45: ¿Dónde estás Rin?

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Kaito tomó el sobre con delicadeza. Pasó sus manos enguantadas por él y tocó con suavidad el sello.

—¡Joder, Kaito! ¡No tenemos todo el maldito día, así que abre esa estúpida carta!—Grité y todos se me quedaron mirando.

—Veo que son tal para cual, Miku.—Comentó. Miku sólo sonrió por un segundo.

El peliazul rompió el sello. Dentro había una carta escrita en un papel amarillo. El mafioso la tomó y comenzó a leerla.

—"Mi querido Kaito, como siempre es un honor tener negocios entre los dos.—Comenzó a leer.—Sé que somos archienemigos, pero aún así es tan divertido jugar contigo. ¿Cómo está tu hermana? Supongo que ha de estar grande, si no estoy mal, ya tiene 17 y debería estar graduándose de preparatoria, ¿No?"

Mi novia chasqueó la lengua, me pregunto quien habrá enviado el mensaje.

—"No sabes mi sorpresa cuando una de mis aprendices me contó que Miku tenía novio, pensé que era una oportunidad de oro, pues si dañaba al novio de tu hermana, la dañaría a ella y te dañaría a ti, ¿A qué no te parece astuto? Aunque todo lo que hago siempre es astuto. De todas formas, lo que debo informar, es que sé que mis hombres han secuestrado al Kagamine incorrecto. Sé que quien está conmigo es Rin Kagamine, la nueva promesa del modelaje. Y que Len Kagamine, el novio de la hermana del líder azul, está contigo."

—Pensé que se demorarían más.—Soltó Luka.

—"Honestamente, también puedo divertirme con ella. Pero no se compara a una lucha contra ti, ¡El gran Kaito Shion!  Así que te daré a ti, y a tu pandilla de escolares, veinticuatro horas para venir a enfrentarme e intentar salvar a la joven Rin."

—Alto.—Detuve.—¿Y si pasamos las 24 horas?

Un silencio horrible me concedió la respuesta. Y aunque no lo había pedido, Gumi pasó su dedo por su cuello, señalando lo que podría ocurrirle a mi hermana.

No, no, no.

¡No pueden matar a Rin!

—"Estamos donde siempre, y donde nunca hemos estado. Aquel lugar donde jugábamos ayer, y donde pronto nos mataremos. ¿Sigues siendo bueno con los acertijos? Espero que así sea. Sin más que decir, se despiden una secuestrada modelo rubia y el líder de la máfia gris, Zhiyu Moke."

Y la carta acabó.

—¿¡Por qué rayos siempre termino involucrado con ese chino!?—Gritó Kaito. Tomó la carta y la arrugó.

—¡Hay que salvar a Rin!—Exclamé.

—¡Claro que salvaremos a tu hermana, mocoso!—Respondió Kaito.—¡Sólo dame cinco minutos de enojo!  Necesito un trago.

Se acercó a un mueble y se sirvió un vaso de whisky. Bruscamente colocó en él dos trozos de hielo, los cuales al caer tan fuerte en el licor derramaron unas cuantas gotas.

—Hermano, no tenemos tiempo de más para que estés enojado. Primero debemos descubrir el lugar al que se refiere Moke.

—Siendo sincera, no entiendo el acertijo. Quizás tiene algo que ver con sus raíces chinas o algo de ese estilo.—Intentó revelar Luka.

—No te calientes la cabeza pensando, Luka.—Dijo Kaito, acariciando su cien.—Moke habla de la casona oriental. Esa que está en las afueras de Osaka, la abandonada. Ahí nos reuníamos a jugar cuando éramos pequeños, antes de ser nombrados líderes de máfias enemigas. Por eso dice "estamos donde siempre, y donde nunca hemos estado", ya que Kaito y Moke si han ido, pero no el líder gris y el líder azul.

Comprendimos. Era un alivio que ya supiésemos donde estaban. Así podríamos ir a salvar a Rin inmediatamente.

—Entonces, ¿Qué esperamos? ¡Vamos a salvar a Rin!—Exclamé. Estaba motivado.

—Alto ahí, rubiecita.—Me detuvo Kaito y tomó un trago de su whisky.—¿Irás sin un plan a enfrentarte contra una máfia?

Sí, él tenía un punto. Me vi obligado a seguir esperando.

—Denme seis horas, reuniré a la mayor cantidad de hombres posibles. Después de eso, podemos irnos.

Nadie dijo nada. Todos asentimos en silencio, no me sentía de humor como para llevarle la contraria a un jefe de la máfia.

—Deberían dormir.—Dijo Kaito.

—Recién son las tres de la tarde.—Habló Gumi.—No creo que sea hora de dormir.

—Niña verde, estarás toda la noche despierta, créeme que debes dormir.

Sin decir más, el azul se retiró.

Me senté en una silla cercana, serían las seis horas más largas de mi vida.

Unos dedos curiosos se colaron en mis rubios cabellos. Acariciaban las hebras gentilmente, en un intento de calmarme.

—Len, todo estará bien. Te lo prometo, volverás a ver a Rin, en menos de un día.

—Aún así no puedo quitarme este mal presentimiento, Miku-Senpai. Siento que algo malo ocurrirá.

—Intenta dormir, al despertar sentirás todas tus energías repuestas.—Siguió acariciando mis cabellos y besó algunos. En aquel estado de calma cerré mis ojos y cedí al sueño.

Miku-Senpai siempre me daba calma.

(...)

Abrí los ojos, tenía una manta encima mío.
Seguía en la sala de estar, en el mismo sillón, sin embargo ya era de noche. No estaba solo, Gumi dormía apoyada en el hombro de Luka, quien tenía un brazo sobre la espalda de la verde.

No estaban Kaito y Miku, seguramente se hallaban planeando el ataque.

—Kagamine-San.—Me habló una empleada. Me giré a verla.—Hay alguien que desea verlo.

¿Quién?

Froté mis ojos y seguí a la sirvienta. Estábamos en las afueras de la mansión. Me aferré a la manta que no había abandonado. La primavera estaba a la vuelta de la esquina, pero seguía haciendo un frío horrible.

Giré mi mirada al frente, la persona menos esperada estaba ahí.

—Fukase...—Dije.

—Len.—Respondió.—Tenías razón, Flower me utilizó como su marioneta.—Bajó la mirada.—Yo... Lo lamento, de verdad lo lamento.

Soltando la manta, corrí al pelirrojo y lo abracé. Él correspondió al instante.

—Tenías razón.—Sollozó.—Yo sólo era un peón en su tablero.

—Lo sé, eres muy ingenuo.—Acaricié su espalda.—Eres el tomate más tonto que conozco.

—Cierra la boca, rubio que es pasivo en una relación hétero.

Reímos como antes.

—¿Fukase?—Gumi también había salido. Tenía los ojos abiertos de par en par.

—Hola, Lechuga. Estabas en lo cierto, fui un tonto manipulado por su senpai, ja, ja...

Sin dejar que siguiera dando explicaciones, Gumi corrió hacia nosotros y se unió al abrazo.

—¡No debemos pelearnos más!—Exclamó la peliverde, soltando algunas lágrimas.

Asentimos, todos llorábamos. Pero no eran lágrimas malas. Eran lágrimas de felicidad.

Todo estaría bien, lo sentía.

Hola, por fin les traigo algo un poco felíz.

¡Nuestro Moke es el líder de la máfia gris! Apuesto a que no se lo esperaban, ja.
Celesty siempre trae sorpresas.
Fukase ha vuelto a la banda y el ataque sorpresa ya será puesto en marcha. Todo va viento en popa, hay algo de esperanza, yay.

Sin más que decir, me retiro.

Adiós.

20/03/19

¡Miku-Senpai!┆LenKuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora