Una vez Reaper fue a visitar a Geno después de estas casi 15 horas seguidas haciendo su trabajo sin pararse para nada, ni siquiera a comer. Cuando el de bufanda escuchó al dios quejarse por el hambre, guardó una de las chocolatinas que le suele traer su hermano Error cuando lo visita.
Cuando el menor ofreció la tabla de chocolate al día siguiente a un muy hambriento Reaper, este sonrió al ver con la rapidez y ansias que comía, como si fuera lo primero comestible que probara en meses.
Cuando este mismo le preguntó de dónde había sacado eso simplemente le respondió que era una chocolatina restante que le dio su hermano en su última visita.
Desde entonces, tiene una pequeña cajita escondida entre sus libros donde guarda chocolates y dulces que le traen sus hermanos para dárselas a Reaper cuando éste tiene hambre.