Había algunas veces en las que era Reaper el que leía algún libro, sentándose en posición india mientras Geno se sentaba delante suya y se apoyaba en el pecho del mayor, para así leer también.
La voz tranquila de Reaper siempre hacia caer rendido al menor en el mundo de los sueños en menos de 20 minutos, acurrucandose en el pecho de Reaper a la vez que sentía los brazos de la muerte rodearle con afecto y cariño.