¡¿Aquí?! —Pregunto James con mueca sorpresiva Mientras ambos observaban una taberna de madera que asemejaba más una cenaduría para obreros que a una cantina. Sobre la taberna había un letrero viejo que tenía un tejón empinándose un barril de cerveza seguido de las palabras "El Tejón Borracho", lo que lo hacía parecer completamente inmundo a los ojos de Niccolo. A pesar de Todo esto, el lugar se encontraba lleno, se podía ver la vida que había dentro, la música y los gritos de muchos jóvenes ebrios.
— ¿Que tiene? —Pregunto Niccolo mientras tragaba saliva. El lugar le producía asco en verdad, sin embargo, intententába que James no lo notara.
—Nic, a nadie engañas. Este lugar es una porquería, ¿En qué mundo entrarías tú a un lugar como este?
—Aquí vienen la mayoría de las personas de nuestra edad que asisten a la universidad de Kentara. Tal vez nos encontremos a un par de amigos. —Dijo Niccolo, aun intentando esconder lo que en realidad opinaba de aquella taberna.
—Nic, tu único amigo en el mundo soy yo. Los demás son tus secuaces y los detestas. —Insistió James.
—De vez en cuando no son tan detestables, esta ese que se llama...To...To...Toriel?
—Me estas preguntando o me estás diciendo Nic? —Respondió con cansancio James.
— ¡Te estoy diciendo, idiota! no te pongas de pesado. Su nombre es Torial.
— ¡La primera vez dijiste Toriel!
—Ya deja de quejarte y entremos, niña. —Dijo Niccolo mientras tragaba saliva una última vez y se aproximaban al Tejón Borracho.
En la entrada se encontraba una anfitriona a la que parecía que su trabajo la había transformado en una persona a la que ya nada la sorprendía, sus ojos cafés demostraban que había visto a los mismos borrachos hacer las mismas estupideces una y otra vez, noche tras noche hasta hacerla perder el sentido del humor.
—Hola, Hermosa. ¿Crees que nos puedas conseguir una mesa a mi amigo y a mí?
— ¿Niccolo? —pregunto ella, reconociéndolo.
— ¿Anfitriona? —Contesto el cómo cínica broma. El hecho de que la anfitriona reconociera a Niccolo por nombre y el no hiciera ni el más remoto intento por identificarla y recordar de donde la conocía era; como siempre, la típica actitud de Niccolo y ella lo sabía.
Ella volteo lo ojos, la broma solo la hizo enfurecer, esa había sido la última bromita idiota que iba a tolerar esa noche.—Que sorpresa que respondas con una de tus estúpidas bromitas, Niccolo. Debes de creer que eres sumamente inteligente o tremendamente divertido. Si supieras lo que la gente realmente opina de ti te llevarías una buena sorpresa. —Respondió la Anfitriona mientras clavaba una mirada de intenso desprecio como un arpón en Niccolo. Este se la regreso agregando su cínica sonrisa. Si la Anfitriona era de por sí bastante bella, con hermoso cabello castaño, facciones finas y apariencia natural. La respuesta que le había dado a Niccolo no hizo más que despertar enorme interés en él.
— ¿Cuándo es la boda? Bromeo James con una sonrisa.
—Discúlpame, ¿cuál es tu nombre? —Pregunto Niccolo tratando de ser carismático.
— ¿Sabes algo? no me interesa en lo más mínimo decírtelo. Ya no quedan mesas disponibles, así que mejor váyanse a otro lado.
—No importa, nos quedaremos en la barra, además no lograre dormir sin recordar de donde te conozco.
—Pues me temo que no podrás dormir hoy, porque de mí no escucharas ni una palabra más. Allí está la barra. —sentencio la Anfitriona mientras señalaba con la mano la barra al fondo de la taberna. Niccolo sonrió y le guiño un ojo, tras lo que agrego. —Gracias, eres un encanto.
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Erebo
FantasyA mediados de la revolución industrial de Zefest, Un lugar gobernado por una oligarquía elitista. Un mercado entero se ha construido alrededor de un artefacto capaz de albergar los talentos, experiencias, y recuerdos de las personas. Estos artefacto...