-Reaper, ¿a dónde vamos?- le preguntó confundido Geno cruzando el portal con cuidado, agarrando la mano del dios.
-Ya verás, es una sorpresa.- respondió el dios aún con su sonrisa, sujetando con fuerza la mano del menor, entrelazando sus dedos.
Reaper le guió por ReaperTale hasta una pequeña colina donde había un acantilado, bastante cerca del edificio donde todos los dioses tenían reuniones. Reaper le dijo que se sentara ahí, justo al lado de un árbol aún en floración, donde había una manta de color negra con cuadros rojos (qué casualidad, ¿no?)
Durante un rato estuvieron así, comiendo pequeños aperitivos que Reaper trajo en una pequeña cesta de plástico, todo con envoltorios. Geno, que aún no entendía nada, volvió a preguntar el porqué estaban ahí.
-Mira arriba.- contestó con simpleza el dios. Geno hizo caso al mayor, encontrándose con algo que lo dejó maravillado.
Encima suya, una preciosa lluvia de estrellas se estaba haciendo presente, junto con una linda Lina llena.
-Es hermoso...- dijo Geno aún impresionado por esa imagen.
-No tanto como tú.- respondió Reaper con un casi imperceptible sonrojo azul, posando con delicadeza su mano encima de la del semimuerto.
Fue con la lluvia de estrellas de fondo cuando sus rostros se acercaron lentamente, ambos con los ojos cerrados, dándose algo importante para ambos.
Su primer beso.
Los demás dioses tuvieron que tapar la boca de Alphys para evitar que está soltara un grito de la emoción, evitando así que fueran descubiertos detrás de un arbusto mirando la escena a escondidas.