo si no quiero irme yo también, además ya conozco la historia.- El joven colocó cuidadosamente el Erebo en el orificio de uno de los guantes e inmediatamente el mundo en el que se encontraba la víctima, comenzó a disolverse, el calor de la chimenea de atrás desapareció, el olor a tierra mojada entrando por una ventana se esfumó y la presión de los guantes se fue. El dolor proveniente de donde alguna vez había estado su dedo, se apaciguó junto con el resto del dolor físico que le habían causado hasta ese momento.
-Ahora le toca a Griliam Ebenezer contarte su historia.-dijo el joven.
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Erebo
Viễn tưởngA mediados de la revolución industrial de Zefest, Un lugar gobernado por una oligarquía elitista. Un mercado entero se ha construido alrededor de un artefacto capaz de albergar los talentos, experiencias, y recuerdos de las personas. Estos artefacto...