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Uno de los días más raros para Geno fue cuando Reaper, en un total silencio, apareció en el AU del menor con una cara seria. Geno supuso que fue por un mal día de trabajo o algo así, pero no se esperaba que, sin decir nada, el mayor le abrazaría con fuerza  con desesperación, rodeando al de bufanda con sus brazos y acercándolo lo máximo posible a su alma, pudiendo sentir los latinos calmos y rítmicos de la semi-alma del menor. Geno no dijo nada, dejándose abrazar de esa manera.

Reaper estaba alegre de poder sentir el cuerpo de su Geno. Poder tocarle y sentir sus huesos, sólidos, intactos, sin ningún rasguño. Le gustaba no sentir lo que hace apenas unos minutos recordó.

Le gustaba no sentir el gris polvo fino escurrirse de entre sus dedos.

No sentir el polvo de su amado.

Otra vezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora