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Después de aquella disculpa que ambos se dieron, Reaper y Geno, decidieron dar un pequeño paseo por el jardín del templo, terminando ambos sentados en lo alto de una colina cerca del bosque.

-Lo siento Geno.- dijo por decimosexta vez Reaper, abrazando por detrás al menor con cariño, besando con sutileza su cuello.

-Reaper...- Geno no podía evitar el decir aquello con una voz suave, suspirando un poco ante el contacto de la boca de la muerte contra su cuello.

Sin poder evitarlo, el de bufanda soltó una pequeña risita. Además de provocarle un cosquilleo agradable, también le causaba un poco de cosquillas en su cuello.

-¿Por qué eres tan adorable?- preguntó retórico el dios ante la acción de Geno.

-No lo soy- respondió de forma seria, pero no lo podía tomar de esa forma si veía esa tierna sonrisa en su rostro, según Reaper.

Para él, todo en Geno era adorable y hermoso.

Así se pasaron las siguientes horas, llenas de pequeños besos y abrazos entre ambos.

OoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOo

Mi forma de desestresarme después de la embolia cerebral que tuvo hoy mi cerebro con el exámen.

Otra vezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora