¿No has dudado de tus sueños? ¿De tus elecciones?
Yo lo hice.
La vida a veces nos lleva hacia ciertas personas para poder crecer, a veces las personas se quedan, a veces se van después de cumplir el objetivo.
Cuando conocí a Seokjin mi vida cambió ¿...
Segundo día con el proyecto, después de asearme y desayunar con mi familia me dirigí a la escuela, en el autobús pensaba en las clases que tenía ese día y no me alentaba mucho. Primero me tocó una maestra que lo único que hacía era dejar lecturas y más lecturas para en la clase sólo comentarlas. Después tuve un profesor, él sabía lo práctico y hablaba con fluidez, se hacía entender, lo único malo era que a veces repetía los temas que ya habíamos visto porque algunos de mis compañeros todavía tenían duda (realmente sólo querían que explicara lo mismo para pasar el tiempo). En el descanso almorcé con Jungwoo, un amigo que conocí al entrar al colegio. -Oye y ¿qué les dijeron del encuentro de universidades?- preguntó cuando estábamos en la cafetería. -Tengo que expresar lo que es para mí la carrera, de manera creativa. - Y ¿ qué harás? - Aún no sé, pero tengo tiempo, el encuentro es en un mes y medio, aunque nos revisarán el proyecto una semana antes, aún así tengo un mes y una semana. - Mmm… suena complicado, pero por algo eres el primero de la clase, apuesto a que harás algo estupendo. - Sabes que siempre me ha faltado creatividad. - Tienes de sobra, sólo te da miedo hacer las cosas que piensas por temor a que no resulten, te conozco bien, Nam. -Bueno, algunas cosas parecen tan ridículas que hasta yo me río de pensarlas- los dos nos miramos y reímos al mismo tiempo. - Ya te animarás algún día a mostrar tu talento. - Si ese día llega espero que el mundo no se rompa en dos. - Me reiría de ese chiste pero no es gracioso cuando es tan probable, no por nada eres el dios de la destrucción- me reí fuerte por ello y él tampoco pudo resistir, terminó carcajeándose tan alto que los de la mesa de al lado voltearon a vernos extraño. - Ya basta Jungwoo, un día de estos moriremos ahogados. - Pero felices – sonreí y me levanté pues era tiempo de volver a clase, Jungwoo me siguió y mientras caminábamos me habló. -Nam, ¿No te emociona el proyecto? Sé que es más trabajo pero, puedes decir por qué quieres ser maestro, el enseñar a los alumnos temas que no conocen, convivir con ellos, ser un guía, incluso para algunos ser como un segundo padre, eso es tan bello, sabes que creo que es la carrera más noble. El formar a las personas que forjarán el futuro, puedes hacer un futuro mejor si haces a las generaciones mejores personas. Hay tantas posibilidades - mientras Jungwoo decía eso pude ver el brillo en sus ojos, su sonrisa sincera, esas cosas que yo quería tener ¿por qué no podía emocionarme tanto como él? Jungwoo quiso ser profesor desde pequeño, era su sueño. Pero no todos encontrábamos tan fácilmente nuestro sueño, yo no tenía uno. Quería poder tener también un brillo en mis ojos al hablar de lo que me dedicaría y quería poder decir que estaba cumpliendo mi sueño. No era tan sencillo, pero me daba pena admitir que ser maestro no era mi sueño. - Pienso igual que tú, un mar de oportunidades. - Ah, siempre tan poético Nam - Tú eres el que acaba de soltar un “oda al maestro” – ambos reímos Continuamos con las clases, el maestro que hablaba y hablaba y aburría del día anterior y una maestra que hablaba y pedía opiniones, a veces preguntaba cosas pero igual me aburría. Todos debían tener un club, yo estaba en el de Dibujo, y era un fracaso, no podía hacer los trazos finos y muchas veces rompí los pinceles, colores y crayones, una vez hasta rompí el lienzo. Ese día debíamos dibujar algo que nos causara alguna emoción y yo intenté dibujar lo más cliché: un atardecer. No lo hice sólo por hacer, en realidad desde pequeño lo dibujaba, desde que lo ví en unas vacaciones en la playa, el ver que el sol se metía en el mar y a la vez el mar reflejaba el sol, me deslumbró, era una vista impresionante, mi favorita, me hacía sentir muchas cosas, emociones encontradas. Marcaba el término del día, un momento donde podías relajarte y pensar en qué habías hecho de bueno ese día e intentar mejorar. El atardecer era esperanza de que algo mejor puede llegar al otro día. Me sentí satisfecho con mi trabajo, no era excelente pero no se veía feo al menos. Cuando el maestro vió mi trabajo dijo que era el mejor que había hecho en todo el curso, así que me dijo - ¿Qué es lo diferente con éste trabajo?