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Puta alarma de mierda, otra vez he vuelto a creer que era una ambulancia en mi sueño.

—¡Va, Nayla! —escucho reírse a Margot y a Nora desde mi escondite debajo de la almohada—. Todas las mañanas igual...

Solo 5 minutitos más...

Algo cae sobre mí. Del susto me siento de golpe sobre la cama. Ese algo es Margot riéndose.

—Nos vamos a la ducha, no te duermas —me despeina más de lo que estoy en un gesto que le debe parecer cariñoso y tras un resoplido de mi parte desaparecen.

Qué pesada.

Cojo el móvil de la mesilla, ¿en qué momento ha pasado un cuarto de hora desde que ha sonado la alarma?

Entonces veo eso que hace que mi corazón se salte un latido: "Mensaje eliminado". A las 3:27 de la madrugada, de Andy. 

Entro en la conversación. ¿Qué coño hacía escribiéndome seguramente borracho? No da señales en todo el lunes y ahora ni se ha dignado a contestarme a lo que le dije sobre dejar en paz a Milo. Que le jodan, mejor lo bloqueo.

Otro mensaje, de Zanahoria. También a las tantas de la madrugada, pero de Gus no me extraña. Me ha enviado un vídeo junto a un "tu sabado faboritooooo" y muchas risas.

Verás.

Es la fiesta del sábado en el puente antes de venir aquí, concretamente la lucha de los dos perdedores de la carrera. Uno de los coches embiste al otro y de él sale Gus gritando por la ventanilla. Se desequilibra y casi se cae del coche. Se oyen gritos. Uno especialmente fuerte y su dueña se deja ver apareciendo en medio del círculo de gente.

La tía empieza a perseguir el coche donde va Gus sin dejar de chillarle. Menuda puta loca, ¿acaso quiere que la atropellen? Joder, ojalá acordarme de ese espectáculo.

Espera, otra tía sale al corro. Ese pelo, ese vestido... Es Zendaya. Zendaya grita y se lleva a rastras a la primera suicida. Espera, ese vestido, ese pelo... ¿me estás diciendo que esa delgaducha soy yo? ¡¿en serio?! ¡¿en serio yo hice eso?!

"lo stas flipando eeee? ;)"

Pues claro que lo estoy flipando, Gustavo. Le digo que se calle y que se vaya a dormir de una vez. Me contesta con más risas. 

¿A quién coño le dejo yo que cuide de mi cuerpo cuando estoy borracha? ¿a una puta suicida que persigue un coche porque su amigo ha estado a punto de caerse por la ventanilla? Madre mía, quién soy.

Me levanto de un salto de la cama y me pongo frente al espejo de cuerpo entero que las gemelas tienen en la puerta del armario. ¿Quién es esta desconocida en la que estoy metida? ¿quién es este cuerpo que ocupo? 

La puerta a medio cerrar se abre. Margot decidió dejarla así cada vez que se van a duchar después de un día en el que les prometí que les abriría al volver para que no tengan que llevarse las llaves y me quedé dormida.

Christian. Christian Bunge es el que la ha abierto.

Buenos días, Christian. ¿Cómo me ves, Christian? ¿ves mis cejas tan demasiado definidas como yo o no? ¿me ves tan demasiado flaca como yo o no? ¿me ves...? Me ves en pijama aún, despeinada, con ojeras y mirándote como una puta loca.

—Venía... —mira alrededor, sin ni siquiera saludar, hasta que vuelve a revisarme de arriba a abajo— ¿estás sola?

Bueno, estamos yo y mis ralladas existenciales sobre ser un humano con consciencia de uno mismo un buen martes a las siete de la mañana. Y la vergüenza y humillación, que se han unido al ver el vídeo de Gus y se han instalado definitivamente desde que has entrado por esa puerta.

La chica del fútbolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora