Estábamos sentados en la cafetería. Gumi masticaba ruidosamente palitos de zanahoria. Fukase había ido a comprar un pan al mostrador. Yo comía el bento que me había preparado.
—Hey, Limón.—Me habló Fukase cuando llegó.—Adivina...
—¿Se canceló la prueba?
—No.
—¡Qué lástima!—Exclamó Gumi.
—¿Se pueden callar?—Exclamó Fukase.—No sé porqué me junto con ustedes.
—Quizás porque eres un antisocial depresivo y nosotros fuimos los únicos que te apoyaron.—Concluyó Gumi.
—Sí, supongo que por eso.—Admitió el pelirrojo.—Pero eso no es lo importante. Les contaré una historia.—Fukase preparó su voz y comenzó el relato.—Estaba yo comprando mi almuerzo, cuando llegan los alumnos de grados superiores y entre ellos estaba... ¡Flower!
Gumi y yo lo mirábamos con cara que que por favor tome sus cosas y se marche.
No puedo creer que exista alguien tan obsesionado con otra persona.
Fukase rió.
No está de más decir que la risa de Fukase es muy sonora y, eh, pues no es muy bonita. Más que reír parece que se ahoga.
—¡Hubiesen visto sus caras!—Seguía ahogándose.
—Tomate, tranquilo, respira...
—Oh, no me había reído así en años.—Él suspiró.—Pues ahí estaba Miku, al parecer no trae almuerzo, sino que compra un pan.
De pronto la comida se me hizo pegajosa e insípida.
No era justo que yo comiese una rica comida casera y Miku-Senpai tuviese que luchar para conseguir un maltratado pan.
¡Soy el peor ser humano existente!
—No merezco vivir.—Dije y golpeé mi cabeza contra la mesa.
—¡Len, no aplanes tu cabeza!—Dijo Gumi.—Quedarás como masa.
¡Masa!
Masa=Comida.
Comida=Bento.
Bento=Miku-Senpai.
¡Eso es!
Le prepararé un bento a Miku-Senpai.
—¡Ya lo tengo!
Conté el plan y mis amigos me apoyaron.
Al llegar a casa, me puse manos a la obra y comencé a preparar la comida.
Cocer papas, pelar zanahorias y hacer formas con el arroz.
—Eres la mejor cocinera que conozco.—Gumi se burló de mí.
—¡Ya está!
Gumi y yo admiramos el resultado final.
—Hostia, esto es tan hermoso que debe ir a Instagram.—La peliverde le sacó una foto.
Espero le guste.
(...)
Los primeros rayos de sol cruzaron mi ventana.
Con pereza me levanté, duché y vestí.
Abajo Gumi preparaba el desayuno.
—Hola, Len.—Saludó.—Ten.
Me entregó un vaso de leche y un trozo de pan.
Después de comer, tomamos nuestros bolsos y los bentos.
Caminamos a la escuela, en la entrada nos esperaba Fukase.
En toda la mañana no pude dejar de pensar en el bento. Estaba muy nervioso.
Finalmente llegó la hora de almuerzo.
En mi mano izquierda temblaba el bento de Miku, perfectamente adornado con un listón celeste.
—¡Tú puedes, Len!—Me alentó Gumi.
Visualicé una cabellera celeste.
Ahí estaba la mujer de mi vida.
—¡Vamos, compadre!—Me siguió alentando Gumi.
—Yo siempre he comprado mi almuerzo y nunca me has ofrecido un bento.—Se quejó Fukase.
—Cállate, tomate reventado.—Lo regañó Gumi.
Me acerqué a Miku-Senpai.
Ella, mientras hacía la fila, hablaba con sus amigos.
—Mi-Mi-Miku-Senpai.—Tartamudeé, ella no me oyó por el bullicio.—Miku-Senpai.—No me oyó.—¡Miku-Senpai, le hice un bento!
Ella se giró y quedó mirando el bento.
—¿Qué quieres, niño?—Me preguntó Yuma.
La aquamarina tomó mi mano y nos llevó a una mesa. Ignorando totalmente a Yuma.
—Gracias por la comida.—Dijo y comenzó a comer, igual que yo.
Gumi nos fotografíaba; Fukase se secaba lágrimas falsas.
¡Estoy almorzando con Miku-Senpai!
Ella comía con delicadeza. Llevaba la rugosa servilleta a sus finos labios rosados.
Qué labios tan hipnotizantes.
—Kagamine, te agradezco la comida, pero esto no debe ser así, por favor no lo repitas.
¿AH?
Miku-Senpai se fue.
¿Qué hice mal?
Tomé mi bento y lo lancé a la basura.
Hoy no tengo hambre.
•
Gracias a todos los que comentaron, se aprecia su cariño. Y ya estoy mejor, don't worry.
bUT LEN NO ESTÁ BIEN, HAHAHAHA.
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¡Miku-Senpai!┆LenKu
Fanfic"Donde Len es el fan número uno de su senpai Hatsune Miku". Después de haber sido salvado por Miku de unos molestosos, Len, un joven escolar, queda enganchado con ella, pero este joven no lo disimulará, no, él le gritará al mundo su amor hacia su Mi...