Capitulo 5 : Mi casa es tu casa

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— ¿Qué pasa? ¿Porque tan callados, chicos? ¡De camino al mercado todos estábamos alegres! Ya, James, si estas preocupado por lo que te vaya a decir tu papa, no es tan tarde, solo dile que te descuente esas tres horas de trabajo y yo te las repongo. Lo de comprar el piano tendrá que ser mañana porque en este momento no traigo el dinero conmigo y obviamente no tengo manera de llevármelo, Mañana mandare a alguien.

—No hace falta que hagas lo del piano, Nic, ¿Por qué todo lo quieres resolver así? yo hablare con mi papa.

—Yo pensaba que siempre salías con dinero, Nic—Comento Eli

— ¿Que no me viste darle todo lo que traía al mercader? —Pregunto Niccolo.

—Pues mi día estuvo muy interesante, conocí al señor Alenberth y lo ayude un poco y me siento muy feliz. Creo que voy a intentar ayudar a personas como el señor Alenberth más seguido. —Dijo Eli felizmente

—Que pérdida de tiempo, Eli. Ayudando a gente como al señor Alenberth no haces ninguna diferencia. lo sabes ¿verdad? —Dijo Niccolo mientras volteaba los ojos.

—Nic, ¿porque demonios le dices eso a tu hermana? de por si en este mundo queda muy poca gente que valga la pena como para que no la alientes a seguir haciendo cosas altruistas. Eli, no le hagas caso tu hermano, es un amargado. —Reclamo James.

A Eli le sorprendió bastante escuchar que James defendiera su punto de vista.

—Solo le enseño a mi hermana como es el mundo verdadero. La gente es egoísta e hipócrita y la única forma de sobrevivir es ser parte de ese sistema. En esta vida nadie va a hacer nada por nadie gratis y yo no me fiaría JAMAS, de alguien que ofrece hacer algo gratis. Las peores deudas son las que no se pueden pagar con dinero.

—Pues tu hermana acaba de demostrar que estas equivocado, Nic. —Sentencio James, justo cuando llegaban a la tienda de instrumentos musicales de su padre. Se trataba de un pequeño lugar en una calle muy arbolada. Sobre el local había un letrero de madera tallada que leía: "Instrumentos Musicales Blackaller"

Antes de que james tuviera la oportunidad de bajarse del vehículo su padre salió de la tienda gritando toda clase de insultos y marchando hacia el auto dando pasos elefanticos. James bajo del auto rápidamente para comenzar a explicarse.

—Papa, perdón por no llegar a trabajar, la verdad es que no tengo ninguna excusa. —Comenzó James rápidamente.

— ¡¿No tienes ninguna excusa?! ¡Eso imagine pedazo de mierda! —Grito el padre de James al momento que lo recibía con un tremendo bofetadon con el dorso de su mano. El joven golpeo contra el auto después del impacto, El señor Blackaller, tomo a James de la camisa y alzo su puño. Al ver esto, la reacción de Eli fue lanzar un grito ahogado mientras que Niccolo brinco entre los asientos del auto de un movimiento y tomo del brazo al señor Blackaller antes de que este precipitara su pesada mano sobre James una segunda vez.

—Señor Blackaller, le pido una disculpa, es completamente mi culpa. Yo me lleve a James sin su consentimiento al mercado de talentos. Le dije que le compraría un piano y le pagaría yo el día. —Dijo Niccolo Tranquilícese, por favor. —A James le impresiono ver como su orgulloso y egoísta amigo había aceptado la responsabilidad e incluso se había atrevido a atravesarse entre su padre y el.

—Está bien, Niccolo, te lo agradezco, pero no tienes que interponerte. Acepte ir. Si ni hubiera querido acompañarte, no te hubiera acompañado.

— ¡Mira, miserable bastardo! ¿Así que cínicamente aceptas y sin descaro, que me dejaste solo a atender la tienda? ¿Así que tus jodidas responsabilidades te importan un puto carajo? ¡Pues a mí también me importa un puto carajo que hagas de tu vida! ¡A mi casa no vuelves a entrar! — sentencio el padre de James. Ambos se miraron por un par de segundos. Los ojos de James se clavaron en los de su padre, siempre se habían odiado hasta cierto punto. Siempre había sido un hombre al que James describiría como: "perpetuamente enojado" para no dar muchos detalles a Niccolo cuando lo había conocido por primera vez y así evitarse preguntas subsecuentes. Aunque sin embargo, James tampoco hubiera podido profundizar mucho. Pues el mismo no sabía que era lo que tenía a su padre molesto todo el tiempo, infeliz y de alguna forma James percibía que era un hombre que anhelaba algo. Continuamente James veía buscar algo en todos los rincones de su casa, abriendo cajones y cerrándolos sin retirar nada de su interior. Justo cuando James había abierto sus labios para decirle algo a su padre, Niccolo rompió el silencio antes. Pronunciando unas palabras extrañas que a nadie hicieron sentido, sus ojos blandían una luz diferente mientras escupía aquellas extrañas palabras con naturalidad como si estuviese explicando algo a alguien con pereza en otra lengua. Pronto sus dedos comenzaron a cerrarse con mucha más fuerza en el brazo del padre de James.

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