¡Miku-Senpai!┆LenKu

42: Marionetas.

Los brazos de Miku-Senpai me abrazaban con fuerza. Sentía su calidez, su cariño y su amor, algo que necesitaba en ese momento.

Mis lágrimas mojaban su chaleco escolar, aún no podía dejar de llorar por la discusión con Fukase.

Aquello pasó de una forma tan rápida, que me costaba comprender aún lo sucedido.

—Tranquilo, pequeño sol.—Decía ella mientras acariciaba mi cabello.—Todo estará bien, Fukase sólo colapsó, pero pronto volverán a ser amigos.

—Ese no es el problema, Miku.—Dije.—Lo que me duele, es que aunque yo sabía que Flower era una mala senpai nunca se lo dije a Fukase, porque pensaba que él era felíz. Pero todo era una farsa, soy un amigo muy malo, no me di cuenta de que Fufu sufría. Y ya es muy tarde.

—Len.—Habló, mirándome a los ojos.—Nunca es tarde para los amigos. Discúlpate con Fukase por tus errores y que él también se disculpe. De paso Gumi igual. Por ahora, sólo te pido que dejes de llorar, no quiero ver tus hermosos ojos hinchados.

Sequé mis lágrimas. E intenté sonreír, no quería que mi amada senpai se pusiese triste por mi culpa.

—Gracias, Miku-Senpai.—Agradecí.—Hablaré con Fukase, pronto todo volverá a estar bien.

O éso creía.

{Narrador Omnisciente}

Otro día había iniciado. Las clases volvían a comenzar, ignorando todo lo ocurrido la tarde anterior. Sin embargo, algo distinto había.

Un chico pelirrojo no había esperado a sus amigos en la entrada de la escuela. No, Fukase había subido a la azotea del edificio.

Ahí esperaría a su senpai. A la misma por la cual había roto su amistad más profunda.

Al contrario de lo que esperaba, en la azotea ya había una persona.

Una joven rubia miraba el paisaje que le mostraban sus ojos. Se veía tan triste y tan sola, que Fukase quiso preguntarle que hacía ahí.

Pero ella cuando se dio la vuelta, toda la curiosidad que sentía se fue a la basura.

—Oh, aquí está el kōhai de Flower.—Dijo.—Qué lástima que mi hermano esté rodeado de traidores.

—¿Sabes que tú también eres una de esos traidores?—Consultó el pelirrojo.—No te hagas el ángel, Rin. Sabemos que estás en contra de Miku y Len.

—Ya no, Fukase. Decidí que quiero lo mejor para Len-Nii.

El de ojos rojos rió sarcástico.

—¿Entonces qué haces aquí? Porque supongo que vienes a reunirte con Yuma.

—Estoy aquí por el bien de Len-Nii.—Respondió.—El maldito de Yuma tiene contactos de personas malas y me dijo que si no lo ayudaba, algo malo le pasaría a Len. Y estaré errada, pero prefiero que Len y Miku estén separados, a que mi hermano sufra algo de lo que quizás nunca pueda recuperarse.

Ella volvió a mirar desde el balcón. El cielo estaba despejado, no se veía alegre para Rin.

—Se vea, como se vea, soy la mala.—Suspiró.

Fukase no pudo contestar, pues unos pasos rápidos se oyeron y las puertas se abrieron violentamente.

—Veo que ya llegaron nuestros cómplices.—Habló Yuma. Se veía bastante alegre y confiado. Aquello le dio un mal presentimiento a los menores.—¡Haremos el mejor espectáculo de la historia!—Exclamó.

—¿A qué te refieres?—Consultó Rin.

—Tu hermanito y Miku terminarán de la peor forma posible para ellos. Para mí será un show de primera.

—Eres un hijo de...—La rubia no pudo acabar la frase, pues una bolsa fue lanzada a ella.—¿Qué es esto?

Abrió la bolsa con algo de nervios.

Era un uniforme escolar masculino.

—Desde la primera vez que te vi, supe que podría hacer buen uso de tu gran parecido a tu hermano.

—No...—Dijo Fukase.—No le puedes hacer eso a Len.

—No te atrevas a pensar en decirle algo de esto a Len.—Amenazó Flower.

—E-está bien, senpai.—Bajó la mirada. Rin miró con odio a Flower. Detestaba cuando los mayores se aprovechaban de los menores.

—¿Cuándo haremos esto?—Cambió el tema.

—Hoy mismo. En el almuerzo lo haremos.—Sonrió con malicia.—Todo saldrá bien, y si no... Siempre hay plan b.

Aquel escalofrío volvió a recorrer el cuerpo de los jóvenes.

—Nos vemos luego, pequeñines.—Se despidieron, para luego marcharse.

Kagamine apretó con fuerza la bolsa que tenía en sus manos. ¿Por qué había terminado como una estúpida marioneta de un idiota?

—Fukase, para ti todavía no es tarde.—Habló.—A penas puedas, aléjate de Flower. Ella te hace mal.—Sin mirar atrás, se marchó.

El pelirrojo la siguió con la mirada.

—Rin Kagamine, quizás no eres la mala, sino una chica que hace el mal por las razones correctas.

•

Antes de todo, debo agradecerles totalmente por las diez mil lecturas que tiene esta historia.

digo, ¡tIENE DIEZ MIL LECTURAS! AHH. MILLONES DE GRACIAS REALMENTE.

Desearía poder darles un buen especial de diez mil lecturas. Pero no puedo permitirme eso, lo lamento. Y también lo lamento por lo que vendrá, porque no será lindo.

Sin más que decir, excepto agradecer de nuevo, me retiro.

Adiós.

28/02/19

PD: Acá en Chile están cantando Backstreet Boys, la estoy pasando genial.