- él sabía la respuesta, sólo quería que yo lo confirmara. -Que me gusta, quería hacerlo porque me hace sentir bien- él asintió. -¿Qué pasaría si todo lo que hiciéramos en nuestra vida fuera porque deseamos hacerlo? -Trataríamos de hacer todo bien. -¿Y si no nos sale a la primera? -Nos frustraríamos. -¿Abandonaríamos? -… -dudé- creo que si es realmente algo que anhelamos con fervor, nos levantaríamos e intentaríamos mil veces más, hasta que lo logremos. -Pienso lo mismo, Kim. Después el maestro revisó los trabajos de los demás e hizo observaciones acerca de las técnicas usadas, sólo conmigo había hablado de lo anterior y en ese momento no supe por qué. Regresé a casa en el autobús y al llegar no encontré a nadie, seguramente mi madre había salido, no era algo fuera de lo usual. Busqué comida, encontré sopa y carne. Comí, ví mi celular y fuí a mi cuarto a hacer tarea. Sí, la misma rutina. Leí, subrayé, hice análisis, imprimí. Abrí de nuevo el documento del proyecto y pensé… Pensaba en los maestros, en los alumnos, en el sistema, pero no pensaba en muchas cosas buenas, de hecho, pensaba más en los problemas que debían ser resueltos, no tenía mucho que ver con el tema, pero quería expresarlo, así que abrí un nuevo documento y empecé a escribir, curiosamente ésta vez las ideas salían con mayor fluidez. Estaba en ello cuando tocaron y abrieron la puerta sin esperar una respuesta, un poco sobresaltado abrí el documento del proyecto, ocultando el que estaba editando. Taehyung pasó y me levanté de la silla. -Hola – dijo mientras me abrazó. Yo lo estreché fuerte, ese abrazo me daba energía cada día. -¿Cómo te fue? – pregunté. -Bien, el maestro de filosofía dijo que soy su favorito en definitivo – rió, pero pude ver que estaba orgulloso de ello, a fin de cuentas, destacar en algún aspecto siempre nos alegra- voy a ir a comer, muero de hambre, ¿Dónde está mamá por cierto? -No sé, cuando llegué no estaba. -Oh bueno, seguro fue con alguna de sus amigas o con mis tías. -Si, no debe tardar en volver, creo. Hizo un sonido afirmativo y salió del cuarto, escuché como bajó las escaleras y me volví a sentar en mi escritorio. Leí lo que escribí en el segundo documento, era más una crítica al sistema, no tenía mucho que ver con el proyecto así que lo guardé como “proyecto v.2” tal vez me serviría algún día, lo cerré y volví al proyecto original. … pensando. … pensando. … a veces quisiera una mente más ingeniosa. … no me llegó la inspiración. Cerré el documento, todavía tenía tiempo para hacerlo, ya llegarían ideas. Tomé mi libro y retomé la lectura sentándome en la cama, disfrutaba mucho ese tiempo, un tiempo para mí, no para la escuela, ni para complacer a nadie más que a mí. Me gustaba. Cuando escuché que mis padres llegaron dejé de leer al terminar el capítulo (no podía dejarlo inconcluso) y bajé, saludé a ambos y nos sentamos a cenar junto con Taehyung. -¿Cómo va el proyecto Nam?- preguntó Tae. -Aah, pues… todavía tengo tiempo – respondí. -¿No lo has empezado?- cuestionó ahora mi padre. -Sí, es solo que no es tan fácil, todavía no me convence y llevo poquito. Pero estoy seguro de que llegarán más ideas. Mi padre hizo un gesto afirmativo y con eso terminó el tema, seguimos comiendo y hablando de cosas del trabajo de mis padres y de los estudios de Tae, mi padre es empleado es una empresa y mi madre trabaja en la misma empresa pero unos puestos más arriba, gana un poco más que mi padre y sale antes, por eso llega primero. Tae está en la escuela media y toma tutorías extras pues se le complicaba entender a un maestro de la escuela. Tae decía que era un fracaso en matemáticas, pero en realidad era muy inteligente, en la forma de explicar está la de entender, es una lástima que los maestros no se den cuenta de ello. Terminando lavé los trastes, me lavé los dientes, la cara y me acosté a dormir. A mitad de la noche sentí que Tae me empujaba un poco para hacerle espacio en la cama, yo sólo me recorrí y voltee, él tenía los ojos y nariz rojos. Tae iba a dormir conmigo cuando tenía pesadillas, él solía llorar en esas pesadillas, pero nunca me ha querido decir qué sueña, sólo llora y yo lo abrazo, él me devuelve el abrazo y se aferra a mí con fuerza. Esa noche fue igual, nos dormimos abrazados. Hasta que en la mañana sonó mi alarma que indicaba que debía levantarme y desperté a Tae. Tenía los ojos inchados por llorar, así que le dije que se bañara para que se le bajara, él asintió y me dió un abrazo antes de irse a su cuarto, yo suspiré y también me metí a mi baño, tenía que ir a la escuela. Y repetir la misma rutina.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.