Capítulo 7
«I need to forget.»
»Tenía miedo por saber qué es lo que mi cuerpo estaba dispuesto a hacer. Pero me armé de valor. Necesitaba ayuda.
Me levanté del suelo y caminé al barandal, pero no guardé los cigarros, tomé la caja entre mis dedos y la miré fijamente, después tiré la caja de cigarros a la calle. Miré hacia abajo y suspiré, traté de eliminar todos los malos recuerdos y sonreí.
—Ya no volveré a ser esa estúpida chica —susurré antes volver a mi habitación. Tomé mi teléfono y salí de mi habitación, Robert está viendo televisión, junto con Niall y otro chico. Niall me miró y sonrió.
—Hola Niall y... chico que no conozco —dije con mi típico tono de voz. Niall me saludó con la mano. Robert me miró y frunció el ceño.
—¿No estabas...—empezó a decir, yo rodé los ojos y caminé a la puerta. Tomé las llaves del coche y abrí la puerta.
—No. Ahora vuelvo, iré con Liam. Nos vemos Niall —dije para después cerrar la puerta.
Él no me detuvo.
Pero yo no voy con Liam.
Caminé hasta el coche y subí, ésto es algo que pensé de un momento para otro ¿debo hacerlo? ¿debo ir con él? bien, ya no hay vuelta atrás, ya el coche está parado frente a su edificio. Suspiré antes de bajar del coche. Caminé hasta la puerta y saludé a la recepcionista con un asentimiento de cabeza. Subí hasta el último piso, el número diez. Toqué la puerta con mis nudillos. Después miré a mi doctor Christopher abrir la puerta, le di una pequeña sonrisa y él asintió igual para dejarme pasar. Nos dirigimos al final de su apartamento, y él se sentó dándo la espalda hacia la enorme ventana dejando que yo me siente mirandolo de frente. Me senté con las rodillas pegadas y los pies separados, con la espalda arqueada y recargando la barbilla en mis manos.
—¿Qué sucede Jones? —preguntó acomodandose en el sillón, suspiré pesadamente. Y lo miré, mi joven psicólogo. Christopher Banks tiene veinticuatro años y es mi psicólogo desde que tenía diesiséis. Tiene el cabello color café oscuro y los ojos verdes, su piel es bronceada y tiene un muy buen físico. Lo conocí cuando tenía catorce y me gustó, salimos por un tiempo pero con la escuela y mi edad él no lo soportó, así que terminamos y cuando cumplí diesiséis lo volví a ver. Él es sólo mi amigo ahora.
—Conocí a un chico que convivirá conmigo por tres años. El capitán del equipo de fútbol me enfrentó y lo reté. Recordé a mis padres. Volví a fumar. Lloré. Recordé los insultos de la secundaria. Lloré. Tiré mis cigarros y vine —conté en por lo menos un minuto, mirando siempre el atardecer a través de la ventana. Él asintió con su cara seria, rascando su barbilla.
—¿Qué estás pensando? —preguntó mirandome, me recargué en el respaldo del sillón. Cerré mis ojos y suspiré.
—Es horrible, hace mucho que no recordaba nada. ¡Tengo problemas! mi cabeza da vueltas y me vienen recuerdos de la muerte de mis padres, de las veces que me encerraba en mi armario a drogarme —dije con rabia, aún con los ojos cerrados. Los psicólogos no son personas con las que vas para que te consuelen, así que cuando lloras ellos no se acercan, ellos dejan que tu dolor salga y con nada más que palabras te tranquilizan, no te hacen promesas como el típico Yo estaré siempre contigo, ellos te apoyan y te hacen razonar, no te interrumpen, y te hacen pensar bien las cosas. Abrí los ojos de golpe cuando una imagen de El Diablo apareció en mis pensamientos, sacudí la cabeza—... después recuerdo a la horrible persona que hizo sumergirme en las drogas y todo explota.
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INSANE || n.h.
Fanfiction-Eres muy fría algunas veces, te quedas callada, fuera de éste mundo. Te vuelves como... demente -dijo con su mirada concentrada en mí. Pero yo no lo estoy mirando, estoy perdida, tal y como él lo dijo. -El recordar es lo que me hace demente. Y yo r...