10: Se Cuidadoso.

681 93 11
                                    

Las clases de arte eran díficiles. En especial con la profesora Takumi.

Una bruja exigente, como le decían algunos.

Pero también sin sentido.

¿De qué nos iba a servir en la vida hacer cubos con palos de maqueta?

Estaba sentado con Gumi haciendo la actividad. Yo cortaba palitos y ella los pegaba.

—Hey, Len.—Me susurró Gumi.—Mira por la ventana. Tu Miku está jugando fútbol.

Me giré y vi. Así era, Miku-Senpai estaba jugando fútbol.

—Ah~, se ve realmente linda.—Dije al verla patear la pelota.

Me quedé hipnotizado con sus movimientos, ella metía gol tras gol.

—¡Len!—Me despertó Gumi de mi trance. Pero me asusté y corté con el cortacartón.

No era un corte grande.

¡Era gigantesco!

—¡Me voy a desangrar!—Grité.

La profesora vino hacia nosotros, vio el corte y se lamentó.

—Kagamine, vaya a la enfermería.

Hice lo que dijo.

Ponía presión a la herida, para que no escapara sangre de más.

Llegué a la enfermería. Miré el pañuelo con el que había tratado de cortar la circulación.

Estaba manchado de sangre.

Dios, ¿Y ahora qué haré?

¿Esperar a la enfermera?

¿Escribir mis últimas palabras?

La puerta se abrió y dejó ver a Miku-Senpai.

—Hey, Kagamine.—Miró mi mano y abrió los ojos.—Oh, ¿Cómo te has hecho eso?

—Me corté en arte, Miku-Senpai.

Ella se apresuró a cortar el flujo de sangre. Lo que fue doloroso, pues puso sal encima de la herida.

—Tranquilo, Len. El dolor ya pasará.

Me di cuenta de que seguía con su uniforme de educación física.

—¿Dejó su clase?

—Ah, me dejaron salir. Y pasaba por aquí cuando oí unos murmullos, eras tú.

Finalmente Miku-Senpai vendó mi mano.

—No fue un corte muy grande, pero la zona cortada tiene muchos vasos sanguíneos. Por eso la gran perdida de sangre.

—Se lo agradezco.—Dije. Ella sonrió, pero después frunció el ceño y me dio un pequeño golpe en la cabeza.—¡Ay!

—Debes ser más cuidadoso, hay personas que se preocupan por ti.

—¿Usted se preocupa por mí?—Pregunté.

Oh, creo que me pasé con la pregunta.

—Obviamente.—Dijo.—Soy la vicepresidenta, mi deber es velar por la seguridad de nuestros compañeros.

—Ah...

Por un momento pensé que Miku-Senpai me tenía algo de preferencia.

—Kagamine.—Me dijo y la miré a los ojos.—Tu piel es demasiado hermosa como para que la dañes, sólo ten cuidado, es lo único que te ruego.

Asentí.

Ella se acercó a la puerta de la enfermería y la abrió.

—Nos vemos luego.

Y salió.

El viento movía las cortinas.

Realmente amo a esa mujer.

Me gusta escribir esta historia.

17/6/18

¡Miku-Senpai!┆LenKuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora