La muñeca de Gabriel (Finalizada De Momento)

Francesita de mi corazón (POV Gabriel)

Eso pensaba mientras veía a Nathalie asomada en la ventana. Traía un jean azul, una blusa rosa, y su hermoso y largo cabello en ondas cayendo por su espalda (como en la portada), ten alta, delgada, tan bella y tan sorprendentemente mía.
Mientras la miraba, le tome una foto con el móvil y la puse de fondo en donde pude. Había llegado el momento de decirle a Adrien. Ella había sugerido sondear el asunto unos días pasado su cumpleaños pero, yo decidí hacer el sondeo hoy y, si salía bien, decirle a mi hijo de una buena vez.
El sondeo ocurrió ese mismo día, después de verla asomada y tan bella. Ni siquiera se dio cuenta que la miraba, pensando quizás en mi, mientras veía el jardín tan bello que ella misma había creado, lleno de tulipanes, rosas de todos los colores, de durazneros, con un árbol de limones, un cerezo, unas bancas, un columpio y una resbaladilla, así como pelotas para saltar. Esto lo hizo porque mi hijo era visitado por una pequeña llamada Chloe. Ella siempre piensa en los demás. Mi francesita hermosa, mi pequeña mariposa, ella era las alas de este Lepidóptero, sin ella yo realmente ya no era nada. O eso sentía desde que me enamoré de esa muchacha. Ella era más que unos ojos turquesas, un cabello negro como el cielo de París de noche, una piel tan bella como el amanecer, más que una cintura de 58 centímetros, más que un busto de 97, y unas caderas de 96, era más que eso para mí.
Desayunando con Adrien, lancé la pregunta.
- Hijo, qué opinas de Nathalie?
- Opino que es una chica genial, linda, bonita, dulce, parece de esas chicas de telenovela papá. Sabes? Está como para que salieras con ella.
Su respuesta me sorprendió. Y viendo eso preferí decírselo ya.
- Bueno, yo, mmm tengo una relación con Nathalie. Somos...
- Novios, mira padre, no me molesta eso, sinceramente, soy un niño, si. Pero no soy tonto. Y me había dado cuenta desde antes porque, ella pone cara de Bella durmiente cuando te mira, y tu, bueno, pareces el perrito de la Dama y el Vagabundo cuando ella se acerca. Entiendo que quisiste a mamá, pero, no está bien que estés triste.
Y así era. Ame a Emillie, y su perdida me sumió en una terrible depresión, en un montón de problemas conmigo mismo y hasta de autoestima. La amaba pero, debía seguir sin ella.
Al ver la respuesta sincera de mi hijo lo primero que hice fue correr al encuentro de mi dulce francesita.
- Nathalie, ya le dije a Adrien.
Ella se volteó asustada, tirando asi, su móvil al suelo, y puso una cara como si hubiera muerto alguien.
- Y qué te dijo?.- Preguntó asustada.
- Que acepta nuestra relación en pocas palabras.
Ella sonrió y se lanzó a mis brazos. Abrazándome y besándome. Adrien entro y se unió al abrazo.
Después de esto ya no necesito seguir siendo Hawkmoth, ni ella LePaon. Así lo acordamos después de dejar a Adrien en el jardín con la niña Bourgeois.
- Nathalie, quiero hablar contigo, mira, recuerdas el Miraculous de pavo real que te di?
- Si
- te importaria que lo guardara de nuevo? Mira yo, guardaré mi Miraculous también. Ya no veo el necesario ser Hawkmoth ni traer caos a Paris. Tengo ahora lo que más he querido en toda mi vida y deseo mejor, hacerlo crecer.
- Creí que éste día no llegaría jamás, acepto que lo guardes amor, guardalos y mejor conservemoslos como un recuerdo de como inicio nuestro amor. Lo prefiero así que verte desolado. Yo sé que Noroo se alimenta de tus lágrimas y por eso no quisiera que siguieras con eso, no quiero que sigas así.
- Sabía que hablabas con Duusu. Te escuché muchas veces con ella, y sé que ella te lo dijo. Yo, tampoco quiero seguir asi. Te amo Nathalie. Y algún día, nos casaremos, el día que tú decidas, no importa cuando. Y ya que te dije esto, también tendrás derecho de opinar sobre Adrien, sé que también eres su cómplice. A mí no me engañas.
- Me conoces bien. Mira, si quisiera pedirte dos o tres cosas para Adrien. Me gustaría que vaya a la escuela, que no trabaje tanto, y que lo dejes jugar con una pequeña que acaba de conocer.
- De acuerdo pero acepto solo con la condición de que tú sigas acompañándolo, de que vayan con guardaespaldas, y siempre en el auto. Nada de alocarte y andar en bicicletas o cosas parecidas.
- Vale. Está bien.
Y así empezó a cambiar todo.