Capitulo 13 : Triev.

246 13 2
                                    

Mi cabeza se saturó de información nueva. El tren había llegado a Triev, el asesino había escrito una nota y la había escondido de manera que solo yo la pudiera haber visto. Temía acercarme a leerla, nada de lo que podría haber escrito un asesino podría ser algo bueno y también tenía una tremenda urgencia por saber el destino de Dorthe.

Me acomodé los alborotados cabellos con una mano mientras organizaba mis ideas. -Muy bien, primero lo primero. -Me levanté de la cama y me aproximé a los pies de la cama para tomar la nota, ésta se encontraba clavada con lo que parecía una larga y gruesa aguja que el tirador probablemente utilizaba como arma, lo que me llevó a pensar que probablemente se trataba de un mercenario. Tomé con fuerza la aguja y la saqué junto con la nota, la levanté al nivel de mis ojos y leí:

Gobernador Ebenezer:

Probablemente se pregunte por qué su agente Aquilia esté muerto, y le diré algo:
Es su culpa, dado que mi objetivo era usted. Ahora, se preguntará por qué intenté
asesinarlo y evidentemente no obtendrá la respuesta, sin embargo le puedo dar un
consejo. Si quiere aplazar su destino, deje de indagar sobre Edmund Nealer. Deje que
las fichas caigan en su lugar. Es inevitable que el mundo conozca la verdad sobre los
Erebos. De eso nos planeamos asegurar.

                              Corvuz.

-¿Muerto? Debió pensar que lo había eliminado. ¿Corvuz?  -Dije para mí mismo mientras veía la firma. Alguien me está siguiendo y sabe todo lo que yo sé, la verdad sobre los Erebos, la manera en la que se le puede robar la esencia completa a un ser humano sin que existan limites en el Erebo y cómo el hacer esto pueda ocasionar un tipo de demencia.

Ni siquiera yo estaba completamente seguro de esto último, -Al parecer el tirador está muy bien informado, de hecho esta nota deja ver bastante información, está claro que Edmund Nealer está, de alguna forma, relacionado con la verdad sobre los Erebos, por alguna razón estas personas no quieren que me encuentre con él. Sobre la última parte dice "de eso nosotros nos planeamos asegurar." ¿Por qué alguien querría fomentar que salga a la luz la verdad sobre los Erebos? Causaría caos y anarquía... No lo entiendo. Aunque supongo que Edmund Nealer tendrá algunas cosas más que explicar al respecto. Si estas personas creen que con una simple nota intimidante y un intento de asesinato van a hacerme regresar y olvidar mi deber con el estado, están muy equivocados.-

Tomé la aguja y la guardé en un pañuelo de tela azul que guardaba siempre conmigo en uno de los bolsillos internos de la chaqueta, sabía que ésta aguja podía servirme como pista para, más tarde, localizar a la persona que la fabricó y vendió para así, dar con el tirador. Sin más demora, salí a toda prisa de mi camarote. Necesitaba saber qué había sido de Dorthe inmediatamente. El haber leído la nota del tirador, específicamente la parte donde aseguraba la muerte de Dorthe, me había puesto incluso más nervioso. Cerré la puerta tras de mí y comencé mi camino hacia el último vagón de nuevo. En el trayecto tuve que esquivar a las mismas personas que me habían clavados los ojos encima la noche anterior.

Tras atravesar el tren completo llegué al último vagón y tan pronto puse un pie en él, pude ver a Goleon  salir del camarote en el que había pasado la noche Dorthe.

-Con cuidado Dorthe. -Dijo Goleon hacia adentro del cuarto, mirando levemente hacia arriba, como si le hablara a alguien más alto que él ¿Podrá ser…? No, es imposible... de ninguna manera podría caminar.

-Ya cállate, me enervas la sangre con tu nefasto tono de voz.

Sentí que el enorme peso que me oprimía el pecho era levantado, era una voz nueva que nunca había escuchado, sin embargo ya sabía quién era. Dorthe salió sin camisa portando solo su chaqueta en la espalda y el hombro izquierdo vendado. Venía apoyado en Canis para caminar.

EreboDonde viven las historias. Descúbrelo ahora