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Una mañana soleada, una gran luz ilumina mis ojos

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Una mañana soleada, una gran luz ilumina mis ojos. A mí lado está el amor de mi vida, mí persona favorita del mundo.

—¡Jungkook, despierta!—deposite pequeños besos en cada parte de sus rostro, quería que sintiera el gran amor qué tenía hacia éll. Y claro, una noche anterior le había entregado mi cuerpo, alma, espíritu, todo de mi era de él.

—Si vas a despertarme así siempre, prefiero hacerme el dormido- rio ante aquel comentario, Jungkook puede llegar a ser un chico muy lindo cuando quiere.

—¡Anda Jungkook, fuera de la cama!— Deje de darle besitos, al hacerlo soltó un gruñido de enojo, me haló del brazo y me recostó en él, haciendo que mi oído tocará su pecho.

—Escucha, tan solo escucha este corazón que late por ti.

Lo hice,  acerque  mi oído a su pecho y oí ese lindo corazón, cada vez que suena es como si cantará una linda canción que sin duda alguna me abate el alma, cada palpitar que da es cada respiro de Jungkook.

—Vaya cariño, suena hermoso—Me Levante y posicione mis manos en su abdomen, observe sus lindos ojos y sonreí por inercia—. Lindo corazón, Jungkook.

—¿Y sabes qué?

—¿Qué?

—Es todo tuyo. Cuídalo siempre.

—Siempre lo haré.— Dicho esto Jungkook me hundió en sus brazos, en uno de esos abrazos que no quería que terminaran jamás.

—Te amo, Carl.

—Yo también te amo Jungkook, yo también te amo.

(...)

Días después tenía a Jungkook en mi sofá, los dos veíamos una película para soltar aquellos ánimos guardados. Una película que gracias a mis miedos tenía que ser una animada, para Jungkook no había problema alguno ver una película así. Mi cabeza estaba recargada en sus piernas mientras que a la misma vez él trataba de hacer nudos en mi cabello.

—Jungkook si sigues así, mi cabello quedara hecho un caos.

—¿Un caos? ¿Puede hacerse aún más?

—Idiota.

—Soy tu idiota.

—Cierra la boca y pasame las palomitas.— ignore su comentario y hable sin más.

—Toma cariño, servicio a domicilio.— Jungkook me entregó el plato de palomitas en las manos.

—Gracias joven, reportare eso para la propina. — Los dos reímos juntos, iba a llevarme la primera palomita a mi boca cuando al llegar a mi naríz, aquel olor desagradable llego a mi sentido, pareciese que las palomitas estuviesen pasadas de fecha de caducidad.

Joder.

No dude dos veces en tirar la bandeja llena de palomitas al suelo para poder correr al baño a vomitar mi rico desayuno. Pero creo que ya no es delicioso al verlo convertido en un asqueroso vómito.

No me di cuenta en que momento llegó Jungkook a sostener mi cabello para que esté no se mojara, ignoré tal acto y seguí con lo mío.

Después de unos minutos que me pasaron los ascos, tome mi cepillo he hice lo mío.

Aquel incómodo silencio nos adornaba, pero aquel chico inquieto por fin se atrevió a hablar.

—Carl ¿Estás bien?

—Sí, tal vez fue la grasa de las sodas.

—¿Las sodas tienen grasas?—pregunta confundido.

—No lo sé.— ignoro el hecho.

—Debemos ir al doctor.—su voz suena preocupante, pero creo que no debemos de preocuparnos, por nada, ¿verdad?

Santo cielo, ¿verdad?

—Uhh, no, no, no, no los doctores me dan miedo, además es un simple vomito, tranquilo.

—Pero debemos saber que tienes, la gente no anda vomitando por ahí como si nada.

Vaya genio.

—No Jungkook, así estoy bien.

—Oye Carl, y su tú...

—¿Uhmm?— que no sea lo que estoy pensando que es. No hables más jungkook.

—No nada, no creo que sea eso, bueno no creo que sea lo que estoy pensando, mejor olvídalo, es algo absurdo.

Ah no, ahora me lo sueltas imbécil.

—Jungkook, dime.

—Me da pena hablar de esto. — parece querer salir huyendo del sanitario.

—¿Hablar de qué?—insisto.

—¡Olvidalo!

—¡Jungkook!—pero no te dejará huir tan fácil.

-¿Umm?

—¡Quiero saber!

—¡Ahhh! Está bien te lo diré. —¿lo ven?

—Te escucho, te escucho, te escucho.

—El periodo ¿Ya te llegó?— La primera palabra la dijo tartamudeando y la segunda la dijo demasiado rápido.

—Oh, tienes razón.— Pensándolo bien hace tiempo no me visita pero tampoco le di mayor importancia—¿Pero que tiene que ver eso aquí?

—Recuerdas lo de aquella noche, tú sabes de qué hablo, acción, cuchicu, cuchica, ajam, ajam, ujum, ujum, ¿Recuerdas si nos protegimos?

—¡Jungkook!

—Tranquila, aún no sabemos si es por eso, o porque has comido demasiado como cerdo.

—¡Oye!

—Las cosas como son.

—Ire al doctor, si quieres me haré una prueba de embarazo y ya, espero y así quedes satisfecho aunque no creo que sea por tus tontas afirmaciones.

—Yo traeré la prueba mañana ¿Ok?

—¿Jungkook y si sale positivo? Papá se enojará, tú mamá también.—Mis piernas comenzaron a temblar tan solo de pensar que tenia que cuidar a un bebé a temprana edad, era un reto.

—Estaremos juntos en esto, no te dejare sola. Pero no nos hagamos conclusiones, aún no sabemos nada, ahora me voy, iré a casa, aún tengo que hacer las cosas que mamá me ha dejado.

Salimos del baño juntos y Jungkook me llevaba de la mano como aquella niña pequeña que era ante sus ojos, yo me dejaba guiar por él.

Me llevó a la habitación he hizo que me recostara para descansar, antes de irse me regaló un beso en mis labios y después de un tiempo, creo que limpió nuestro desastre, escuché la puerta principal cerrarse.

Se ha ido.

¡Papá Jungkook! ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora