Epílogo

330 14 1
                                    

Epílogo

-¡¿Qué me haz hecho?! -grité tomando las rejas con fuerza, mientras mis manos siguen temblando. He entrado en una crisis nerviosa y los sintomas de mi embarazo lo empeoran. Las lágrimas corren por mi rostro, creí que todo esto ya había acabado y ahora todo cae sobre mi propia familia, la familia que ahora estoy formando.
-Esto es lo que le pasa a la gente desobediente -dijo sentado sobre la incómoda cama del reclusorio, entre la oscuridad, haciendose ver mayor, como un hombre terrible y aterrador, malo y muy peligroso. Lo vi como él verdaderamente era, un joven malo y lleno de rencor. Sus ojos grises se ven oscuros, como dos profundos agujeros negros.

Sus palabras se repiten en mi cabeza, pero con tanta terapia sólo trato de borrarlas. «Inhala, exhala, piensa en la palabra "pasado" y todas ellas desaparecerán». Y eso hice, sintiéndome satisfecha conmigo misma, para después caer en la terrible decepción que me hace ver el presente. Aquel cuarto pálido ha vuelto a mi vida.

-Las personas desobedientes reciben su merecido, preciosa.

Encerrada otra vez. Estoy en mi peor pesadilla, la realidad. Estoy sola, completamente sola. Con los nervios en la punta de un hilo y encima loca. El internado es lo unico que me acompaña, en un cuarto blanco y acolchonado. Con doctores que me llenan de inyecciones, calmantes, un aparato respirador -sólo en algunas ocasiones- y mi querido médico, especialista en psiquiatría, Derek. Él habla conmigo todo el tiempo, a él es a la persona que le he narrado toda esta historia, junto a Niall. Él ahora sabe todo de mí, sólo falta el final.

¿Cómo llegué aquí?

Esa es la pregunta del millón, en la que él aún no ha tenido respuesta y hoy la obtendrá.

-Buen día Emma -dijo él sentandose en uno de los cubos blancos de la habitación. Le dí un asentimiento con la cabeza, distraída, mientras hago movimientos extraños con mis manos-. Bien, hoy es el día del final. Cuéntame.

«Si lo cuentas se va. Lo jura.»

La vocecilla que me atormentaba antes de volverme algo así como loca, ha regresado y se ha vuelto más fastidiante, además ahora habla en tercera persona. Causa reacciones desquiciantes en mí, así como ataqies de desesperación o ansiedad. Esa vocecilla me vuelve aún más loca, me ha hecho hablar sola y decir cosas que no quiero, como también callar.

«Lo jura, no fastidiará, sólo hazlo.»

Lo miré unos segundos, antes de perderme en mis recuerdos, pero esta vez sin ocultarlos dejando que estos se deslicen a través de mis labios para así narrarle todo a Derek, como ya lo había hecho antes.

Manhattan, Nueva York a 01 de abril del 2014

-Éste caso ha sido cerrado -anunció el juez golpeando el escritorio con un simpático y pequeño martillo de madera-. El señor Travis Stephen Banks es condenado a cadena perpetua, por extorción a menores y trafico de drogas.

Un escalofrío recorrió mi columna vertebral, al escuchar aquellas cosas por las que él ha sido tachado y encarcelado. Pensando así en todo lo que él me hizo hacer, con mentiras o escusas.

Me hicieron pasar, se supone que debo verlo. Un par de policías me acompañaron hasta quedar frente a él, se retiraron dejandonos solos. Travis me mira profundamente tras las rejas, con su grisácea mirada, penetrante. Sus pupilas dilatadas y su mandíbula apretada, tensa.
-Tienes problemas en esa cabecita si piensas que todo ira bien en tu vida, gatita -susurró dejando que una pequeña risa se asomase de su garganta, rascando su barbilla sin afeitar-. Tu mente seguirá dando vueltas, preciosa.
Me quedé en silencio, mirando cómo él me mira tan confiado al decir aquellas palabras. Le presté tanta atención a sus palabras que empezaba a faltarme el aire. Comenzaba a creerme aquel palabrerío que él me dice, olvidandome completamente de lo que me había dicho Chris, acerca de la concentración.
«¡No creas en él!»
-Tal vez te libráste de mí, pero todo tu pasado te atormentará hasta volverte completamente demente.
«¡No lo escuches!»
Soltó una macabra carcajada, mirándome con sus ojos llenos de odio. Mi piel se erizó cuando un escalofrío recorrió mi cuerpo entero. Los mandatos que mi cabeza me daba eran en vano, yo hice lo que nunca debí haber hecho: prestarle atención, creer en sus palabras.

-Nunca debí haber hecho eso...

-Emma, él tenía razón ¿no es así? Eres muy fría algunas veces, te quedas callada, fuera de éste mundo. Te vuelves como... demente -dijo con su mirada concentrada en mí. Pero yo no lo estoy mirando, estoy perdida, tal y como él lo dijo.

-El recordar es lo que me hace demente. Y yo recuerdo todo el tiempo -susurré y lo miré-. Derek, no dejes que nadie ordene a tu mente, ésta puede llegar a hacer cosas que no debe. Como obedecer -susurré con la garganta seca. Él dio un asentimiento con la cabeza y me sonrió a medias.

«Todo va a estar bien, pequeña.»

-Señorita Jones -dijo una enfermera al entrar, la miré con una pequeña sonrisa- su marido e hijos han venido a visitarla.

»Emma y Niall siguieron su vida juntos, tuvieron dos hermosos hijos; James y Marie. Pero Emma seguía atormentada por sus recuerdos, sufrió una crisis de nervios que la llevó a perder la cordura. Fue hospitalizada ocho veces, seis diferentes doctores la atendieron tratando de comprenderla, hasta que Derek -amigo de Christopher y ahora Emma- llegó a su vida. Fue internada en una clínica psiquiátrica y ahí la visitan sus hermosos niños junto a su querido marido. Cada día se va recuperando de a poco y con la ayuda de Derek puede llegar la posibilidad de que recupere la cordura por completo y que siga con su vida de madre y esposa.
Niall ha estado siempre con ella, en las buenas y en las malas. En ningún momento la dejó sola, Emma siempre tuvo su apoyo. Ella empezó a tener problemas desde aquel día que vio por última vez a Travis detrás de las rejas y a los días se enteró que estaba embarazada. Cuando ellos tuvieron a sus mellizos, Emma decidió ser internada nuevamente.
Ahora, ella se encuentra nuevamente de Irlanda, acompañada de sus hijos y marido. Ella ahora es una adulta, feliz y ya fuera de todos los líos que tuvo en su juventud. Cuenta con treinta años de edad, muchas historias qué contar y bastantes consejos que dar.
Christopher Banks volvió a su antiguo trabajo siendo psicólogo y ahora él aconseja con certeza, dedicación y mucho cuidado a sus nuevos pacientes, ahora teniendo más experiencias en las qué basarse.

¿Quien dice que el destino es el que tiene tu vida escrita? ¿Quien dice que tu vida ya está escrita? Tú formas tu propio destino, tu futuro, debido a tus actos y errores. Lo difícil es poder sobrevivir en el camino.

- - - - - - Graciaaas!! - - - - - - -
Taráaaan!! Esta historia ha llegado a su fin :') y me quiero morir...
¡Sigo sin poder creermelo!
Peeeero hay más noticias...
Estuve pensando en hacer otra parte de esta corta historia. Ya que me di cuenta que no dice muchas cosas de su pasado, que esta historia no era completamente lo que tuve en mente desde un principio.
Y...
He empezado a escribir la historia que Emma tuvo antes, esa historia no será un fanfic, Niall no será parte de la historia. Ésta será basada en el pasado de ella, entre todos los recuerdos que se le venían a la cabeza.
La historia será de Travis Banks y Emma Jones.
Y volviendo al tema anterior...
Estoy muy feliz de haber terminado mi primer novela, he escrito algunas pero nunca las terminé... :(
Bueno ya, ya lo alargué mucho.
Adiós nos leemos ;)
-PS

INSANE || n.h.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora