El oscuro vacío de aquel lugar relajaba de cierta manera a cierta persona que se encontraba ahí presente. Un lugar silencioso, desolado, perfecto para pasar un rato agradable sin molestias presencias.
El destructor se encontraba tumbado en el suelo de aquel lugar, cerrando los ojos mientras se intentaba relajar. Últimamente se le había quitado las ganas de hacer su trabajo, así que supuso que unas pequeñas vacaciones no le vendrían mal.
-No esperaba verte por aquí, Error.- el nombrado soltó un suspiro, abriendo los ojos para ver el dueño de esa voz.
-¿Qué quieres, Ink?- preguntó bastante molesto, logrando un giro de ojos del pintor.
-Solo vine a revisar el lugar, últimamente está bastante... vacío.- dice mirando a su alrededor, para luego mirar sonriente al destructor.
-¿Porque sonríes? No pienso irme de aquí.- dijo mientras se sentaba en el suelo, mirando como Ink se sentaba.
-No vine para echarte, Error. Quiero hablar de algo.- dijo mientras guiaba una de sus manos hacia su cinta de colores, confundiendo al de negro.
-¿Hablar de que?- preguntó, sorprendiéndose levemente al ver el objeto que el contrario buscaba en su mano.
-Vine a hablar sobre esto- dijo esto serio, mirandolo-. Creo que ha vuelto.
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