O41 | Dirección

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Hani acomodo dos maletas junto a ella mientras esperaba que la limosina pasará por ellos, la lluvia se había calmado un poco. Ahora simplemente corría viento, estaba empezando a bajar aún más el frío y eso que ella estaba cubierta con un gran abrigo.

─Gracias por tu ayuda, pequeño Sungjong ─Su expresión era fría, neútra y dolída de haber llorado unas horas atrás.

La conclusión en la que Hani había llegado es que debían dejar a su esposo solo para que reaccionará, porque ella sabía que solo así, podría ser capaz de entender.

─Mi señora, ¿Esta segura de hacer esto? ─le preguntó un muchachito con un poco de inseguridad, observando a la elegante mujer en pijama, abrigada con un gran abrigo color blanco y afelpado.

─Es lo mejor para todos, necesitamos salir de aquí.

─Tengo miedo de lo que pueda hacer el señor Jung ─El chico de cabellos castaños temía de la vida de todos a partir de lo que sucediesé ahora en adelante, no quería que sus patrones estuvieran peleados, ellos siempre se habían considerado ser una familia unida, armoníosa.

─No hay que preocuparse ─Hani se quedo mirando por unos segundos aquella mansión con amargura mientrás una sonrisa lastimosa adornaba su rostro.

Aquella mansión donde solamente quedarían las memorías. Donde vivió tanto tiempo, hizo crecer a sus hijos, río, lloró, tantos recuerdos que serían desechados en cuestión de tiempo. Pero debía darle tiempo a HyungSoo de entender, era la cura que necesitaba para poder reflexionar.

─Yo la seguiré donde sea mi señora.

─Sungjong, necesito que nos ayudes por el momento ─Le dijo la mujer decidida tratando de convencer al chico quien estaba temesoro ─, incluso lamento tener que pedirte esto pero realmente mecesito de tu ayuda, en lo que se arreglan las cosas con mi esposo.

El chico observó a la mujer con miedo, temía meterse en problemas pero no dejaría a su jefa sola. Trabajaba cómo sirviente de aquella mansión de los Jung desde hace mucho tiempo y tal parece que esa noche sería la ultíma para él tambien en ese lugar. portaba un alegante traje de mayordomo.

─Lo que usted desee, estoy a sus órdenes ─Con miedo asintió mirando a la mujer para acto seguido observar la mansión con melancolía.

─Necesito que por favor nos recibas en tu casa, prometo pagarte este favor.

─No tiene por qué hacerlo, estoy para servir a la familia Jung ─Dejaría también la mansión para irse a su hogar junto con la señora Jung.

Hani observó las siluetas que se acercaban a ellos, podía ver que su hijo estaba siendo ayudado por algunos trabajadores que han trabajado tantos años en la masión (quienes ya eran catalogados de la familia) siendo cargado enrollado por una sabana debido a su fiebre, mientras que otros traían algunas maletas en sus manos (el equipaje de su hijo). Su hija venía con una expresión de miedo en su rostro, traía dos maletas también en sus manos.

─Mamá, tengo miedo ─Jessica observaba a su madre con miedo de lo que iban a hacer ─. ¿Esto es algo definitivo?

Estar lejos de casa, nunca había llegado tan lejos. Estaba aterrada, sabía que todo cambiaría una vez que pusiesen un paso fuera de los dominios de la mansión.

Hani sonrió, removiendo los cabellos cariñosamente de su hija tratando de calmarla. No quería asustar a sus dos pequeños ─porque aunque ya tuviesen 18 años y 20─, siempre serían sus dos hijos.

─Tranquila, solo será por un tiempo, todos estaremos bien. Empezaremos de cero, teniéndonos a nosotros mismos.

La chica sonrió, sintiéndose mejor con aquellas palabras de su madre.

Sin más, una vez que aquel auto elegante se detuvo junto a ellos, ingresaron con todo y equipaje para comenzar a avanzar, dejando atrás aquel enorme lugar para siempre.

Hoseok abrió los ojos sintiéndose aturdido, pero extrañado de ver que se estaban alejando de su hogar. Estaba en la enorme limosina y su madre e hermana estaban allí.

─Mamá ¿A donde vamos? ─murmuró Hoseok con cansancio sobre él. Estaba envuelto en una sabana para calmar lo frío que sentía. El clima era muy helado y su enfermedad no ayudaba mucho.

Hani sonrió, mirando a su hijo sintiéndose ahora libre, ya sus hijos podrían ser cómo ellos querían.

─A nuestro nuevo hogar.

Marica ➳ HopeV | #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora