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Era una sensación extraña para Geno el sentir el aire cálido de la superficie soplarle en la cara con un poco de fuerza, a la vez que sentir los cálidos rayos del sol darle de lleno en todo su cuerpo a pesar de estar atardeciendo, dando a Geno una sensación de frío y calor a la vez.

-¿Tan rápido os han aceptado los humanos en este ciudad?- pregunta sorprendido Geno, mirando las casas y calles de la zona con un cierto toque de ilusión.

-Si. ¿No es genial?- pregunta animado el Sans de pañoleta celeste, sonriéndole a Geno-. La humana dice que pronto podremos hacer lo mismo que los humanos. Podré ir a eso que los humanos llaman cine, y al mercado, y a muchos más sitios.- dice animado mientras sus ojos toman forma de estrella.

-Debe ser genial poder vivir aquí- suspira Geno-. Oye Berry, nunca te había visto con esa camiseta- dice de repente al fijarse mejor en el menor, señalando con un dedo la prenda-. Siempre estás con una gris.

-¿Mwe? Oh, esto- dice mostrando su camiseta, ahora blanca-. Es que la camiseta de mi traje especial está rota. Tiene un agujero enorme por en medio, y por la zona del cuello está como arrancado. No recuerdo haberme hecho eso la verdad.- dice curioso, posando una de sus manos en su barbilla mientras mira pensativo al suelo.

-Se te habrá roto al mudarte aquí.- sugirió el de bufanda roja.

-Nop- negó con la cabeza Berry-, ya estaba rota antes de venir aquí. Fue algo muy raro, el día anterior la use, y al día siguiente, ¡puf! estaba toda rota y llena de agujeros.- explicó alzando y moviendo los brazos.

-Hum, eso es raro.

-Si. Ni Papy ni Error han podido ayudarme. Bueno, al menos Papy. Error dijo algo como "tengo mejores cosas que hacer". No quise molestarte al saber que tenía trabajo- Geno se aguantó la risa al escuchar eso-. ¿Por qué te ríes? No he contado ningún chiste.- preguntó confundido Berry.

-Nada nada, simplemente me acordé de algo- dijo sonriendo-. Bueno, ¿porqué no me terminas de enseñar la ciudad hasta que tu hermano vuelva.

-Mwehehe! ¡Claro!- dijo animado el menor mientras empezaba a correr por la ciudad, cogiendo del brazo a Geno.

Este sonrió, pero luego su cara se volvió a una más seria.

¿Por qué a Berry le había pasado algo tan parecido a lo suyo?

OoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOo

Aquí he dado dos pistas más de lo que ocurrió.

Otra vezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora