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Cross aprovechaba las mañanas en que Nightmare y Dust salían del castillo para entrenar a solas y en paz, para así practicar mejor la práctica y la concentración.

El ruido de su espada chocando contra el tronco de aquel árbol muerto hacía eco por el lugar, mientras el monocromático iba cambiando de posición para no quedarse oxidado.

De repente, cambió la dirección de su espada, girando sobre sí mismo mientras alzaba su arma. Había presentido una presencia detrás suya.

La punta de una afilada guadaña le tocó la tráquea, haciendo que su cuerpo se congelase. Una risa se escuchó por todo el sitio, mientras Cross apretaba sus dientes al cer quién era el intruso.

-Vaya Cross, cuanto tiempo, ¿no crees? Jajajaja. ¿Qué te parece si nos ponemos al día de lo que pasó durante todo este tiempo?

-Chara...

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