24: Primera Cita.

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Suspiré tratando de relajarme.

¡Ah! No puedo lograrlo.

Me movía de lado a lado sin poder concentrarme.

Hoy era la cita con Miku-Senpai y estaba muy nervioso.

—¡Deja de hacer eso, Len, me estresas!—Gritó Gumi, lanzándome un cojín.—¡A ver! ¿Cuánto tiempo tienes antes de la cita?

—Unas siete horas.—Dije y Gumi frunció el ceño.—¡No me mires así! Quiero prepararme bien.

—¡Son las nueve de la mañana! ¡Tu cita es a las cuatro de la tarde!—Masajeó el puente de su nariz.—Deberías dormir unos veinte minutos más, eso te relajará.

—No quiero, prefiero darme una ducha.

Me fui al baño y llené de agua la tina, me quité mi pijama, revisé que la temperatura del agua no estuviese tan caliente y me sumergí en el agua.

Deseaba que mis inquietudes se marchasen junto a los residuos de jabón.

Va a salir todo bien, va a salir todo bien, va a salir todo bien.

Ni siquiera es una cita en su casa, como para que me preocupase tanto.

—Normalmente es la chica la que se pone tan nerviosa.—Reí.—Mira lo que me has hecho, Miku-Senpai.—Suspiré.

Me salí de la tina, fui a mi habitación, sequé un poco mi cabello con la toalla y busqué un atuendo en mi armario.

Finalmente me coloqué unos pantalones cafés con una chaqueta verde.

—¿Cómo me veo?—Le pregunté a Gumi.

—Si no te viese como mi hermano, te daría.—Rió.—Te ves muy bien, Len.

—Gracias.—Miré el reloj.—¿¡Tanto tiempo pasé en el baño!?—Exclamé al ver que ya eran las once.

—Creí que te habías ahogado.—Se burló.

Simplemente la fulminé con la mirada.

(...)

Miré el reloj, faltaba media hora para la cita.

—Tranquilo, Len.—Me calmó Gumi.—Luka y yo seremos un equipo para evitar que pase algo malo.

—¿Gracias?—Pregunté dudoso.—Como sea, ya es hora de que me marche. Deséame suerte, Gumi.

—Len, un consejo, a pesar de que el macho de la relación es Miku.—Fruncí el ceño.—Trata de que ella también lo pase bien, por favor.

—Mi prioridad es Miku-Senpai.—Dije y salí.

Caminé por las calles de Osaka hasta llegar al lugar al que Miku-Senpai me había citado.

Mi cuerpo se movía por sí solo, pues mi mente se hallaba en otro lugar. Inhalé y exhalé tratando de relajarme.

Miré y al frente del local estaba ella.

Sus dos coletas se mecían levemente con el viento de la tarde. Usaba un pantalón rojo y un chaleco café de lana.

—¡Miku-Senpai!—La llamé y corrí a su dirección.—¡Lamento la tardanza!

—Hola, pequeño sol. No llegaste tarde, es que yo llegué muy temprano, no te preocupes.—Dijo y acarició mi cabello.

Ahora que lo pienso, es la primera vez que la veo con otra ropa que no sea el uniforme escolar.

—Se ve muy bien.—Dije nervioso.

—Gracias, tú también te ves bien.—Ella tomó mi mano.—Entremos.

Con la cara como un tomate, crucé la puerta de entrada tomado de la mano de mi novia.

Miré el lugar donde estábamos.

Una heladería.

Nos sentamos en una mesa que estaba al lado de la ventana y vino alguien a tomar nuestros pedidos.

—Traíganos dos helados.—Pidió Miku.—Uno de fresa y el otro de...

—Naranja.—Completé.

El mesero se retiró.

—¿Y cómo has estado?—Cuestionó.—Oh, perdón por hacer preguntas estúpidas.

—No es una pregunta estúpida, Miku-Senpai. Yo he estado bien, algo nervioso por la cita, quizás.

—Me alegra saber que no era la única nerviosa.—Habló.—Sabes, busqué en internet cuales eran los mejores lugares para tener una cita.

Reí.

—¡No te rías! No sé mucho sobre cosas de citas, y Luka realmente no me dio buenos consejos... ¡Tuvo una cita en el cementerio!

Estallé en risas otra vez.

—Pues a Gumi nunca le han pasado cosas así, porque está tan sola como el número uno.

Esta vez Miku rió.

—Sus pedidos.—Dijo el mesero.—El helado de fresa para la dama y el helado de naranja para el mocoso.

¿Qué?

—Perdón, ¿Cómo le dijiste?

—Mocoso, Miku, así le dije.—El mesero levantó la mirada y se quitó el sombrero.

Era Yuma.

—¿Qué haces aquí, Yuma?—Preguntó Miku fastidiada.

—Soy tu amigo, debo advertirte de que tu novio es un loco. Cuando toda esta locura inició le pregunté a Len cuales eran sus propósitos contigo.

—Cierra la boca, Yuma.

—"Miku-Senpai será mía, seremos felices, tendremos una casita en la colina, tres hijos y un perro llamado Gumi"—Imitó mi voz.—¡Está obsesionado contigo, date cuenta!

Miku-Senpai se levantó de su asiento y quitó de mí su mirada.

No, por favor.

—Hay un problema con eso.—Susurró.

No, por favor.

—Prefiero tener dos hijos primero, tres ya es mucho.—Sonrió.

Yuma tomó mi helado y me lo embarró en la cara.

—Vámonos, Miku.—Dijo y tomó a Miku del brazo.

—¡Len!—Exclamó Miku.—¡Suéltame, Yuma!

—¡Equipo salva citas!

Todos nos volteamos a ver que ocurría, Luka y Gumi estaban en la entrada.

Luego, en una bizarra situación, Yuma quedó reducido al suelo, con Miku poniendo un pie encima de él, y Gumi y Luka tomándolo de ambos brazos.

—Yo...—Traté de decir.—Nos vemos otro día.—Intenté sonreír, pero no pude y me marché.

29/08/18

¡Miku-Senpai!┆LenKuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora