20: ¡Len-Kōhai!

693 85 42
                                    

La alarma sonó.

Me desperecé lentamente y miré el reloj.

Eran las siete con cuarenta.

¡Es muy tarde!

Apurado me vestí, y corrí a la cocina.

En la mesa había un plato con tostadas y un vaso con leche. Además de una nota.

"Creo que tu alarma está fallando, porque no suena. Te hice el desayuno

Con amor, Gumi <3"

—¿Y POR QUÉ NO ME DESPERTASTE TÚ?—Grité molesto.

Odio a Gumi.

Comí y me cepillé los dientes. Para después salir corriendo a la escuela.

Me quedaban 10 minutos para llegar.

Corría a tal velocidad que parecía un rayo, así que rápidamente crucé la entrada.

Pero un nuevo obstáculo me interrumpió.

—¡Oye, tú!

Un joven se me acercaba peligrosamente.

Así que volví a correr. Y el me siguió.

Tch, estúpido mocoso ¿No tiene nada mejor que hacer?

Estaba en el patio, cerca de los árboles de sakura. Él se alejaba al no poder alcanzarme.

Aunque me daba igual si me alcanzaba, pues mis habilidades físicas habían aumentado. Así que si quisiera le rompería la cara.

Pero no lo haré, porque soy un niño bueno.

—Hey, oxigenado.—Otro niño apareció al frente mío. Al parecer tendré que romper huesos.—Dános tu almuerzo.

¿Sólo por eso me persiguieron?

—No.—Negué. Un chico se me acercó y me quitó mi bento.

Él empalideció al ver la etiqueta con mi nombre.

—¿Qué pasa, Yohio?

—É-él es Len Kagamine, Bruno.

El castaño también se puso pálido.

—Eh... Perdónanos, chico. No le digas a tu senpai, te lo rogamos.

Dicho esto se fueron.

Tomé mis cosas y caminé a mi casillero, donde cambié mis zapatos.

¿A quién se refería por senpai?

Noté que la gente me miraba y murmuraba.

—Al parecer lo lograste, mocoso.—Me dijo Yuma.

—¿A qué te refieres?

Él ignoró mi pregunta y se marchó.

Al entrar a mi aula, las miradas se volvieron a posar en mí.

—¡Abran paso a la mejor amiga de la leyenda humana!—Gritó Gumi, quien se lanzó a abrazarme.—¿¡Por qué no me dijiste!?

—Eres nuestro orgullo, Len.—Habló Fukase.

—¿Ustedes también? Todos me miran y no sé la razón.

Ellos se miraron.

—¿Acaso no oíste la noticia?—Habló Gumi.—Miku eligió kōhai.—No puede ser.—¡Y eres tú!

Espera ¿Qué?

Concéntrate, Len...

Miku-Senpai me escogió.

Soy el elegido.

—¡OH, DIOS SANTO!—Exclamé.

Las puertas se abrieron y por ellas entró la presidenta del comité estudiantil Megurine Luka.

—¡Len!—Gritó.—¡Bendito seas! Hiciste que Miku eligiese kōhai. Te felicito.

Un profesor entró y Luka se marchó.

(...)

El timbre de salida sonó. Miku-Senpai no se vio en ningún momento.

Iba saliendo con Gumi cuando siento que alguien me acorrala a la pared.

—Hola, pequeño sol.—Susurró en mi oído.

Era Miku-Senpai.

—Supongo que has oído la noticia de que te escogí como mi kōhai.

—S-sí.—Tartamudeé por nuestra cercanía.

—Te diré mis razón. El senpai enseña al kōhai y viceversa. Tú eres el único que puede enseñarme algo.

—¿Qué cosa podría enseñarle yo?

Ella me miró a los ojos y sonrió. Hecho esto me besó.

Me besó.

Me besó.

Me besó...

¡ME BESÓ!

Mi corazón pareciera que va a explotar, me tiemblan las piernas y se me va el aire.

—Aunque no lo creas ese fue mi primer beso.—Dijo.—Y por tu reacción creo que fue el tuyo también.

—A-así es, Miku-Senpai.—Una duda cruzó mi mente.—¿Qué somos ahora?

Ella se lo pensó un momento.

—Somos senpai y kōhai.—Sentenció.—Pero no tenemos una relación como la de los demás. Tú, mi pequeño sol, no me enseñarás valores y yo no te explicaré a resolver hasta las más complicadas matemáticas, no. Tú me enseñarás a amar y yo te enseñaré a ser amado.

Mis mejillas ardían.

—Pero el amor debe tener una base, Miku-Senpai.

—Pues yo creo que estoy enamorada de ti, así que ¿Me ayudarás?

—Claro que sí, porque soy si fiel kōhai.

Ella sonrió.

—Vamos, pequeño sol.—Dijo ella. Tomando mi mano.

Lo he logrado.

Miku-Senpai es mía y yo soy suyo.

—¿Sabe, Miku-Senpai? Mi corazón, alma y cuerpo son suyos.—Le dije y sus mejillas se colorearon de un hermoso tono rosado.

Después de 20 capítulos haciendo que Miku se enamoráse de Len, lo puedo decir.

¡El LenKu es cannon!

31/7/18

¡Miku-Senpai!┆LenKuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora