Voice (Namjin)

Magic Shop

Taehyung 2010

- Y te juro que voy a hacer todo lo posible por recuperar tu confianza - dice Jungkook, que me mira fijamente a los ojos mientras sostiene mis manos entre las suyas.
- Tranquilo, creo que con el tiempo... Todo se podrá sanar.
- Eso espero - acaricia mi mejilla cariñosamente con una mano.
- Estoy mejor, gracias a la terapia y a ustedes - sonrío para darle seguridad.
- Puedes contarme o llamarme cuando sientas que flaqueas, cuando te sientas mal o si tienes pesadillas, estaré para ti 24/7.
- Gracias, Kook. Pero por ahora sólo quiero un novio normal - sonrío divertido.
- Es normal que tu novio se preocupe por tu salud - dice frunciendo el ceño.
- Sí, pero en niveles normales, no vayas a querer vigilarme todas las noches.
- Tal vez... - lo codeo antes de que termine la oración - Au, sólo quiero hacerlo bien esta vez.
Sus ojos son sinceros, siente culpa por no creer en mí, pero ya no guardo rencor, no quiero cargar emociones negativas y quisiera que él tampoco lo hiciera.
- Sólo sé tú mismo, atento, cariñoso, mi mejor amigo, sólo confía en mí y yo confiaré en tí, no es algo que debas pensar demasiado.
- Está bien - aprieta sus labios - entonces ¿podemos jugar videojuegos?
- Claro que sí - río y me levanto rápido para ir a su cuarto y elegir el juego, Kook lee mis intenciones y se levanta para correr, entre empujoncitos y risas llego primero y tomo el disco de mi juego favorito para ponerlo, Kook se deja caer a mi lado sonriendo.
Ambos tomamos un control y en equipo luchamos para ganar en una invasión extraterrestre.
- ¿Por qué te gustan tanto los juegos de invasiones? - pregunta Kook sin despegar los ojos de la pantalla.
- No lo sé, siento que tienen una buena causa, peleamos y matamos para defender nuestro hogar, además tienen buenos movimientos para imaginar luchas en mis historias.
- ¿Tus historias? - pone el juego en pausa y me mira levantando una ceja.
Ups.
- Ah... De todas las cosas que te conté... Nunca te dije que escribo historias ¿cierto?
- Creo que lo omitiste ¿puedo leerlas? - pregunta emocionado.
- Pos supuesto que no - niego con la cabeza.
- ¿Por qué no? - está sorprendido.
- El único que sabe que escribo historias es mi hermano y ni siquiera a él le he dejado leer más que dos pedazos sueltos.
- ¿Por qué? - hace un puchero.
- Es... Algo personal, en mis historias saco todo lo que tengo dentro, hay personajes que baso en personas que conozco, desvelo mis miedos o mis deseos... Me daría mucha vergüenza que sepan esas cosas.
- Entiendo que te dé miedo, pero jamás me reiría o burlaría de tí ¿sabes? Ya te lo he dicho, eres la persona más valiente y fuerte que he conocido.
- Tal vez algún día... Pero debo pensarlo bien, al menos en este mes no.
- Es tu decisión y la voy a respetar, pero estaré esperando para cuando quieras dejarme leer - sonríe y le correspondo agradecido.
Me acerco y le doy un beso rápido en los labios para voltear a ver a la pantalla, Kook entiende y sonriendo reanuda la partida.
Ambos estamos un par de horas ahí, hasta que su mamá llega y nos llama a cenar cuando también está su papá, entonces bajamos y cenamos juntos, es agradable estar así, al principio cuando sus padres se enteraron parecían nerviosos al tratarme, pero comprendieron que seguía siendo el mismo chico que conocían y se fueron relajando para hablar como siempre.
Era agradable estar ahí con Jungkook.

2011

- No tienes que forzarte tanto ¿sabes? - pregunta Kook atrás de mí.
Me pregunto en qué momento llegó, después de practicar la coreografía en grupo, me quedé otro rato, todavía no me salía bien, pero quería lograrlo. Creo que no medí el tiempo.
- ¿Tanto? - pregunto con la respiración agitada.
- Llevas tres horas solo - dice Kook acercándose y tendiéndome una toalla.
La tomo y me seco el sudor.
- Vaya, el tiempo vuela cuando uno se divierte ¿eh?
Él me mira seriamente.
- Lo siento ¿ok? Es sólo que quería que saliera bien y en verdad no me dí cuenta del tiempo.
- Está bien que quieras esforzarte, Tae, pero también debes comer, desayunaste a las nueve y son las cuatro y media de la tarde, todas esas horas haciendo ejercicio, debes cuidar tu salud, no puedes decirle a Jimin que coma si tú tampoco lo haces.
- Cierto, lo siento - lo miro apenado y él sonríe cansado.
- Eso me dices siempre y no cambias.
- Ya, pondré alarmas para la comida ¿te parece?
- ¿Las vas a escuchar? Porque yo te llamé cinco veces y no contestaste.
Busco mi celular en mis bolsillos, pero no lo encuentro, volteo a ver mi bolsa y me acerco para buscarlo, cuando lo tomo veo que tengo llamadas perdidas, de Jungkook y de mi hermano.
- Ups - lo miro sonriendo apenado.
- Tae, si encuentro otra vez que te saltas comidas por hacer ejercicio o bailar voy a ser tu cuidador personal.
- ¿Mi cuidador personal?
- Sí, vigilaré tus horarios de comida y ensayo.
- Tú también tienes cosas que hacer - frunzo el ceño.
- Pues si quieres que yo me ocupe de mí, tú ocúpate de tí - dice sonriendo y satisfecho.
Se acerca y me da un rápido beso en los labios, para después separarse y sonreír.
Yo sonrío también, no puedo rebatir y es muy tierno que él se preocupe por mí, así que tomó mis cosas y ambos salimos de la sala.
Kook me lleva directo al comedor para ingerir algo.
Después de tomar algo de comida y hablar, ambos regresamos al cuarto.
- ¿Cómo va la historia que estás subiendo? - pregunta mi novio.
- Bien, conforme la subo la edito, aún no creo que quede perfecta, siempre encuentro errores, pero no está tan mal - digo sonriendo.
- Eso es genial, aún no sé cómo te da tiempo de todo, yo con las tareas ya tengo bastante.
- No siempre encuentro tiempo, por eso me tardo, pero igual es mi historia, así que la escribo cuando puedo, no hay presión - digo tranquilamente.
Ambos entramos en el cuarto, hacemos la tarea, cada uno en su computadora y después nos acostamos un rato en la cama de Kook para descansar mientras vemos el techo.
- Esto de estar en la empresa no es fácil, pero... No me arrepiento ¿Sabes? Creo que tendremos grandes oportunidades - dice él.
- Me agrada aprender, ensayar, estar con ustedes... Pero a veces me pregunto si este es en verdad mi camino - admito.
- ¿Desearías hacer otra cosa?
- Creo que quiero hacer muchas...
- Oh - suena un tanto aliviado y ríe un poco - ya comprendo, yo también pienso constantemente en que quiero hacer muchas cosas, pero ¿sabes? Esta es una de ellas, cantar y bailar. Y creo que tengo tiempo aún para hacer otras cosas, dibujar, tomar fotografías, hacer deportes, aún somos jóvenes, podremos hacer lo que queramos, eso creo yo, al menos. No sé si soy muy positivo o ridículo, pero tengo esperanza.
- Eso no es ridículo - lo miro sonriendo - me alegra escuchar eso, me alivia un poco... Sé que no tenemos nada seguro, pero... No abandonaremos nuestros sueños ¿cierto?
- Jamás dejaré que olvides tus sueños - dice mirándome fijamente - te los recordaré siempre.
- ¿Cómo lo harás? - sonrío.
- Vamos a escribirlos - dice él levantándose.
- Cualquiera podrá leerlos si los escribimos - le digo con desconfianza mientras él busca algo en sus cosas.
- Claro que no - saca algo y toma papel y unas plumas - porque los guardaremos con llave.
Se acerca y me extiende un papel y una pluma mientras me enseña con la otra mano una pequeña caja de metal morada que tiene candado.
Sonrío justo como él hace y se sienta a mi lado triunfante.
- ¿Qué guardas en esa caja? - pregunto.
- En realidad nada, estaba esperando tener algo importante para guardar. Esto puede ser como una cápsula del tiempo, la abriremos en... ¿3 años? Y veremos qué cosas de las que escribimos ya cumplimos.
- Muy bien - ambos nos ponemos a escribir, cada quien en su hoja.
Escribo todas las cosas que quiero hacer o continuar haciendo, como escribir, cantar, graduarme de la escuela, debutar... Entre otras más.
Doblo el papel y veo que Jungkook también está terminando y dobla su hoja.
Entonces abre la caja con una pequeña llave.
Ambos metemos nuestras hojas y nos sonreímos.
Cierro la caja y Jungkook cierra el candado.
- Ahora ¿qué quieres guardar? Para asegurarnos que no se abrirá, uno se queda con la llave y el otro con la caja - dice.
- Omm... Prefiero la llave - él me la extiende y la tomo para guardarla entre mis cosas.
- No la vayas a perder - me indica con un dedo.
- Claro que no - digo riendo.
Kook guarda la caja en un cajón del escritorio y vuelve a la cama.
Ambos nos acostamos y seguimos hablando, riendo, robamos uno que otro beso del otro, sonreímos y somos felices en nuestra pequeña burbuja.
Incluso después de que llegan uno por uno los demás, nosotros nos quedamos así, hasta que todos están en su cama y apagan la luz, nos damos un último beso y nos quedamos dormidos contemplando los ojos del otro.