Capítulo 11

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*Por Namjoon

La semana comenzó como siempre, mi alarma sonó y desperté para apagarla y volver a dormir, cinco minutos después sonó mi otra alarma y la volví a apagar e ignorar, cuando sonó una tercera, pensé que ya debía levantarme, así que me destapé, suspiré y me levanté.
Hice mis actividades rutinarias para estar listo para ir a la escuela. Bajé a tomar una barra de cereal y un jugo rápidamente para despedirme de mis padres y hermano y salir a tomar el autobús en la parada.
De camino a la escuela me llegó un mensaje de Seokjin deseándome un buen día, yo le deseé un feliz día y empezamos a platicar de temas sin impotancia, simplemente por seguir hablando.
Llegué a la parada más cercana a la escuela, bajé y caminé hasta mi escuela casi sin ver, pensé que tal vez las personas me veían raro por ir caminando sin ver, sonriéndole a mi pantalla, me sentí un poco cohibido pero no podía evitar sonreír ante los mensajes de Jin, siempre era positivo y gracioso.
Llegué a la escuela y envíe un último mensaje para decirle que entraría a clase por lo que tardaría en contestar.
Entré a mi salón, faltaban cinco minutos para las 7:00 de la mañana así que el maestro estaba sentado arreglando sus cosas mientras terminaban de llegar mis compañeros.
Pasé y dije - buenos días.
- Buenos días señor Kim - respondió el maestro.
Algunos de mis compañeros respondieron buenos días, otros sólo me ignoraron, lo usual.
Me senté en mi lugar, la banca a la esquina izquierda del salón, casi inmediatamente llegó Jungwoo, me sonrió y yo le sonreí igual, chocamos nuestras manos y me dijo.
- Hola, Nam. Hoy pareces venir de buen humor.
- ¿A sí? - me sorprendí - ¿No siempre vengo de buen humor?- cuestioné.
- No vienes de malas, pero pareciera que llegas cansado o aburrido, sin ganas, algo así, pero hoy vienes más sonriente y con buena energía, como cuando fuiste al estreno de la película del Hobbit: la batalla de los cinco ejércitos, a pesar de desvelarte, llegaste emocionado a contarme tu comparación de la película con el libro. ¿Algo especial hoy también?
- Ammm... pues no, he estado hablando con alguien y me hizo reír, tal vez es eso.
- Wow ¿Alguna chica al fin?
- No, tonto. Un amigo.
- Deberías hablar con él diario, agradécele de mi parte tu buen humor - ambos reímos, iba a contestar cuando el maestro se levantó, cerró la puerta y empezó a pasar lista, 7 en punto.
Empezó la clase, el maestro proyectó una presentación acerca de una lectura que teníamos de tarea. Explicó la importancia de involucrar a los padres en el proceso educativo para exigir su apoyo y compromiso con sus hijos.
Un tema que ya había dado con otro autor anteriormente, aunque claro, los autores decían casi lo mismo.
Media hora después mi buen ánimo se había esfumado, estaba aburrido.
Quince minutos después empecé a estar soñoliento así que cambié de posición, sentandome derecho y regulando mi respiración inhalando profundamente.
Escuché y apunté cosas importantes, media hora después moría porque ya se terminara la clase.
Hasta comenté un par de veces, pero parecía que el maestro le daba la razón a todos los comentarios, tampoco es que pudiera alguien decir lo contrario, sentía que todos repetíamos lo mismo.
Al fin terminó la hora y el maestro salió, aunque afuera ya estaba el siguiente maestro, que entró y pasó lista inmediatamente.
Inició su clase ¿Adivinen cómo? Proyectó una presentación, sólo que ahora el tema era sobre la importancia de valorar al alumno con un examen diagnóstico.
Prácticamente repetí el proceso anterior, anoté ideas, traté de escuchar y opinar aunque a ratos mi cabeza se iba o me entraba sueño.
La última media hora de esa clase fué casi tortura, pero cuando sonó la campana del receso me levanté rápidamente junto con mis compañeros y me estiré mientras esperaba a mi amigo.
Me pregunté qué cosas haría Seokjin en su escuela, seguro era emocionante cantar, aprender sobre las notas, el manejo de voz, modulación... en definitiva más interesante que mis clases, y no es que los temas no fueran importantes, sino que las clases no eran atrayentes, menos cuando se repetían los temas y los puntos de vista.
En el receso almorcé en una mesa con Jungwoo y platicamos sobre cosas de la escuela.
- Bueno, tu ánimo no duró mucho - dijo mi amigo.
- Después de las clases tan aburridas que tuvimos, creo que mi ánimo murió.
- Eran interesantes - defendió Jungwoo.
- Yo no dije que no, eran importantes, pero aburridas de todos modos- respondí.
- Bueno, no puedo contra eso, además tocaron puntos que ya habíamos hablado antes - asintió y se encogió de hombros, dando terminado el tema y no dándole importancia, como si conformarse fuera lo mejor, y en esa acción me ví, yo era también de los que sólo obedecían y se adaptaban, sin cuestionar, sin pensarlo más, sin buscar soluciones, como si simplemente no se pudiera cambiar la realidad. Era la primera vez que pensaba así, sentí pena de mí mismo, quejándome y sin proponer.
