47: Reencuentro.

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Contrario a todo lo que esperábamos, Zhiyu Moke no era espeluznante. Quizás era de mi porte, no podría decirlo con exactitud debido a la distancia entre nosotros. Sus cabellos eran azules y desordenados, usaba un traje blanco que lo hacía ver menor de lo que era. Y su rostro era como el de un niño.

¿Él era el líder gris?

—No se dejen llevar por la primera visión, niños.—Dijo Kaito.—Moke es un total desgraciado que no dudará en matarlos cuando pueda.

—Kaito, no hables así de mí a los invitados, creerán que soy malo.

—¡Éso es lo que eres, basura!—Gritó. Más el chico lo ignoró.

—Querida Miku, tantos años sin verte.—Saludó a la aquamarina.—Espero no tengas el mismo carácter de demonios de tu hermano.—Rió.—Tú debes ser el famoso novio.—Me habló.—La única debilidad de la poderosa Hatsune.

—¿Dónde está mi hermana?—Pregunté. No estaba dispuesto a iniciar un diálogo con el demente.

—Tranquilo, niño bonito, tu hermana está bien.

Suspiré. Podía relajarme un poco.

—¡Oye, bastardo! ¿Quieres pelear? ¡Entonces hagámoslo!—Exclamó Kaito. Moke rió.

—Tan bestia como siempre, ¿No, Kai-to-Kun?—Deletreó divertido.—Pero tienes razón, hoy siento ganas de matarte, así que ven, ¡Pelea!

—Miku, busca a la mocosa.—Dijo.—Yo distraeré a este maldito.

Y corrió a atacar al peligris. Lanzaba golpes que este esquivaba. Moke era realmente ágil.

—¡Vamos!—Habló Miku-Senpai. Corrió hacia el otro lado del pasillo. Todos la seguimos.

La mansión era todo un laberinto, cuartos por aquí, cuartos por allá. Y nadie conocía bien el lugar.

—¡Fukase! ¿Sabes dónde está el salón de baile?

—¡No!—Respondió.—Nunca había entrado.

—No queda otra que separarse.—Habló Luka.—Miku con Len irán a la derecha y Gumi, Fukase y yo iremos a la izquierda.

Asentimos.

—Con cuidado, por favor.

Nos separamos. La aquamarina tomó mi mano y me guió por el lado derecho de la mansión. La luna entraba por las ventanas, un viento helado corría, apreté la unión entre nosotros. Se podría decir que nuestros corazones se escuchaban; latiendo fuerte, al mismo ritmo.

Me gustaba tomar de la mano a Miku-Senpai, parecía que nuestras manos encajaban perfectamente. Su diestra y mi izquierda no pensaban separarse.

Hubiese sido una escena hermosa, de no ser porque las manos desocupadas cargaban armas.

—Len, tienes que estar preparado para cualquier cosa.—Habló.—Moke dijo que no la mataría, pero pueden haberle hecho otras cosas.

—Lo sé, Miku. Sin embargo, siento que Rin está bien.—Respondí.

Guardamos silencio otra vez.

El lado izquierdo de la mansión era grande. Habían muchas puertas, las cuales abrimos sin encontrar algo. Las habitaciones parecían estar limpias, aunque no habían sido ocupadas hace mucho.

Una atmósfera extraña rodeaba el piso. Era como si sintiésemos lo que había ocurrido en aquel piso.

—¿Alguna vez tu hermano te había hablado de Moke?

—Un par de veces, pero sólo eran comentarios pequeños, como "¡De nuevo ese bastardo!" O "¿Por qué siempre termino en asuntos con él?"

—Tienen una historia que no conocemos.—Aseguré.

¡Miku-Senpai!┆LenKuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora