50: Pétalos y Sol.

362 44 10
                                    

Hace tiempo atrás había un chico, tenía una familia feliz, le iba bien en la escuela, era amistoso y para qué mentir, también era guapo.

Pero siempre sentía que algo le faltaba, le ofrecieron cambiarse de escuela y siguiendo un pálpito lo hizo. Una nueva ciudad, nuevos amigos, nueva escuela y claro nuevos enemigos.

Una tropa de estúpidos lo persiguieron y casi lo matan. De no haber aparecido una hermosa joven de coletas celestes.

La chica de coletas le dio una paliza a los molestosos, que corrieron como niños lloriqueando. Era fuerte y ágil, pero demostró también ser delicada y cuidadosa al ayudar al chico. Poniéndole una curita en la nariz. La cual, aunque suene antihigiénico, todavía guarda.

—Soy Hatsune Miku.—Se presentó ella.

Y el chico quedó enamorado para siempre, entregándole su corazón, cuerpo y alma hasta la eternidad.

¿Cómo es que sé tan bien la historia?

Yo soy el chico.

Len Kagamine, el joven que fue salvado y ofreció su todo a su senpai. Y no me arrepiento.

De aquel día son casi tres años. Y en estos tres años pasaron un montón de cosas, tales como el hecho de que logré conquistar a Miku-Senpai.

No fue fácil, claro que no. Pero lo pasé bien.

Siempre estaré bien si Miku-Senpai está a mi lado y prometimos estar siempre juntos.

Sin embargo, hoy nos separaremos un poco. Los cerezos por fin habían florecido, marcando el inicio de nuestro último día de romance escolar.

Porque hoy era el gran día para Miku-Senpai. Hoy se graduaría y se volvería una universitaria.

Y lamentablemente dejaría la escuela. Extrañaré aquellos recreos que pasábamos juntos. Con nuestros amigos o solos. Mirando el mundo desde la azotea.

Caminaba sin darme cuenta por los pasillos, sólo faltaban unas horas para el final.

—¡Vamos, Len, no estés triste!—Me animó Gumi.—¿No estás feliz por Miku?

—¡Claro que lo estoy!—Dije.—Pero me da tristeza el no poder verla todos lo días, ¿Entiendes ese dolor?

—Sí lo entiendo.—Replicó y sus mejillas se sonrojaron.—¡N-no me malentiendan! Digo, extrañaré a todos los alumnos mayores, no a una pelirrosa en especial, ja, ja.

Con Fukase ignoramos aquello.

—Piensa en que por lo menos a ti no te abandonó tu senpai, amigo.—Bromeó el pelirrojo. Al parecer había superado totalmente a Flower.

Eso me alegra.

Tocaron el timbre y fuimos a clase, las cuales iniciaron normalmente. Así trascurrieron la primera y segunda hora, hasta que en el último período nos pidieron ir a la cancha.

En orden fuimos y nos formamos. Allí nos recibió la directora. Habían puesto sillas bajo los cerezos, preparado un escenario y alistado la decoración para despedir a  nuestros mayores.

—Alumnos.—Inició su discurso.—, hoy nos reunimos aquí porque los cerezos finalmente han florecido. Lo que significa que es hora de que nuestro último año se marche.

Tomados de las manos entraron todos los alumnos. Los recibimos aplaudiendo con fervor.

Miku-Senpai miraba el cielo, como si deseara llegar ahí.

Estoy tan orgulloso por ella.

—Hoy, las dos mejores notas del año nos dirán unas palabras de despedida. Con ustedes, la presidenta del centro de alumnos Luka Megurine y la vicepresidenta Miku Hatsune.

¡Miku-Senpai!┆LenKuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora