-¡Nic, tenemos que salir de aquí! ¡Tenemos que llegar con Eli y los agentes! –gritó James después de hacer una mueca de dolor al apoyar la pierna.
Niccolo no respondió, se limitó a solidarizar con James en una afirmación con la mirada. Hasta este punto, era sorprendente el simple hecho de que siguiera de pie sin haberse desmayado.
-Vamos.-al primer intento que hizo James por dar un paso en busca de Eli, perdió el equilibrio y cayó al suelo. Niccolo reaccionó de inmediato.
-Tienes la pierna rota.-dijo seriamente mientras lo ayudaba a levantarse.
Juntos comenzaron a caminar con dificultad rumbo a la parte trasera de la mansión. El diluvio continuaba torrencialmente y era un tanto difícil mantenerse alerta a los posibles ataques.
-¡Los encontré!-gritó una silueta de complexión delgada que apareció en dirección a donde ellos se dirigían.
-¡No te atrevas a acercarte, o te juro que te sacare los ojos y personalmente te los daré de comer, escoria!-vociferó Niccolo sin soltar a James.
-Tranquilos, chicos. Soy el Agente Aquil-Goleon. Viajé con tu padre a Triev, llevo un rato buscándolos para sacarlos de aquí.
Ambos inspeccionaron renuentemente al agente pero al notar su vestimenta, cayeron en cuenta de que decía la verdad.
-Ayúdeme con mi amigo, no puede caminar.-dijo Nic en un tono apenas audible.
Goleón respondió lanzándose rápidamente al lado contrario del que Niccolo sostenía a James y juntos caminaron hasta doblar una esquina. Tres automóviles llenos de gente los recibieron. Eli se encontraba aferrada a los brazos de Dante llorando inconsolablemente. Un par de Aquilias cargaban el cadáver de Griliam hasta otro de los autos y varios más seguían disparando hacia adentro de la casa tratando de detener a los civiles.
El sonido del mundo desapareció y el tiempo se detuvo ante tan terrible escena. Por un segundo, a Niccolo le pareció que incluso el diluvio se detenía. Su corazón, que hasta entonces había estado bombeando sangre a velocidades extremas, decidió saltarse un latido. El aire alrededor se volvió espeso y la gravedad pareció aumentar deliberadamente.
-¡Joven Niccolo, debe subir al auto ahora, no podremos detenerlos por mucho tiempo más!-las palabras del agente los sacaron de su ensimismamiento ubicándose de nuevo en la realidad.
-Sí…-contestó Niccolo sin aliento.
Ambos chico subieron al auto a un lado de Eli, quien se abalanzó sobre su hermano inmediatamente.
-Lo mataron, Nic, lo..mataron, lo mataron…-repetía entre sollozos. James miró a Niccolo tratando de detectar su inminente punto de quiebre, sin embargo éste nunca llegó. Niccolo, que hasta entonces había mantenido la mirada perdida, reaccionó al ver a su hermana.
-Te juro, Eli, que haré que paguen por esto. No importa cuánto me tarde ni lo que tenga que hacer para conseguirlo, regresaré por esos bastardos y los cazaré como los animales que son… y una vez que los tenga, los haré sufrir diez veces más, te lo prometo.-el labio inferior de Niccolo estaba temblando, sus palabras llenas de rabia parecían a punto de hacerlo estallar, sin embargo el shock al que había estado sometido las últimas horas, nublaba tormentosamente sus sentimientos.
James observó detenidamente a su amigo temiendo que se hubiera convertido en una bomba de tiempo. Tratándose de Nic, era totalmente probable.
Los tres autos comenzaron a avanzar, los agentes que aún no subían, dispararon un par de veces más y de un salto se colgaron a los últimos vehículos para seguir alertas durante el trayecto. La rapiña y la quema continuaron, y lo último que vieron los jóvenes al alejarse, fue lo que había sido su hogar, en llamas.
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Erebo
FantasyA mediados de la revolución industrial de Zefest, Un lugar gobernado por una oligarquía elitista. Un mercado entero se ha construido alrededor de un artefacto capaz de albergar los talentos, experiencias, y recuerdos de las personas. Estos artefacto...