Nuestro pequeño

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Antes de ir a África, como ya había completado los 4 meses, fui a hacerme una ecografía, Gabriel me acompañó y estuvimos ahí, primero haciendo tiempo, en lo que nos pasaban a nosotros, me hicieron tomar mucha agua, de modo que Gabriel compro 3 botellas de Voss de litro y me dijo que las tratara de tomar todas. Después nos pasaron
- Usted viene a la ecografía?
- Sí.
- Segura que está embarazada? No se le nota nada. Bueno, recuestese señora Agreste.
Empezaron a hacer presión en mi abdomen, para que se viera mi interior. De pronto apareció, un esbozo de bebé, agitándose, no tenía aún forma de bebé tal cual, pero lo era, ahí estaba.
Gabriel empezó a sollozar y yo ni se diga. Nuestro pequeño aún incipiente, pero ya mostraba señales de vida.
Saliendo de ahí, fuimos a preparar todo para el viaje de África: valijas, pasaportes, reserva, plan de viaje, boletos, todo. Llamamos a los Dupain Cheng a ver si ya tenían todo para ir y confirmaron que si. Entonces ya solo sería cosa de esperar. Nos iríamos en dos dias, de modo que me encargue de adelantar trabajo para la revista, enviarlo y así deslindarme un rato de eso. Por la tarde llegó Gabriel después de ir a revisar cosas del trabajo, y quiso que nos diéramos un baño antes de la cena.
Llené la tina, con esencias, sales, y de esos líquidos para hacer burbujas.
Lo aliste y luego llamé a Gabriel.
Nos metimos, el sentado de frente y yo delante suyo, como en el juego de las cebollas.
- Nathalie, te imaginas? Nuestro hijo nace en Enero más tardar.
- Sii, tu qué quieres que sea?
- Una hermosa niña, que se parezca a ti. Que tenga cabello azabache, ojos turquesas, y la piel blanquisima como tú.
- Y si fuera niño?
- Igual quiero que se parezca a ti.
Nunca imaginé ver a Gabriel cómo en este momento: dulce, sonriente, y hablando de cosas de bebé. A mí inicio hubiera pagado por verlo así.
Mientras estuvieramos en Africa quería que fueran arreglando la habitación del bebé, ya a nuestro regreso la amueblariamos pero quería dejar a las personas pintando la habitación.
Elegimos para la habitación tonos azulados y blancos. Persianas blancas y luces con un apagador con regulador de luz, para bajarla o subirla según conviniera. Hicimos todos esos arreglos después del baño, y luego pasamos a cenar. Esta vez solos ya que, Adrien había tenido una fiesta con Nino Lahiffe y otros amigos del colegio, así como Marinette, de modo que otra vez teníamos la casa para los dos. De modo que, aunque en otras ocasiones hubiéramos aprovechado para hacer el amor, hoy decidimos darnos tiempo para los dos. Entre Adrien, el trabajo, mi embarazo y nuestros proyectos, casi no hacíamos nada juntos que no fuera trabajar.
Pusimos una película en la pantalla, vimos nuestra película favorita: Ameliè, después pusimos una americana que nos encantaba pese a que, al verla, nos entraba un apetito espantoso: Sin reservas.
Comimos rosetas de maiz, helado de chocolate blanco hecho en casa, galletas Oreo, sodas de Melograno y Aranciata, chicharrón de pulpo con aderezo de mostaza y miel, ese me lo acabé yo sola, pese a que Gabriel me había dicho que le parara tantito al pulpo. No sé porque, pero, pese a que odio los mariscos, desde que me embarace, solo comía chicharrón de pulpo. Más tarde pedimos una Flammkuchen en un restaurante que nunca cerraba, y la pedimos a domicilio. Bebimos más sodas, y al final nos quedamos dormidos en la sala. Éramos los esposos más enamorados del planeta, y a esto le añadiamos la felicidad de un hermoso bebé en camino. La vida no podía ser más perfecta.

La muñeca de Gabriel (Finalizada De Momento)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora