Un joven de cabello alborotado estacionaba su moderno auto deportivo en su casa mientras una pelinegra abría la puerta del mismo para bajar.
Espera, aún el auto está en movimiento, dijo Gokú rompiendo aquel silencio que los acompaño desde que salieron de la casa de sus padres.
La pelinegra no dijo nada, solo miraba a la ventana mientras pensaba: Ya quiero bajar, me siento incomoda aún no sé qué me paso, ¿por qué le correspondí el beso?, debió ser el efecto del alcohol, si eso debió ser, nunca mas en mi vida tomo una copa.
Estas extraña, dijo Gokú tratando de no darle mayor importancia al beso que ambos se habían dado hace algunas horas.
Yo extraña, claro que no, es tu imaginación, yo soy la misma de siempre, dijo Milk con orgullo.
Si tú lo dices, respondió Gokú con ironía mientras apagaba su auto.
¿Ya puedo bajar?, pregunto Milk con firmeza.
Si, respondió Gokú con indiferencia al tiempo que la pelinegra bajaba del auto.
Milk entro a paso rápido a la casa mientras el joven de cabello alborotado la seguía con la mirada.
Minutos después:
La pelinegra estaba sentada en el borde de su cama pensando en aquel beso que ella había correspondido al joven de cabello alborotado.
No comprendo ¿Por qué no puedo quitarme de la cabeza ese beso?, ¿será que estoy enamorándome de ese como temí?, no yo no puedo sentir nada por él, esto no puede ser amor, solo estoy confundida, si, solo estoy confundida, será mejor ir a darme un baño para así relajarme un poco, pensaba la pelinegra mientras se ponía de pie.
Mientras tanto:
En el jardín un joven de cabello alborotado estaba apoyado en su auto mirando el oscuro cielo mientras pensaba: No espere que correspondiera mi beso, ¿Por qué lo abra hecho?, de seguro lo hizo para molestarme como aquella vez que me dio el beso fugaz por su propia iniciativa. Sera mejor no atormentarme más, no tiene caso confundir a mi corazón, yo no puedo sentir nada por ella, lo que ella despierta en mí no es amor, es un simple deseo, es muy bella, pero por un simple deseo no voy a ceder, no, ella tiene que ser la que de su brazo a torcer, la que ruegue por un beso mío, no yo, pensaba Gokú.
Al día siguiente:
Un par de pelinegros compartían la mesa juntos mientras desayunaban en completo silencio.
¿Vendrás al gimnasio?, dijo Gokú rompiendo el sepulcral silencio entre los dos que tanto le incomodaba.
No, iré por la tarde tengo que reunirme hacer un trabajo con mis compañeros y luego tengo clases, respondió Milk con calma.
Una extraña coincidencia, ¿no lo crees?, dijo Gokú para continuar la plática.
¿A qué te refieres?, respondió Milk.
A lo de nuestra fecha de nacimiento, dijo Gokú con ironía.
Si, muy extraña coincidencia, respondió Milk.
Yo no opino como nuestros padres, dijo Gokú.
Yo tampoco, tú y yo no tenemos nada en común a pesar de que por desgracia hayamos nacido el mismo día, dijo Milk.
Si tienes razón, dijo Gokú con firmeza.
Ya me tengo que ir, dijo Milk.
Pues ve entonces, respondió Gokú con calma.
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"Mentiroso corazón"
De TodoGokú y Milk sienten un odio reciproco desde que se conocieron y este odio se incrementara más cuando ambos se enteren que sus padres los comprometieron en matrimonio para unir sus fortunas.