A veces simplemente te das cuenta de las cosas cuando abres tus ojos y tu mente a la realidad.
El timbre sonó y recogimos nuestras cosas, volvimos al salón y tomamos nuestros asientos.
Estaba algo confundido, empezó la clase y en vez de prestar atención, ví a mis compañeros, unos estaban que morían de sueño conforme la charla del maestro se prolongaba, pero otros muchos trataban de prestar atención como si su vida dependiera de ello y otros simplemente escuchaban con cara de indiferencia, unos anotaban y otros sólo veían.
¿Cuántas personas de aquí serían profesores realmente buenos? ¿Cuántos sólo darían cátedra como a nosotros nos dan? ¿El sueño de todos será ser maestro? Porque si el mío no era ese, puede que haya otros que acabaron estudiando para profesor como yo, por estabilidad económica o recomendación.
¿Cuántos adultos viven frustrados en sus trabajos? Haciendo de malas las cosas, enojándose con el mundo y con cada situación y cada persona.
Yo no quería terminar así.
Ese día, abrí los ojos ante muchas cosas.
La clase terminó y llegó una maestra, hicimos un debate sobre la educación que se le debe dar a los niños con discapacidadad, unos opinaban que los centros de atención estaban bien, otros pensaban que podrían educarse con los demás y otros que dependía de la discapacidad, fue la única clase interesante del día y aún así... no me encantó el tema, no me emocionó... ¿Mi vida siempre era tan aburrida?
Pasé la última clase aburrido, haciendo un resumen de una lectura y después tuve club de dibujo.
Nos dijeron que dibujáramos nuestros sentimientos de manera abstracta, algo que dejara ver nuestros pensamientos.
Yo no sabía qué hacer... pero entonces pensé en mi día y lo que llevaba pensando.
Tomé un pincel y empecé dibujando un cuadrado al centro del lienzo, del lado derecho del cuadro dibujé figuras geométricas superpuestas de diferentes tamaños y cuando terminé, dibujé en el lado izquierdo formas irregulares, sin lados definidos, algunas curvas.
Una vez tuve la base agregué colores.
El cuadro de en medio lo dibujé azul cielo, las figuras a la derecha las pinté de color rojo, amarillo, azul marino, negro y gris, un color por figura.
Mientras que las del lado izquierdo quedaron con colores combinados, amarillo con naranja, azul cielo con verde, rosa con azul turquesa o lila y azul.
- Interesante Kim- dijo de repente detrás de mí el maestro, asustándome mientras admiraba mi dibujo - supongo que quieres expresar dos lados de ti, uno con sentimientos alegres y otros tristes ¿Me equivoco?
- No maestro, es lo que quería mostrar - respondí.
- ¿Y las figuras?
- Bueno... hay figuras geométricas del lado derecho, son las cosas en mi vida que de alguna manera me dan estabilidad y seguridad, pero casi nunca me dan una auténtica felicidad. Pero del lado izquierdo... hay cosas en mi vida que me dan miedo, el miedo de tomar decisiones porque me dan alegría, curiosidad, interés o motivación... cosas que me llenan de colores vivos, pero que no tienen una forma definida y por ello la duda y el temor. Yo soy el cuadro de en medio, no sabiendo aún a qué lado ir... pero con una forma regular porque me estoy inclinando más al lado derecho y de color azul porque en el interior aún conservo esperanza de ser valiente y ser feliz - terminé de hablar, mi mirada fija en la pintura y con un sentimiento extraño.
- Kim, creo que lograrás algo grande en donde sea que estés, tienes una capacidad increíble, así que si es el miedo a fracasar lo que te detiene, no debes dudar, inténtalo una y otra vez hasta conseguirlo. No vas a vivir siempre como un cuadrado ¿Verdad? - el maestro me sonrió, colocó un 100% en su lista y pasó con el siguiente alumno, no sin antes decir- creo que debes firmarlo Kim, se expondrá como trabajo final.
Me sorprendí, pero pensaba más en lo que el maestro me había dicho... no era desconocido por los maestros que salí alto en la prueba de coeficiente intelectual, pero que dijera que tengo una gran capacidad... ¿Es en serio? No me es difícil destacar en promedio o en actividades que no sean de deportes o delicadas, pero... ¿Podría destacar en la música? Si los demás creían en mí, ¿No debería creer en mí mismo?
Firmé mi cuadro como "Nam" y terminó la clase. Tomé mis cosas y salí de la escuela, tomé el bus para llegar a mi casa y entré.
Comí, hice tarea, leí... llegó Taehyung y nos abrazamos, ese abrazo me hizo sentir mejor... no se lo dije nunca a Tae pero lo necesitaba para que todo estuviera bien.
Cené en familia, hicieron bromas, pero mi estado de reflexión no me abandonó, mis padres y hermano probablemente pensaron que estaba triste, pero antes de que preguntaran terminé y subí a mi cuarto despidiéndome.
Una vez allí, me puse pijama, me lavé y acosté con mi libro, leí, eso siempre me animaba un poco más, pero esa noche casi no lo logró.

Voice (Namjin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora